Doce horas de Mayte Esteban

Doce horas

Mayte Esteban

Harlequin, 2020

En un rincón de una ciudad, doce horas son suficientes para demostrar que hace falta mucho más que un virus para detener la vida de sus habitantes. Ni aun en la primavera más extraña han dejado de cantar los pájaros. Pongamos que hablo de Madrid…

Doce horas es un relato muy corto, en el que Mayte Esteban  demuestra una vez más, su talento para contar buenas historias. Una historia en la que resulta fácil sumergirse, al tratar de este confinamiento que acabamos de padecer. Y resulta fácil también por  todos sus personajes, con los que resulta fácil empatizar. Tan bien dibujados, tan sencillos, tan cercanos, que nos resulta imposible no tomarles cariño. Porque están sufriendo, como nosotros, ese encierro. Y porque lo intentan llevar lo mejor posible. No, no se recrea Mayte en el dolor ni en la tristeza. Ella nos habla de amor, de amistad, de solidaridad, de supervivencia, de emociones, del miedo  ante esta situación que nos ha cogido a todos desprevenidos y con la guardia baja. Y nos habla de esperanza, esa esperanza que nunca hay que perder y que nos ayuda a salir de todo esto. 

Y el gran mérito de la autora es su habilidad para captar y plasmar los sentimientos de cada personaje. Primero ese desconcierto, luego el miedo, la sensación de impotencia, la alegría por esos encuentros virtuales que tanto nos han ayudado a sobrellevar estos días…  ¡Logra contar tanto en tan pocas páginas! 

En definitiva, un relato muy cortito, con un ritmo muy dinámico, muy vivo, con un lenguaje sencillo, que te atrapa desde la primera página y con una galería de personajes tan entrañables que no nos importa cuando salta de un personaje a otro, porque logramos querer a todos por igual. ¡Aprovechad que aún está gratis en Amazon! Se lee en un suspiro. Tardáis más en pensarlo que en leerlo.