El reino del azahar
Linda Belago
Trad: María Alonso Gómez
Editorial Planeta (TH Novela), 2012
Róterdam, 1850: la pequeña Julie Vanderberg pierde a sus padres en un
trágico accidente y su tío se convierte en su tutor legal, pero lo hace
con el único propósito de quedarse con la sustanciosa herencia. Cuando
Julie cumple los dieciocho años, este, asediado por las deudas,
concierta un matrimonio con un colega de negocios, Karl Leevken, al que
pretende pagar con la dote de su sobrina. Así, Julie se encuentra atada a
un hombre al que casi no conoce, pero que le resulta encantador y
carismático. Solo unos días después de la apresurada boda, ella le sigue
rumbo a la colonia holandesa de Surinam, en Sudamérica, donde Karl
regenta una próspera plantación de caña de azúcar y donde descubrirá su
verdadero carácter.
Una vez en Surinam, Julie tiene que adaptarse a la vida en la
plantación, aunque no le resulta nada sencillo. Se siente mucho más
próxima a los esclavos que a su despiadado marido, su malcriada y
estirada hija y el prometido de esta, Pieter, un arribista espurio y sin
escrúpulos. En Jean, el contable de Karl, Julie encuentra un amigo y
confidente, e inician una relación que será el desencadenante que
liberará las tensiones latentes entre todos los miembros de la familia;
asimismo, provocará una sucesión de dramáticos hechos que culminarán con
la abolición de la esclavitud en Surinam.
En El reino del azahar, Linda Belago narra el
emocionante destino de una mujer en el convulso periodo de la
colonización. Una maravillosa novela que lleva al lector de la vieja
Holanda a la exótica Surinam, y que contiene todos los ingredientes
necesarios para crear con éxito una novela de evasión: una historia
cautivadora y un paisaje tropical, bello y exuberante.
No soy lectora habitual de este género, el landscape. Pero si por algo me apunto al reto genérico de Laky es por obligarme a salir de mi zona de confort y descubrir así nuevas lecturas. No siempre se acierta. Pero en esta ocasión sí me alegrado mucho de escapar de mis lecturas habituales. Es una novela que me ha atrapado desde el principio y me ha mantenido en vilo hasta el final.
Sí es cierto que nos encontramos con la típica novela donde los buenos son muy buenos y los malos, malísimos del todo. Pero están muy bien descritos. A unos llegas a quererlos y a los otros, odiarlos. Y hay desarrollo en ellos, en especial, en Julie, la protagonista. La conocemos siendo una niña inocente y la vemos crecer y convertirse en una mujer fuerte, que toma sus propias decisiones y que asume las consecuencias de sus actos. Pero entre un momento y otro hay mucha historia que contar, muchas aventuras y muchas desgracias que obligan a Julie a crecer a marchas forzadas.
De diez es la ambientación. Extraordinaria la labor de documentación realizada por la autora y la forma en que ha tenido de plasmarlo. De forma amena, sencilla, ágil, Linda Belago consigue que nos traslademos al Surinam de aquellos años, con un paisaje exótico, tropical, tan distinto al nuestro. Y en un momento especialmente difícil, a finales de 1850, cuando la esclavitud estaba a punto de abolirse.
El tratamiento de este tema, la esclavitud, es otro de los puntos fuertes de la novela. La autora refleja, sin tapujos, como eran los esclavos tratados, considerados simples propiedades, como si fueran objetos sin valor al que podían tratar de la forma más cruel, sobre el que tenían todo el derecho. Actitud que Julie rechazará desde el primer momento y contra el que luchará. No entiende como una persona puede ser dueña de otra y menos puede entender el trato tan cruel que les dan.
En definitiva, me ha sorprendido muchísimo esta lectura. La empecé con recelo pero la he terminado devorando, queriendo saber cómo terminaba esta historia para Julie y para cada uno de los protagonistas de esta novela. Y enamorada, como Julie, de Surinam, de sus paisajes, de su cultura, de su gente.