PandoraHenry James
Traducción de Carlos Mayor
Ediciones Invisible, 2025
En la cubierta de un transatlántico, el joven conde alemán Otto Vogelstein, que viaja a Nueva York para iniciar una prometedora carrera diplomática, queda cautivado por la gracia desenvuelta de una joven norteamericana. No obstante, otra pasajera le recomienda que no se fije tanto en ella, porque pertenecen a dos mundos completamente distintos: él es un aristócrata europeo que se codeará con la flor y nata de la alta sociedad, y ella, Pandora Day, una chica de pueblo sin nombre ni fortuna. En cualquier caso, es muy improbable que vuelvan a encontrarse...
Novelita muy corta que se lee en un suspiro y que se centra, fundamentalmente, en el contraste entre la sociedad europea de finales del siglo XIX, más vieja, más tradicional, y la sociedad norteamericana, más joven, más fresca, más libre. Además, la protagonista es una mujer, Pandora, con lo que el autor refleja aún más estas diferencias. Ella es una joven norteamericana que con su iniciativa, su soltura, su desparpajo, va consiguiendo poco a poco ascender en la escala social. Y esto desconcierta totalmente al joven aristócrata alemán Otto Vogelstein, el otro protagonista de esta novela. Deliciosa esta novela, sobre todo, por las reacciones de Otto ante la desenvoltura de Pandora. Muchas de sus escenas nos va a arrancar más de una sonrisa.
Si tropezáis con esta novelita, ni lo penséis. Se tarda más en pensar que en leerla y no os vais a arrepentir.
La mujer de blanco
Wilkie Collins
Traducido por Miguel Ángel Pérez
Alianza, 2014
Cuando Walter Hartright, joven profesor de dibujo, se encuentra de madrugada en un camino con una misteriosa mujer vestida de blanco, no puede imaginarse que está empezando a vivir una aventura de consecuencias imprevisibles. Su traslado, justo a continuación, a una mansión de la costa noroeste de Inglaterra para instruir a dos hermanas, le servirá para encontrar el amor en una de ellas y desencadenar una fascinante intriga que irán relatando varios de sus protagonistas, entre los que destacan la enérgica y perspicaz Marian Halcombe y el extravagante y muy maquiavélico conde Fosco. "La mujer de blanco" es una novela cargada de misterio, reflejo de los claroscuros de la era victoriana, y que el lector difícilmente podrá dejar una vez comenzada.
Leí esta novela hace muchos años y me apetecía volver a ella. Y conociendo la historia, aunque había detalles que había olvidado, he disfrutado incluso más que la primera vez. Y es que Wilkie Collins es todo un maestro a la hora de contar, a la hora de desarrollar sus personajes, de describir la atmósfera que rodea esta historia.
Construida a partir de cartas, diarios y testimonios de los diferentes protagonistas, los vamos conociendo a cada uno de ellos y vamos conociendo también la misma historia, pero contada desde diferentes puntos de vista, los que nos va a permitir ir siempre un paso por delante de los protagonistas, y con ello sufrir un poquito más, porque veremos el peligro antes que ellos. Para el lector de hoy día, puede ser fácil resolver el misterio, pero para el lector de esta época, tuvo que ser una auténtica sorpresa esta estructura y esta manera de contar la historia.
Los personajes son los típicos en las novelas de estos años. Los malos, muy malos, y los buenos, muy buenos, a los que les sucede desgracia tras desgracia, sufriendo con ellos hasta llegar a las últimas páginas.
Una de las cosas que más me ha sorprendido en esta lectura es el feminismo que se aprecia en muchas de sus páginas. No sé si es que no lo recuerdo o que en mi anterior lectura, siendo yo muy jovencita, no fui capaz de apreciarlo, pero ahora sí y me ha sorprendido mucho esta postura del autor con respecto a la mujer y a los problemas a los que tenía que enfrentarse: matrimonios concertados en los que no importaba su opinión, la indefensión ante la justicia, ante cualquier problema que tuviera que soportar...
En definitiva, un clásico que he vuelto a disfrutar y que recomiendo muchísimo.
Quiero repetir con Wilkie Collins, me gustó su estilo, así que La mujer de blanco podría ser una opción estupenda. Sí, con Dickens (íntimo amigo suyo) también tuve esa impresión, los buenos muy buenos y los malos muy malos, jajaja.
