El amor es como un pan con mantequilla de David Cotos

Un libro imprescindible sobre el tema del amor maduro en tiempos donde más se habla de "me gustas", "me enloqueces", decir (y escuchar) un "te amo" sincero por parte de nuestra pareja es lo que todos queremos y buscamos.

Te invitamos a descubrir la historia de Sofía y Daniel, un lagarto y el pan con mantequilla.

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No es la primera historia que leo de David Cotos. Aunque es ahora cuando él se ha animado a publicar. Antes nos dejaba a veces sus creaciones en su antiguo y premiado blog, Cine para usar el cerebro. Y ya en estas historias me sorprendía sobre todo por la sencillez con que fluían los diálogos entre sus personajes. Ahí es donde está la gran fuerza de este autor: sus diálogos. Que hacen que leas sus historias en un santiamén y que te meten de lleno en el mundo que él crea. Un mundo real, pero con toques ficticios, con concesiones a la imaginación. Pero lo hace de un modo tan natural, que hace que lo aceptemos sin rechistar. 

Ella: En verdad eres cursi.

Él: Lo sé.

Ella: No te importa el qué dirán.

Él: En absoluto, más me importa el qué diré yo.

Una bonita e intensa historia de amor nos relata David en este libro. Una historia que tiene sus tropiezos, que tiene sus baches, como toda historia. Pero los protagonistas aprenderán que para encontrar el amor, tendrán que superar estos obstáculos.

Ella: Una pregunta ¿Cómo eres tú en el amor?

 Él: Me gusta dar mucho, me siento mal cuando la otra persona no da con la misma intensidad que yo.

 Ella: Eso te provoca frustración. Por gusto te haces problema, en una relación no esperes que la otra de lo mismo que tú. ¿Acaso ella te pidió que dieras todo eso que según tú, dices que das? Respeta la forma de ser de la otra persona, que no sea como tú, acepta su forma de ser.

Y nos regala grandes frases en este libro, frases que te llevan a la reflexión:

Si piensas dejar huella en la vida de una persona, empieza en este instante. No pospongas. Quizá esa persona necesita de ti, de tus palabras, de tu aliento.

Y lo que más agradecemos es que el autor sea capaz de contar una historia perfecta en pocas páginas. No hace falta rellenar por rellenar y él lo sabe. Sabe que a veces así se estropea una buena historia. 

Vivir pendiente de lo que digan otros no sirve de nada, nunca puedes complacer a todos.