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miércoles, 28 de febrero de 2018

Estupor y temblores de Amélie Nothomb

Estupor y temblores
Amélie Nothomb
Trad. Sergi Pàmies
Anagrama, 2006
Esta novela con declarada carga autobiográfica, que ha obtenido un éxito impresionante en Francia, cuenta la historia de una joven belga de 22 años, Amélie, que empieza a trabajar en Tokio en una de las mayores compañías mundiales, Yumimoto, quintaesencia de las empresas japonesas. Con «Estupor y temblores»: así es como el emperador del Sol Naciente exigía que sus súbditos se presentaran ante él. En el Japón actual, fuertemente jerarquizado (en el que cada superior es, antes que nada, el inferior de otro), Amélie, afligida por el doble handicap de ser a la vez occidental y mujer –extraviada en un hormiguero de burócratas, subyugada además por la muy japonesa belleza de su superior directa, con la cual tiene unas relaciones de franca perversidad–, sufre una cascada de humillaciones.
Trabajos absurdos, órdenes dementes, tareas repetitivas, humillaciones grotescas, misiones ingratas, ineptas o delirantes, superiores sádicos, la joven Amélie empieza en contabilidad, luego a servir cafés, pasa a la fotocopiadora y, descendiendo los escalones de la dignidad (aunque con un despego muy zen), acaba ocupándose de los lavabos... masculinos.

Estupor y temblores ha supuesto mi estreno con Amelie Nothomb. Y, sinceramente, ha resultado una lectura que me ha dejado totalmente indiferente. 

En esta novela, Amélie, basándose en su propia experiencia, describe con mucha ironía y con mucho cinismo, cómo es trabajar en una empresa en Japón. Aquí, la jerarquía debe ser respetada en todo momento, debe ser obedecida. Aquí, la iniciativa no se premia sino que se ve como una amenaza.  Y por esta razón, cada vez le dan a Amélie un trabajo muy por debajo de sus posibilidades. Primero tendrá que fingir que no entiende el japonés, un idioma que domina a la perfección; luego se limitará a fotocopiar el mismo documento tantas veces como su jefe le ordene; aburrida, ella misma se impondrá como tarea cambiar las fechas de los calendarios de todas las oficinas, pero tampoco gustará este gesto y, finalmente, le encargarán la limpieza de los aseos.

Y Amélie lo aguantará todo. Resistirá hasta el final, para demostrar que también puede, que no se rinde fácilmente. Y todo contado con humor, con ironía, criticando esta severa sociedad japonesa, donde las emociones parecen estar prohibidas. Una sociedad estrictamente jerarquizada, basada en la obediencia, con multitud de obligaciones de las que nadie, y mucho menos la mujer, puede escapar. 

Pero no he podido conectar con esta historia. No he logrado meterme en ella. Me ha resultado todo muy frío. No he logrado empatizar con la protagonista en ningún momento ni creerme su historia. Eso sí, es una novela breve, con una prosa muy sencilla, que se lee muy fácilmente. Quizás tendré que probar con otra obra de la autora.

domingo, 25 de febrero de 2018

III Edición #Leyendoeneltiempo: otro reto más...

Último reto al que me sumo este año. Organizado por Carmen, de Los libros al sol, nos reta a leer  un libro cuya historia principal transcurra en cada una de las décadas comprendidas entre la de 1920 hasta 2010. ¿Os animáis también? Pues pinchad en el banner!

http://loslibrosalsol.blogspot.com.es/2018/02/iii-edicion-leyendoeneltiempo-y-otros.html

Mis lecturas:

viernes, 23 de febrero de 2018

El cuento de la criada de Margaret Atwood

 El cuento de la criada
Margaret Atwood
Trad: Elsa Mateo Blanco
Salamandra, 2017 (1985)

Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.
 

El cuento de la criada es una novela que va ganando más cuando las reposas. Porque la vas leyendo y parece que apenas hay acción, que apenas sucede nada. Sólo sientes angustia, desazón, incomodidad, ante ese futuro tan opresivo que la autora plasma en su novela.