ResponderEliminarUn beso ;)
Hola, muchas gracias por ambas reseñas, creo que te haré caso en la recomendación, así que si se presenta la oportunidad me animaré a leerlas, pues me han gustado lo que cuentas de ellas.
ResponderEliminarBesos desde Promesas de Amor, nos leemos.
No he leído ninguno, pero los apunto para el 2026.
ResponderEliminarBesotes.
Pandora no la he leído y está hace tiempo entre mis pendientes. La mujer de blanco estoy casi segura de que sí, pero no está en mi lista de leídos. Creo que es porque la leí antes de empezar con la lista, pero después de lo que me pasó con Lady Susan... (y ese sé que no lo había leído porque toda jane Austen está leída después de empezar la lista). Sea como sea, debería leer (o releer) La mujer de blanco. Las otras dos novelas del autor que he leído me gustaron mucho.
ResponderEliminarUn beso.
Hola guapísima, yo también releí a principios de año La mujer de blanco, y se disfruta enormemente... El de Pandora lo tengo en la lista de deseos de eBiblio, así que el año que viene caerá, sobre todo si es cortita y te ha gustado tanto.
ResponderEliminarUn besazo
¡Hola! Es un libro que no tengo pensado leer a corto plazo pero sí que se ve interesante así que, viendo los temas que trata, no lo descarto. Un besote :)
ResponderEliminar¡Hola, Margari! Ninguna de las dos lecturas es de mi estilo, pero me alegra que las hayas disfrutado. Es más, veo interesante que en la relectura de la segunda hayas notado que se tratan mejor algunas cosas o que se deja entrever un mayor hincapié en el feminismo. Puede que sea el bagaje lector o la edad, pero justo eso me pasó con una relectura hace poco y es increíble como el paso del tiempo puede dejar nuevas impresiones cuando leemos algo.
ResponderEliminar¡Saludos y espero que tus próximas lecturas sean igual de buenas! ;-)
Hola, aunque me gusta mucho Henry James, Pandora no lo he leído. Me la llevo apuntada.
ResponderEliminarMe encanta La dama de blanco y quería releerla este año pero al final no ha podido ser. El año que viene caerá seguro. Lo que comentas de los personajes sin claroscuros era muy típico de las novelas de la época creo yo, supongo que era para lograr una mayor identificación de los lectores con los protagonistas. Besos.
Pandora no me termina de convencer aunque sea una lectura para despejar, que a veces viene muy bien.
ResponderEliminarLa de Collins está en la lista de las buenas intenciones. Libros que sabes que tienes que leer pero por lo que sea no les llega el momento. Lo poco que he leído del autor me ha gustado muchísimo. Así que no entiendo bien a qué estoy esperando.
Besos
¡Sí, Sí! Marian Halcombe me encanta, es una gran heroína; "La dama de blanco" es de mis novelas preferidas y la he releído varias veces, creo que en parte gracias a ella :-)
ResponderEliminarMe apunto "Pandora" ;-)
Beso grande y gracias por tus recomendaciones.
Buenas tardes, Margary.
ResponderEliminarHoy vengo con las tareas hechas, ya que he leído ambas obras. Las dos me encantatan y adoro a sus respectivos autores. Con respecto a La mujer de blanco, me uno a ti en la recomendación.
Un abrazo y feliz Adviento!!
El de James no lo veo para mí pero el de Collins lo tengo apuntado desde hace mil años por lo menos. A ver si lo busco que hace tiempo que no leo a este autor. Besos.
ResponderEliminarDe Henry James he leído -hace ya tiempo, es cierto- varias cosas que recuerdo con agrado (Las bostonianas, Otra vuelta de tuerca, Los europeos... y alguna otra más). Esta que traes por lo que dices no es muy distinta a las que cito, pero a mí me gusta mucho este norteamericano europeísta, este americano de Boston que renegaba del aventurismo de los conquistadores del oeste depredadores de tribus indias.
ResponderEliminarEn cuanto a Wilkie Collins al leerte he vuelto a mirar con sentimiento de culpa la librería donde desde hace años me espera "La mujer de blanco". Poco caballero soy cuando le llevo dando tantos desplantes. Tengo que leerla. Gracias por recordármelo.
Un beso grande