Sigo con Leonardo Padura, que me está gustando mucho, pero se me cuelan otras obligaciones literarias y al pobre no le estoy dedicando todo el tiempo que se merece. Y en el lector esta semana me acompaña Shirley de Charlotte Brontë.
Una impresionante fusión de los géneros policiaco e histórico en la nueva novela de Leonardo Padura.
En 1939, el barco S.S. Saint Louis, con novecientos judíos que lograron huir de Alemania, estuvo fondeado varios días frente al puerto de La Habana a la espera del permiso para los refugiados. El niño Daniel Kaminsky y su tío esperaron en el muelle a que desembarcaran sus familiares, confiados en que usaran ante los funcionarios el tesoro que portaban a escondidas: un pequeño lienzo de Rembrandt que perteneció a los Kaminsky desde el siglo XVII. Pero el plan fracasó y el barco regresó a Alemania, llevándose con él toda esperanza de reencuentro.
Muchos años después, en 2007, la noticia de que ese lienzo se subasta en Londres, provoca que el hijo de Daniel, Elías, decida viajar a La Habana desde Estados Unidos para aclarar qué sucedió realmente con el cuadro y su familia. Sólo alguien como el Conde puede ayudarle en la misión. Y en los encuentros y las conversaciones sabremos que Daniel decidió cambiar radicalmente de vida y que le atormentaba un crimen. También que ese cuadro, una imagen de Cristo, tuvo como modelo a otro judío, que en la Ámsterdam del siglo XVII rompió todas las convenciones de clase y de religión para trabajar en el taller de Rembrandt y aprender a pintar con el maestro.
En 1939, el barco S.S. Saint Louis, con novecientos judíos que lograron huir de Alemania, estuvo fondeado varios días frente al puerto de La Habana a la espera del permiso para los refugiados. El niño Daniel Kaminsky y su tío esperaron en el muelle a que desembarcaran sus familiares, confiados en que usaran ante los funcionarios el tesoro que portaban a escondidas: un pequeño lienzo de Rembrandt que perteneció a los Kaminsky desde el siglo XVII. Pero el plan fracasó y el barco regresó a Alemania, llevándose con él toda esperanza de reencuentro.
Muchos años después, en 2007, la noticia de que ese lienzo se subasta en Londres, provoca que el hijo de Daniel, Elías, decida viajar a La Habana desde Estados Unidos para aclarar qué sucedió realmente con el cuadro y su familia. Sólo alguien como el Conde puede ayudarle en la misión. Y en los encuentros y las conversaciones sabremos que Daniel decidió cambiar radicalmente de vida y que le atormentaba un crimen. También que ese cuadro, una imagen de Cristo, tuvo como modelo a otro judío, que en la Ámsterdam del siglo XVII rompió todas las convenciones de clase y de religión para trabajar en el taller de Rembrandt y aprender a pintar con el maestro.
Escrita tras el éxito revelador de Jane Eyre, aunque en circunstancias ciertamente trágicas, mientras veía morir a tres de sus hermanos (Branwell, Emily y Anne), Shirley (1849) nació explícitamente de la vocación de Charlotte Brontë de hacer «algo real, frío y sólido». Con este principio, escribió su única novela en tercera persona, imbricando la experiencia individual con el destino histórico de la colectividad. Robert Moore, «hombre importante, hombre de acción», dueño de una fábrica textil sacudida por los efectos económicos de las guerras napoleónicas y por el temor de los obreros a la revolución industrial, se debate entre el amor callado de su prima Caroline, una huérfana en constante vigilia y obligada austeridad, cuyo espíritu «intenta vivir de la exigua dieta de los deseos», y la admiración apasionada de Shirley, una heredera independiente y entusiasta, «demasiado rebelde para el cielo, demasiado inocente para el infierno». La rivalidad en el amor no impide el afecto y la solidaridad entre las dos mujeres, pues ambas saben que, frente a los hombres, es más lo que las une que lo que las separa. Shirley tiene el talento único de Charlotte Brontë para combinar análisis sutiles con arrebatos visionarios, un elevadísimo sentido moral con una heterodoxa sátira de costumbres, y esa soberbia estilización del amor y el sentimiento que es la clave de su estética y de su mundo.