Un mundo en el que las mujeres han perdido todos sus derechos. Sólo tienen deberes. Cada una tiene un cometido que tiene que cumplir. Y para cometido, hay un color. Así, están las Esposas, que visten de azul. Ellas se limitan a cuidar de sus hijos. Luego, están las Tías, vestidas de marrón. Son las que enseñan las normas y vigilan con severidad que éstas se cumplan. También están las Marthas, cuyos vestidos son verdes. Son las encargadas de limpiar y cocinar. Por último, tenemos a las  Criadas, que visten de rojo. Su único fin es traer hijos al mundo, hijos de su señor. ¡Ah! Por poquito se me olvidan, las no-mujeres, aquellas que han roto repetidamente las normas o que no pueden traer niños al mundo.

Nuestra protagonista es una criada. Ni siquiera sabemos su nombre real. La conocemos como Defred, lo que sólo señala a quien pertenece, en este caso, al Comandante Fred. Y conocemos su rutina, su día a día... Todos iguales, siempre lo mismo. Así, vamos conociendo el mundo en el que vive y poco a poco vamos descubriendo cómo se ha llegado a esto. Y de forma tan repentina. Porque el pasado de Defred no es tan lejano al nuestro. Ella tenía un trabajo, un marido, una hija... Y de un día para otro, se lo arrebataron todo.  A ella y a todas las mujeres. Y no hay actos de rebeldía, actos de sublevación. Sólo conformismo, sumisión... Y que tenga esta vida tan similar, hace que pronto empaticemos con ella, pese a la frialdad de la narración. Y comprendas pronto su frustración, su dolor, su desconcierto... Que incluso comprendas su falta de valentía, su indecisión...

Es todo tan desolador. El placer está prohibido. La cultura está prohibida. Afortunadamente, no pueden encarcelar tus pensamientos, tus sueños... Y ahí se refugia a veces Defred, para recordar quién era, para recordar quién es. Y escapar de este mundo tan rígido, tan severo. Un mundo donde hasta el acto sexual tiene sus normas y se realiza de forma mecánica. Todo está controlado, hasta el más mínimo de detalle.

Pero llega un momento en la historia en que esta rutina empieza a cambiar para nuestra protagonista. Hay un momento de esperanza, de ilusión. Ella empieza a conocer una realidad diferente, aunque luego nos damos cuenta de que la base es la misma. Es el hombre quien tiene el poder. Las mujeres siguen siendo simples instrumentos. La esperanza se desvanece.

Y si no le doy el sobresaliente a este libro  es por su final, completamente abierto. Y no es que no me gusten estos finales, pero en esta historia sí que me quedado con ganas de más páginas, con ganas de saber cómo continua la historia. No quiero imaginarla yo. Quiero que me la cuenten. Necesito saber. Necesito contestar a todas las preguntas que este libro me ha planteado. ¿Recomiendo el libro? Sí, por toda la denuncia, por toda la crítica, por todas las reflexiones que te plantea. Porque es un libro para discutir y debatir largamente sobre él.  Te deja con tantas ideas en la cabeza...

miércoles, 21 de febrero de 2018

Las hermanas de Stefan Zweig

Las hermanas
Stefan Zweig
Trad: Berta Vias Mahou
Editorial Acantilado
En esta historia, tan pícara como moral, a pesar de la advertencia del autor, nos habla Zweig de la idea del doble, en este caso representado por dos hermanas: Sophia (la razón) y Helena (la pasión). Ambas compiten por recuperar, cada una a su manera, el esplendor perdido de su familia. Una, a través de la virtud, la otra, a través de la pasión. Pero ¡cuán delgada es la línea que separa la templanza de la voluptuosidad! Precisamente esto es lo que Helena pretende averiguar cuando pone a prueba a su hermana, sin sospechar el sorprendente final que el destino le depara.

No es de los mejores libros de Zweig, pero aún así, he disfrutado mucho con esta brevísima novela. Y es que, aunque la historia en sí no sea muy atractiva, Zweig sabe darle tanta vida a sus personajes, que nos resulta imposible abandonarlos.

