El cielo en un infierno cabe de Cristina López Barrio

Toledo, 1625. El Santo Tribunal de la Inquisición juzga a una bella y misteriosa mujer de la que se dice que puede sanar y destruir con el roce de sus manos. Pero lo que comienza siendo un proceso rutinario por brujería acaba revelando una trágica historia de amor repleta de pasión, muerte, magia, orgullo y pecado.

El Santo Tribunal de la Inquisición juzga a una bella y misteriosa mujer de la que se dice que puede sanar y destruir con el roce de sus manos. Pero lo que comienza siendo un proceso rutinario por brujería acaba revelando una trágica historia de amor repleta de intriga, pasión, muerte, magia, orgullo y pecado.

El cielo en un infierno cabe es una novela que te atrapa desde las primeras páginas, con la narración de Berenjena, ante los jueces del Tribunal de La Santa Inquisición, de la vida de Isabel de Mendoza... ¿O se llama Bárbara?

Acusada de brujería, de hechicería, Isabel/Bárbara está en las crueles cárceles de la Inquisición, esperando su condena.  Y en mientras, Berenjena desvela todos los secretos de su vida porque se siente engañada, traicionada por no saber nada, durante años, de una niña a la que tanto quiso. Revela cómo llegó al hospicio, siendo bebé. Y como compartió cuna con otro bebé, Diego. Dos niños que parecían que iban a morir esa misma noche. Pero no lo hicieron. Y crecieron, siempre juntos, sin nunca abandonarse. Porque cada vez que los separaban, algo trágico pasaba. La magia de Bárbara, que parecía destinada a la vida, lejos de Diego, sólo producía tristeza y muerte... Pero esa magia, en aquellos años, acarreaba peligros. Y debía permanecer oculta.

"De todas formas, compartían para siempre un solo corazón, que les proporcionaría la dicha o la desgracia. Eran cautivos de su condena. Pasara el tiempo que pasase, permanecieran juntos o no, se hallaban unidos por el placer y el dolor de pertenecerse, de no ser dueños de sus voluntad"

Sabe la autora recrear perfectamente la época. Nos traslada a Toledo, nos traslada al siglo XVII, nos hace pasear por sus calles, respirar el miedo de la Inquisición. Nos mete de lleno en un mundo de intrigas, de misterios, de hechicerías...  Sabe crear unos personajes perfectamente dibujados, muy bien trazados, a los que observamos crecer, cambiar, madurar. Y además también hay sitio para el amor. El amor entre Diego y Bárbara, que parece poder superar todos los obstáculos. Hasta que tropieza con la Iglesia...

Sí se ralentiza un poco la historia en la segunda parte, cuando Diego y Bárbara entran a formar parte de la Hermandad Secreta. Una hermandad que solo acepta a aquellos niños que demuestran tener algún poder sobrenatural. Y a través de la enseñanza de la cábala, les enseña a controlar ese poder. En esta parte, la acción es menor. Hay más descripciones, más explicaciones, y el ritmo decrece y pierde un poco de intensidad la historia. Ritmo e intensidad que se recuperan al final, donde todo empieza a suceder demasiado rápido y las últimas páginas se devoran vertiginosamente. Hasta que llegas a la última página y no puedes evitar pensar "¿ya?". Y es que nos deja la autora con ganas de más. Más magia, más intrigas, más amor...

"De una mujer con el don de la muerte nacerá una niña con el don de la vida. Ella abrirá las puertas del presente eterno cuando sean a un tiempo las cuatro estaciones del mundo, y en sus manos florecerá el medicamento celeste. "

Muchísimas gracias a Random House Mondadori por el ejemplar.