Lo que callan los muertos de Ana Lena Rivera

Lo que callan los muertos

Ana Lena Rivera

Maeva, 2019

Una novela de misterio ambientada en Oviedo protagonizada por una investigadora de fraudes que despertará la empatía de los lectores.

Gracia San Sebastián ha renunciado a una exitosa carrera laboral en Nueva York y ha regresado junto a su marido Jorge a su Oviedo natal para ejercer de investigadora de fraudes a la Seguridad Social. Su nuevo caso está relacionada con el cobro de la pensión de un militar franquista que sobrepasa los ciento doce años, cifra a todas luces sospechosa.
Mientras su vida personal avanza por sendas imprevistas, Gracia se encontrará con ramificaciones del caso que la llevarán a  investigar el suicidio de una vecina de su madre. De vez en cuando pide consejo a una buena amiga de la familia, la monja dominica sor Florencia.

Poco me ha durado Lo que callan los muertos en mis manos. Y menos me habría durado si no tuviera otras obligaciones que me reclaman. Me ha gustado mucho. Me ha gustado mucho la forma de narrar de Ana Lena, que parece no tener prisas para contar su historia. Se recrea con cada personaje, con cada escena, haciendo avanzar la trama, de forma lenta pero sin pausa. Y se recrea presentándonos Oviedo, la otra gran protagonista de la novela. Con una prosa sencilla y fluida, nos hace recorrer sus calles, sus plazas, sus bares, nos hace conocer sus costumbres, su gente... 

Uno de los puntos fuertes de esta novela lo constituyen sus personajes. El principal es Gracia. No es el típico personaje de este tipo de novelas. No es policía, ni investigadora privada... Es sólo una investigadora de fraudes a la Seguridad Social, que está ahora con un caso que se está complicando. Y entre medios, se sucederá la muerte de una de las vecinas de toda la vida de su madre. Y en cierto momento parecerá que ambas cosas van a tener relación... Pero no cuento más, que no quiero desvelar mucho. Sí, a veces la situación se hace un poco previsible, pero esto no impide seguir disfrutando de la novela. Conociendo a personajes como Gracia, con un pasado que quiere dejar atrás, que no le trae gratos recuerdos precisamente. Una Gracia a la que no me importaría seguir conociendo en un futuro. Como no me importaría seguir conociendo a su marido, a su hermana... Y, sobre todo, a su madre, Adela, que con sus despistes, con su sensibilidad, con su empatía hacia todos, se gana nuestro cariño al segundo. Si tuviera que elegir a mi personaje favorito de la novela sería, sin duda, Adela. Pero seguido muy de cerca de Sor Florencia, otro personaje que se deja querer en cada escena que sale, por su afán de ayudar, por su sabiduría, por su gran personalidad. 

Y lo mejor de esta novela es el modo en que se desarrolla la investigación. Gracia no va a estar sola. Va a contar con el apoyo de toda su familia y de Sor Florencia también. Aquí todo el mundo pone su granito de arena para ayudar a Gracia en la resolución del caso, provocando situaciones que en más de una ocasión nos va a arrancar una sonrisa. Y es que el humor está muy presente en esta novela. Un humor que sirve para aligerar el ambiente, para relajar tensiones. Un humor que está presente en muchos de los diálogos y en muchas escenas, sobre todo, las protagonizadas por Adela. ¡Qué grande es este personaje!

En definitiva, una novela que he disfrutado mucho, en la que destaca más la forma en que está contada que la propia trama y con unos personajes entrañables, a los que me gustaría seguir conociendo.