Aquí esos dos personajes son Helena y Sofía, dos nombres escogidos por todo lo que implican. La pasión, la seducción contra la razón o sabiduría. Dos hermanas gemelas absolutamente idénticas, incluso en carácter. Porque aunque cada una de ellas coge un camino diferente, su máxima ambición no es sino superar a la otra. Si Helena empleó todos sus encantos para ganar riqueza y vivir rodeada de lujo, Sofía aspirará a la mayor elevación de su alma e ingresará en un convento dedicando todo su tiempo a cuidar pobres, ancianos y enfermos. Pero Helena no se conformará. No soportará ver que su hermana la supera en fama. Y como si fuera un demonio, la tentará... Y hasta aquí puedo contar.

¿Triunfará el pecado o la virtud? Habrá que llegar al final de la novela para saberlo. Para averiguar si Helena y Sofía serán capaces de dejar a un lado sus diferencias, dejar a un lado la soberbia, la envidia...

Y es muy corta esta novela. Casi más bien es un cuento. Así que si queréis saber cómo termina, no lo dudéis. Vais a tardar más tiempo en pensar en leerla que en leerla. Además, leer a Zweig siempre es un placer, incluso con sus obras menores. 

lunes, 19 de febrero de 2018

Estos días leo...#59

Esta semana me pilláis aún con una de las lecturas de la pasada:



Nada tiene desperdicio en la escritura de Maria Antonieta Preto en este libro, La resurrección del agua, en el que la esencia del relato radica en la perfecta relación entre los elementos literarios: los personajes de la historia, los códigos de la memoria y del mensaje constituyen el significado de las palabras a través de cada rasgo humano. Ya sea el relato mágico o cruento, contando la muerte o la vida de nuestros afectos, el lenguaje y el buen gusto estilístico ganan singularidad en el desarrollo de lanarración.
Maria Antonieta Preto, periodista y ya considerada una de las mejores voces de la literatura portuguesa contemporánea, nos sorprendió con la publicación de Llueven cabellos en la fotografía (2004), cuentos sobre su raíz alentejana, que transfigura y nos transporta a todos aquellos lugares y en todos nos ofrece la posibilidad de observar y de sentir. Ahora confirma el ritmo poético de un sólido oficio literario y redobla una escritura poderosa tanto desde el punto de vista formal como desde el imaginativo (fascinantes nombres de personajes como el abuelo Antonásio y la abuela Bordália). Trabajando universos ancestrales, los signos son, sin embargo, de todos los tiempos y geografías, permaneciendo plenamente actuales.

Y empiezo también lectura nueva:

 Octubre de 1914. Una guerra estancada. Un mundo que ha perdido la razón. España es el mayor país europeo que todavía se mantiene neutral. Alain Santini, diplomático francés, y Fritz Springer, oficial de la inteligencia alemana, viajarán a Madrid con el mismo fin: conseguir que España rompa una neutralidad que a sus países les está costando miles de vidas diarias.

En la trasnochadora ciudad ambos súbditos tendrán que poner a prueba su capacidad para manejar situaciones novedosas que se escaparán continuamente de su control, y tendrán que aprender a negociar, a engañar, a intrigar y a amar con un único objetivo: conseguir que Alfonso XIII abandone su indolente imparcialidad.

Entreacto en el Apolo nos llevará por los intrincados vericuetos de la alta política, de los bajos manejos palaciegos, de los intereses cruzados, de las engañosas pasiones, de los amores hipócritas y también de la lealtad y del patriotismo, donde no sabremos ni cuál será el siguiente acto de una función que está a punto de levantar el telón ni cuál será el papel que, como lectores, tendremos que interpretar.
Y vosotros, ¿qué leéis?  

viernes, 16 de febrero de 2018

Septiembre puede esperar de Susana Fortes

Septiembre puede esperar
Susana Fortes
Planeta, 2017

El 8 de mayo de 1955 la escritora Emily J. Parker desaparece en Londres mientras la ciudad celebra el décimo aniversario del final de la II Guerra Mundial. Nunca más vuelve a saberse nada de ella.

