Elia Barceló
Roca, 2022
Estamos en Santa Rita, un antiguo balneario, que luego fue sanatorio y ahora es la casa de una escritora anciana, Sofía, (que escribe novelas de misterio con un pseudónimo y novela rosa con otro), donde viven unas cuarenta personas de todas las edades apoyándose unos a otros y trabajando juntos, en un concepto de "comunidad cordial" transgeneracional.
La protagonista, Greta, sobrina y traductora de Sofía, llega para quedarse una temporada y, a través de ella, vamos conociendo a los personajes de la historia: Candy, secretaria y mano derecha de Sofía; Robles, comisario de policía retirado; Nel y su grupo, estudiantes universitarios; Miguel, profesor de matemáticas ciego; Reme, madre de una mujer maltratada...
La llegada de un viejo conocido de Sofía con planes propios para el futuro de la comunidad creará los primeros problemas. Pocos días después de haber vuelto, el hombre aparece muerto en la alberca de riego. ¿Accidente o asesinato? De hecho, casi todos los habitantes de Santa Rita han tenido ocasión y no les habrían faltado ganas de hacer desaparecer a Moncho Riquelme.
Greta y Robles se involucrarán en la investigación y, sin pretenderlo, irán desvelando más secretos y descubriendo más misterios de lo que pensaban.
«¿Y si de verdad había sido asesinato? ¿Quién, en Santa Rita, sería capaz de matar? Y ¿por qué? ¿A quién podía beneficiar la muerte de aquel payaso? A todos, claro, ese era el problema: que, exceptuando a Sofía, desde el punto de vista de los habitantes de Santa Rita, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, como mejor estaba Moncho era justo como estaba ahora: muerto.»
Muerte en Santa Rita es una novela coral en la que vamos conociendo a muchos personajes, muy distintos entre ellos, que conviven en un mismo lugar, en Santa Rita, una vieja casa señorial que necesita más de una reforma, pero esto no impide que lo veamos como un sitio idílico en el que no nos importaría también vivir. La convivencia ahí parece buena, aunque poco a poco iremos descubriendo que algunos de sus habitantes guardan secretos que es mejor no descubrir, y que algunos tienen un carácter con el que es difícil lidiar. Y que es difícil, entre tanta gente, tener tu poquita de intimidad, que ahí parece que todos saben los movimientos de todos y no resulta fácil pasar desapercibido. Así que cuando aparece el cadáver de Riquelme, muchas serán las conjeturas que nos haremos y como la propia policía, dudaremos de si ha sido fruto de un simple accidente o ha sido víctima de un asesinato. Porque parece que nadie se entristece por su muerte, más bien lo contrario. Y porque parece, finalmente, que más de uno tiene motivos para matarle. Así que estaremos dudando en todo momento, y como en una buena novela de Agatha Christie, nuestras sospechas irán de un personaje a otro, y no lo tendremos claro hasta llegar al final.
Entre tantos personajes destaca especialmente Sofía, la dueña de la casa, una anciana ya de 90 años, que sigue mostrando mucho carácter, que sigue manteniendo su inteligencia intacta y que controla en todo momento lo que sucede a su alrededor, incluso cuando no lo parece. Su sobrina, Greta, también merece una mención especial. Es un personaje que me ha despistado un poco. Creía que iba a ser más fuerte y que llegaría a tener más peso en la investigación y en el desarrollo de la trama, pero al final se me ha diluído un poco. Mi personaje favorito ha sido Robles, un comisario de policía jubilado, que vive también en la casa y que se prestará a ayudar a la policía dada su experiencia. Y muchos, muchos más personajes van apareciendo a lo largo de la novela y que supongo tendrán más protagonismo en las siguientes novelas que quiere publicar la autora.
Sobresale, una vez más, la prosa de la autora, sencilla pero exquisita a su vez, con las descripciones justas y necesarias para conocer a sus personajes, y con muchos diálogos a través de los cuales desarrolla aún mejor los caracteres de cada uno de ellos. Y destaca la forma en que describe Santa Rita, que se convierte en un personaje más, y en un sitio idílico en el que no te importaría tener tu propio cuarto y ser uno más en esa gran familia atípica que forman todos los que viven allí.
En defintitiva, Elia Barceló nos regala una vez más una historia muy bien construida, con personajes muy sólidos, que nos gustan tanto que al final el misterio se convierte en algo secundario, porque nos interesa más la vida de cada uno de ellos. Muy recomendable.