Y vosotr@s, ¿qué estáis leyendo?
¡Hola Margari!
ResponderEliminarte cuento que yo no tengo obligaciones literarias ni listas de pendientes, voy leyendo a mi bola según apetencias máximas, soy bastante rara en ese aspecto.
A Padura le tengo en la cabeza, pero no sé porqué me da pereza, una pereza que tengo que vencer. Espero tus reseñas
Besos
¡Hoooola!
ResponderEliminarUmmm tengo curiosidad por el de Shirley, ya nos contarás que tal que es uno de esos clásicos que tengo pendiente desde siempre :D
De Padura leí Como polvo en el viento y bueno, se me hizo un poco cuesta arriba, pero desde luego el escritor escribe muy bien y no me importaría probar con otra cosa suya.
¡besotes!
Pues has de disfrutar mucho con ambas novelas. Las dos me gustaron muchísimo.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Shirley la leí hace unos años y en algún momento quiero releerla. Yo estoy con El castigo sin venganza de Lópe de Vega. Feliz semana!.
ResponderEliminarEl segundo me gustaría leerlo, lo tengo entre mis pendientes :-)
ResponderEliminarUn beso, MArgari.
Curiosidad por Shirley. Ya nos contarás. :)
ResponderEliminarBesos!
Que tengas una semana excelente y disfrutes con tus lecturas
ResponderEliminarYo sigo con "Guerra y Paz" de Tolstoi y comenzaré "El colibrí" de Veronesi
Besos
Le tengo ganas a Shirley desde hace tiempo, a ver lo qué te parece.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Disfruta de la semana y de las lecturas.
ResponderEliminarBesos.
Disfrútalos mucho! Espero tu opinión de Shirley. Yo estoy con dos libros, Fable y Ley de lobos.
ResponderEliminarUn beso
Hola guapa 😘
ResponderEliminarEspero que te gusten los dos ☺️☺️ estoy deseando leer tus reseñas.
Besos!
Buenas tardes, Margari:
ResponderEliminarShirley es una delicia de novela. Estoy deseando que publiques tu reseña para contrastar opiniones.
Un abrazo y feliz semana!!
¡Hola! Espero que los disfrutes. Ya nos contarás qué te parecen. Yo estoy con El esplendor de la villa de la seda. Un besote :)
ResponderEliminarLa verdad es que no he leído ninguno. Me gustaría leer la reseña de Shirley, porque no he leído nada de Charlotte, solo Cumbres borrascosas de su hermana.
ResponderEliminarBesos.
Que disfrutes la semana y las lecturas
ResponderEliminarBesos
Pues q maravilla de lectura ❤️
ResponderEliminarHola! Disfruta mucho de tus novelas, qué ganas tengo de hacerme con Shirley!!!
ResponderEliminarLa primera mitad de Shirley me gustó mucho. Después se me cayó un poco la lectura. Herejes no lo he leído aunque sí he leído algún libro de Padura.
ResponderEliminarYa nos contarás.
Besos
Leí Shirley el año pasado, me gustó mucho, aunque no superó a Jane Eyre se ha convertido en una de mis preferidas de la autora. A ver si también lo disfrutas tú, sí que al principio se me hizo algo desconcertante, una vez ya dentro me atrapó. Herejes no lo he leído. Un saludito.
ResponderEliminarNo he leído ninguno de los dos, MArgari.
ResponderEliminarYA nos contarás tus impresiones.
Buenas lecturas y feliz semana.
Besos.
Hola, espero que disfrutes mucho de la lectura, ya nos contarás que tal.
ResponderEliminarBesos desde Promesas de Amor, nos leemos.
Hola!! no los conocía, pero Shirley me llama y estaré pendiente de esa reseña.
ResponderEliminarDe este libro de Padura creo que ya comenté una anécdota con su autor en Valencia. Respecto al de Bronte, no lo conocía, gracias Margari. Un saludo.
ResponderEliminarDos lecturas muy distintas, y puede que ahí resida el encanto. Ya nos contarás qué tal.
ResponderEliminarUn beso ;)