Años más tarde, Rebeca, una estudiante española de filología, decide trasladarse a Londres para preparar su tesis doctoral sobre la misteriosa escritora. Durante la investigación, la infancia y la vida familiar de Rebeca se van trenzando con el pasado de Emily en el Londres del Blitz y de la posguerra en un entramado de espionaje y relaciones sentimentales que forman un extraño puzle tan sugerente como difícil de interpretar.
Susana Fortes crea una apasionante trama de misterio e intriga psicológica que abarca desde el mundo del espionaje hasta los rincones más personales de sus protagonistas.
Cuando empecé esta novela creía que me iba a encontrar con la típica estructura de dos líneas argumentales, una en el pasado, otra en el presente, que van desarrollándose a la par. Pero no. La autora le cede todo el protagonismo a Rebeca. Y todo lo que conocemos de Emily J. Parker será a través de las investigaciones que Rebeca realiza. Así, descubrimos, junto a ella, que Emily no sólo fue una gran escritora. También trabajó para el Servicio Secreto Británico durante la II Guerra Mundial. Y tuvo también una vida sentimental un tanto azarosa.  Una vida intensa la de esta escritora hasta su desaparición. Y aunque todo parece indicar que nos vamos a encontrar con una novela llena de acción, misterios e intriga, poca dosis de todo esto hay realmente. Y sin embargo, su lectura atrapa.

Porque vamos descubriendo a Emily, pero también vamos conociendo a Rebeca. Porque a través de la vida de Emily, ella va recordando su propia vida, todos los pasos que ha dado y que le han conducido hasta Londres finalmente. Porque no nos cuesta nada empatizar con ella, porque es una chica normal y corriente, con los problemas de cualquier persona hoy día, con las dudas de cualquier persona. Porque investigar no es fácil. ¿Por dónde empezar? Afortunadamente cuenta con la ayuda de su tutor, Robert Whelan, quien siempre está dispuesto a ayudarla y a indicarle el camino correcto.Y así vemos sus avances, sus tropiezos, su vuelta a empezar... 

También nos ayuda a conocer a Rebeca que la novela esté narrada en primera persona. Es ella quien nos lo cuenta todo. Conocemos directamente lo que está pensando, lo que está sintiendo en todo momento. Y no podremos evitar estar de acuerdo con muchas de sus reflexiones.

Son escasos los diálogos y las descripciones. Casi todo es narrativa, pero la prosa de Susana Fortes es sencilla, fluida, ligera, lo que hace que, sin ser una lectura adictiva, leas la novela sin apenas darte cuenta. Una lectura ideal para intercalar entre lecturas más densas. Y una lectura que hubiera disfrutado más si no hubiera tenido, y no sé por qué, las expectativas altas.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Alejandría de Lindsey Davis

Alejandría
Lindsey Davis
Trad. Monserrat Batista
Edhasa, 2009
Acosado por su aristocrática esposa, Helena Justina, Marco Didio Falco se embarca con destino a Alejandría con el propósito de visitar algunas de las siete maravillas del mundo. Sin embargo, al poco de su llegada aparece un cadáver en la célebre biblioteca de esa ciudad, y eso le involucra en una investigación que le llevará a conocer a fondo los entresijos de las pequeñas luchas políticas en el seno de una institución cultural tan emblemática como la Biblioteca de Alejandría. Como siempre en Davis, su texto puede trasladarse fácilmente a nuestros días y a la mayoría de entidades culturales.
Sólo Lindsey Davis es capaz de situar una novela histórica en el antiguo Egipto sin rozar siquiera ninguno de los tópicos al uso.
Combinando con extraordinario talento la reproducción de una época, una soberbia trama detectivesca y unos personajes inolvidables, Lindsey Davis ha escrito, aunque pueda parecer imposible a estas alturas, su más divertida novela.

Mi estreno con Lindsey Davis no ha podido ser mejor. Sólo tengo ahora un problema. Que casi he empezado la casa por el tejado... Porque escogí este libro al azar y resulta que es el penúltimo de la saga de Marco Didio Falco. Y una no quiere meterse en más sagas. ¡Y resulta que son 20 libros! Pero es que he disfrutado mucho con esta lectura. Pero es que encima me dicen que los primeros libros son aún mejores... 

Y es que me lo he pasado muy bien yéndome a Alejandría de vacaciones con Marco Didio Falco y su familia. Aunque vacaciones, al final, es lo que menos va a tener Marco. Como si fuera la Fletcher, pronto aparece el primer cadáver y todo apunta a que fue asesinado. Así que tendrá que ponerse a investigar. Tengo que admitir que el desarrollo de la investigación tiene un ritmo un tanto irregular. Algunas páginas le hubiera quitado. Pero la ambientación de la novela es muy buena. Sin exhaustivas descripciones, consigue la autora que nos traslademos a Alejandría. Y nos lleva por la Gran Biblioteca, el zoo, el templo de Serapis, por las calles...

Pero el gran acierto de esta novela son sus personajes, y, sobre todo, su protagonista principal, Marco Didio Falco, que me ha conquistado por completo. Con su humor, su cinismo, su ironía, su mordacidad... Sus frases no tienen desperdicio. Su forma de pensar, su actitud ante la vida... Y junto a Marco destaca su esposa, Helena, quien también comparte con su marido mucho de su cinismo y su ironía. Y también su inteligencia, así que ayudará mucho a Marco en su labor investigadora. También le acompaña en el viaje, Camilo, el hermano de Helena, quien también ayudará a Marco y  nos va a arrancar en más de una ocasión una sonrisa.

Y es que el humor nos acompaña durante toda la lectura. No un humor para reírte a carcajadas, pero sí para dejarte página tras página la sonrisa en la cara. Así, resulta fácil ir avanzando en esta lectura e ir cogiéndole, poco a poco, cariño a sus personajes.

En definitiva, he disfrutado mucho en mi estreno con Lindsey Davis y aseguro ya que no va a ser el último libro que lea. La autora ha sabido combinar a la perfección la novela histórica y la novela detectivesca dándole, además,  un toque de humor que le aporta mucha frescura y que agiliza mucho su lectura. Muy recomendable.

 


lunes, 12 de febrero de 2018

Estos días leo...#58

Esta semana estoy empezando dos nuevas lecturas:

La ofensa era la historia leída; Derrumbe, la historia imaginada, y El corrector es la historia vivida.

El jueves 11 de marzo de 2004 la vida de España cambió sin remedio. Esta novela narra cómo vivió aquella terrible jornada y cómo la reconstruyó más tarde un corrector, alguien que, obligado a enmendar los errores ajenos, se tropezó aquel día con una errata imborrable escrita sobre el libro de la realidad. Concebido como el testimonio de un ciudadano corriente, pero sobre todo como una confesión a los seres que amamos, El corrector es un homenaje a quienes nos permiten mantener la cordura en tiempos oscuros y una emocionante novela acerca del poder de las distintas formas del amor –la amistad, la paternidad, la sexualidad– como recinto contra las inclemencias de la vida y contra las
mentiras del poder.
De este modo, si La ofensa indagaba en la Segunda Guerra Mundial como escenario de la historia leída e interpretada y Derrumbe se interrogaba a propósito de nuestros miedos a través de la historia presentida o imaginada, El corrector se acerca sin rodeos, desde el implacable yo del narrador, a la historia vivida y protagonizada en primera persona, culminando una serie del mal en nuestro tiempo que ha convertido a su autor, Ricardo Menéndez Salmón, en un nombre indiscutible dentro de la mejor narrativa contemporánea española.
La novela está protagonizada por una familia joven de hoy, de cualquier ciudad, y se inserta en un contexto que ya forma
parte del imaginario colectivo.
Novela que cierra la serie del mal, iniciada con La ofensa y continuada con Derrumbe.

Nada tiene desperdicio en la escritura de Maria Antonieta Preto en este libro, La resurrección del agua, en el que la esencia del relato radica en la perfecta relación entre los elementos literarios: los personajes de la historia, los códigos de la memoria y del mensaje constituyen el significado de las palabras a través de cada rasgo humano. Ya sea el relato mágico o cruento, contando la muerte o la vida de nuestros afectos, el lenguaje y el buen gusto estilístico ganan singularidad en el desarrollo de lanarración.
Maria Antonieta Preto, periodista y ya considerada una de las mejores voces de la literatura portuguesa contemporánea, nos sorprendió con la publicación de Llueven cabellos en la fotografía (2004), cuentos sobre su raíz alentejana, que transfigura y nos transporta a todos aquellos lugares y en todos nos ofrece la posibilidad de observar y de sentir. Ahora confirma el ritmo poético de un sólido oficio literario y redobla una escritura poderosa tanto desde el punto de vista formal como desde el imaginativo (fascinantes nombres de personajes como el abuelo Antonásio y la abuela Bordália). Trabajando universos ancestrales, los signos son, sin embargo, de todos los tiempos y geografías, permaneciendo plenamente actuales.
Y vosotros, ¿qué leéis? 

jueves, 8 de febrero de 2018

Una de las tres de Mercedes Pinto

Una de las tres
Mercedes Pinto
En Amazon, 2017
Separadas tras la muerte de su madre rumana, las trillizas Simona, Irina y Angela se crían en Gran Bretaña e Irlanda, sin saber de su existencia mutua, pero con la intensa sensación de que hay un vacío en sus vidas, una percepción que se desvanece entre sus dedos sin que logren darle sentido. Por eso, cuando ya de adultas una serie de coincidencias las lleva a conocerse, las tres se ven embargadas por la dicha y no tardan en restablecer una relación que nunca debió quebrarse.
Sin embargo, su encuentro revelará que en sus vidas han acabado atrapadas en las redes de hombres indeseables que amenazan con arruinarlas. Hombres peligrosos que las acechan y chantajean. Conjuradas, las hermanas decidirán ayudarse mutuamente a deshacerse de ellos y de su influencia mortal, sin saber que con ello desatarán una trama sembrada de muertes y traiciones, cuyo desenlace esconde giros insospechados, los despojos de una vida llena de secretos.
 
Las protagonistas de Una de las tres son tres hermanas trillizas, que fueron separadas cuando aún eran muy pequeñas. Cada una de ellas será adoptada por una familia y sus vidas serán totalmente diferentes. Ninguna sabrá de la existencia de la otra. Pero las casualidades existen. Y será una casualidad la que haga que se conozcan 20 años después. En este punto de la novela reconozco que la situación me pareció demasiado forzada. No ya por el encuentro entre las tres sino por los diálogos que se suceden. Son veinte años sin saber nada de la otra. Y es conocerse y contárselo todo. Y hacer un pacto que tendrá consecuencias en la vida de cada una. Demasiado precipitado todo, quizás por no hacer más extensa la novela. Hubiera preferido un poco de más desarrollo en la relación entre las hermanas.

Pero tengo que reconocerle a Mercedes el talento que tiene.Que le imprime  tal ritmo y tensión  a la novela, que no puedes parar de leer. Te dejas arrastrar sin pensar mucho más.

Son muchos los temas que aborda esta novela: la infidelidad, la violencia de género, la eutanasia, el abuso a menores... Y en este aspecto sí que está todo muy bien insertado en la historia, de forma natural y creíble.

Lo más destacable de  esta novela es su trío protagonista. Las tres tuvieron suerte y fueron adoptadas por buenas familias. Tuvieron una infancia cómoda y feliz. Pero ahora son ya adultas. Ahora son ellas las que tienen las riendas de su vida y tienen que tomar decisiones. Y no siempre son las acertadas. Y ahora querrán aprovechar el gran parecido entre ellas para resolver los graves problemas que tienen. No cuesta nada creerte a estos personajes. Están bien desarrollados, bien perfilados. La autora no se detiene en exhaustivas descripciones. Le preocupa la historia y sus personajes y en ellos se centra. 

Así, poco a poco, la novela va convirtiéndose en un thriller con un ritmo vertiginoso e intenso. La intriga y la tensión va aumentando a medida que avanzamos en la novela. Y aunque pronto averiguamos quién es la culpable, nuestro interés no decae en ningún momento. Porque es inteligente y sabe cómo jugar sus cartas. Porque atraparla no va a resultar fácil. Y porque hasta el último momento no sabremos si logrará salirse con la suya o no. Pero no os preocupéis, que lo sabremos. Porque el final es cerrado, bien atado, al que no le sobra ni le falta nada. 

En definitiva, una lectura que he disfrutado, pese a ese pero que he señalado al principio. Resulta muy fácil leerla, gracias a la prosa sencilla pero a su vez, cuidada y elegante, de Mercedes Pinto. Y sabe manejar muy bien la tensión e intriga, que va aumentando a medida que vamos avanzando leyendo y que hace que nos cueste soltar el libro. Muy recomendable.


martes, 6 de febrero de 2018

Ancho mar de los Sargazos de Jean Rhys

Ancho mar de los Sargazos
Jean Rhys
Trad: Andrés Bosh
Anagrama, 2006
Tras largos años de silencio y olvido después de haber publicado, en el período que va de 1927 a 1939, cinco libros escritos «con una sensibilidad demasiado adelantada a su época», Jean Rhys reapareció en 1966 en la escena literaria inglesa con "Ancho mar de los Sargazos", que muchos críticos consideran su obra maestra. Espléndido ejercicio de «literatura en la literatura» pero también mucho más que eso, una novela de vastas resonancias, cuenta la historia de Antoinette Cosway, la primera señora de Rochester (el enigmático personaje de la novela Jane Eyre de Charlotte Brontë), la esposa loca que vivió encerrada en la buhardilla de Thornfield Hall y se suicidó en el incendio que ella misma provocara. Pero Antoinette Cosway no es de ninguna manera una mera continuación del personaje esbozado por Charlotte Brontë, ni Ancho mar de los Sargazos un pastiche ingenioso de Jane Eyre, sino que la decadente heredera antillana se convierte, gracias a la impecable escritura y la imaginación de Jean Rhys, en uno de los personajes femeninos más desgarrados y fascinantes de la literatura del siglo xx.
Tras releer Jane Eyre, me apeteció también releer esta novela. Cuando las leí por primera vez, entre ambas novelas hubo mucho tiempo de por medio. Pero sí recuerdo que disfruté mucho con esta lectura. Y ahora que tengo Jane Eyre bien fresquita en la memoria, he vuelto a disfrutar mucho con esta novela.

En Ancho Mar de los Sargazos conoceremos a Bertha Antoinette Mason, la primera esposa del sr. Rochester, la mujer que vivía encerrada y oculta a los ojos de todos en Thornfield Hall. Y sabremos, por fin, los verdaderos motivos de ese encierro.

Dividida en tres partes, la primera está contada por la propia Antoinette.  Así, nos cuenta cómo fue su infancia. Y como creció y cómo conoció al sr. Rochester. Una infancia que no fue fácil. Antoinette es una niña criolla descendiente de ingleses. En tiempos en los que la esclavitud por fin llegaba a su fin, Antoinette no sabía a qué mundo pertenecía. No era aceptada por los negros. Tampoco era blanca. Y que su madre se casara para salir de la pobreza con un inglés, tampoco ayudó mucho a que ambos mundos la aceptaran. Más bien al contrario. Y no verse aceptada condicionó mucho su personalidad. Una personalidad confusa, insegura, que se dejaba arrastrar por las circunstancias. En este ambiente confuso, agobiante, opresor, crece Antoinette. Y es esta atmósfera  la que la autora recrea con gran maestría: la vegetación, exuberante y cargante; los perfumes de las flores, continuos, intensos, mareantes... La autora sabe plasmarlo tan bien que es imposible no sentir ese ahogo, esa asfixia que en este mundo siente la propia Antoinette. No hay respiro para ella en esta naturaleza salvaje. Ni tampoco en su casa, con una madre con la que no puede contar. Una madre que desde joven muestra indicios de locura, que no sabe valerse por sí misma y recurre al matrimonio para sobrevivir. Así, cuando aparece Rochester, le resulta fácil enamorarse de él, ver en él una tabla de salvación que la saque de ese mundo oscuro y feroz. Un mundo que la está llevando a ella también a la locura.

La segunda parte está narrada por Rochester. Y si en la primera parte no era mucha la simpatía que nos despertaba, porque no era precisamente muy cariñoso y amable con Antoinette, ahora empezaremos a conocer su versión. Y ya no es la misma historia que nos cuenta Antoinette. En ésta, él es la víctima, él será el engañado. Nos resulta fácil comprender por qué actúa como actúa. Y esto te lleva a pensar también en que no sabemos quién tiene verdaderamente la razón. Porque tenemos la visión de uno y otro, pero no la de un narrador omnisciente. Y si hay que tomar partido, me resulta más fácil inclinarme por Rochester. Porqeu sí creo que él ha sido realmente engañado, no por Antoinette, sino por su entorno. Realmente aquí hay dos víctimas, Antoinette y Rochester. 

En la tercera parte, vuelve a tomar Antoinette la palabra. Ya en Inglaterra, ya encerrada en Thornfield Hall. Esta historia nos suena ya, pero ahora la conocemos desde su punto de vista. El final ya lo conocemos, y aún así esta parte es la que más nos atrapa.

En definitiva, Ancho Mar de los Sargazos es una novela brillante, una muy digna precuela de Jane Eyre. Y aunque la historia sea anterior, sí recomiendo empezar primero con Jane Eyre. Creo que en esta ocasión es mejor conocer primero el secreto que Rochester guarda con tanto empeño, y luego, conocer al personaje.

lunes, 5 de febrero de 2018

Estos días leo...#57

Esta semana estoy empezando El cuento de la criada de Margaret Atwood. Que quiero ver la serie, pero me estoy resistiendo. Que como la vea, ya me da pereza ponerme con el libro, lo admito... Así que por fin me animé.

Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.
Esta semana, por ahora, sólo estaré con este libro. Otra cosa es que luego se me cruce alguno...
Y vosotros, ¿qué leéis?

jueves, 1 de febrero de 2018

Y acabó enero...

Si parece que estábamos ayer con las comidas navideña... Pero no, ya se ha acabado enero. Y toca hacer balance. Y no me puedo quejar de este mes, que he tenido muy buenas lecturas entre manos:

¡Y casi voy al día con las reseñas! Ni me lo creo... Y creo que no me va a costar mucho ya mantenerme a la par, que este año quiero prepararme otra vez unas oposiciones. Que este año los Reyes Magos me han traído el carnet del paro otra vez. Y con él, mucho tiempo libre. Así que habrá que aprovecharlo bien. 

Las otras reseñas que también han caído este mes son:
Este mes de enero me ha cundido mucho en series. Animada por Francisco de Un lector indiscreto, empecé a ver Estoy vivo y terminé enganchada a la serie. Me ha gustado mucho. También aproveché los primeros días de enero para ver, por fin, la última temporada de Sherlock. Genial, como siempre. También es que tengo debilidad por los actores protagonistas... También estoy viendo la segunda temporada de Buena conducta. A esta temporada no termino de cogerle el punto, lo reconozco. Y he empezado a ver Vikingos. Sí, a estas alturas... Me faltan dos episodios para terminar la primera temporada y me está gustando mucho.


Películas... He visto El gran showman, una película entretenida, con buenos números musicales, y que se acaba sin apenas darte cuenta. También he visto C'est la vie. Esperaba más de ella, sinceramente. Bastante previsible. Se deja ver sin más.






Y como sigo con la música metida en la cabeza de El gran showman, os dejo este mes con una de sus canciones. Y vuestro mes, ¿cómo ha sido?