Estaba leyendo esta tarde un poco de Brooklyn Follies, cuando a mitad del libro más o menos, he tropezado con una historia preciosa que he pensado en compartir con vosotros. No sé si está basado en un hecho real o no, pero desde luego, es una historia conmovedora. Esta es la historia tal cual.
"Todas las tardes, Kafka sale a dar un paseo por el parque. La mayoría de veces, Dora, su pareja, lo acompaña. Un día, se encuentran con una niña pequeña que está llorando a lágrima viva. Kafka le pregunta qué le ocurre, y ella contesta que ha perdido su muñeca. Él se pone inmediatamente a inventar un cuento para explicarle lo que ha pasado. “Tu muñeca ha salido de viaje", le dice. “¿Y tú cómo lo sabes?”, le pregunta la niña. “Porque me ha escrito una carta”, responde Kafka. La niña parece recelosa. “¿Tienes ahí la carta?”, pregunta ella. “No, lo siento”, dice él, “me la he dejado en casa sin darme cuenta, pero mañana te la traigo.” Es tan persuasivo, que la niña ya no sabe qué pensar. ¿Es posible que ese hombre misterioso esté diciendo la verdad?
Kafka vuelve inmediatamente a casa para escribir la carta. Se sienta frente al escritorio y Dora, que ve cómo se concentra en la tarea, observa la misma gravedad y tensión que cuando compone su propia obra. No es cuestión de defraudar a la niña. La situación requiere un verdadero trabajo literario, y está resuelto a hacerlo como es debido. Si se le ocurre una mentira bonita y convincente, podrá sustituir la muñeca perdida por una realidad diferente; falsa, quizá, pero verdadera en cierto modo y verosímil según las leyes de la ficción.
Al día siguiente, Kafka vuelve apresuradamente al parque con la carta. La niña lo está esperando, y como todavía no sabe leer, él se la lee en voz alta. La muñeca lo lamenta mucho, pero está harta de vivir con la misma gente todo el tiempo. Necesita salir y ver mundo, hacer nuevos amigos. No es que no quiera a la niña, pero le hace falta un cambio de aires, y por tanto deben separarse durante una temporada. La muñeca promete entonces a la niña que le escribirá todos los días y la mantendrá al corriente de todas sus actividades.
Ahí es donde la historia empieza a llegarme al alma. Ya es increíble que Kafka se tomara la molestia de escribir aquella primera carta, pero ahora se compromete a escribir otra cada día, única y exclusivamente para consolar a la niña, que resulta ser una completa desconocida para él, una criatura que se encuentra casualmente una tarde en el parque. ¿Qué clase de persona hace una cosa así? Y cumple su compromiso durante tres semanas, Nathan. ¡Tres semanas! Uno de los escritores más geniales que han existido jamás sacrificando su tiempo (su precioso tiempo que va menguando cada vez más) para redactar cartas imaginarias de una muñeca perdida. Dora dice que escribía cada frase prestando una tremenda atención al detalle, que la prosa era amena, precisa y absorbente. En otras palabras, era su estilo característico y a lo largo de tres semanas Kafka fue diariamente al parque a leer otra carta a la niña. La muñeca crece, va al colegio, conoce a otra gente. Sigue dando a la niña garantías de su afecto, pero apunta a determinadas complicaciones que han surgido en su vida y hacen imposible su vuelta a casa. Poco a poco, Kafka va preparando a la niña para el momento en que la mueca desaparezca de su vida por siempre jamás. Procura encontrar un final satisfactorio, pues teme que, sin no lo consigue, el hechizo se rompa. Tras explorar diversas posibilidades, finalmente se decide a casar a la muñeca. Describe al joven del que se enamora, la fiesta de pedida, la boda en el campo, incluso la casa donde la muñeca vive ahora con su marido. Y entonces, en la última línea, la muñeca se despide de su antigua y querida amiga.
Para entonces, claro está, la niña ya no echa de menos a la muñeca. Kafka le ha dado otra cosa a cambio, y cuando concluyen esas tres semanas, las cartas la han aliviado de su desgracia. La niña tiene la historia, y cuando una persona es lo bastante afortunada para vivir dentro de una historia, para habitar un mundo imaginario, las penas de este mundo desaparecen. Mientras la historia sigue su curso, la realidad deja de existir."
Kafka vuelve inmediatamente a casa para escribir la carta. Se sienta frente al escritorio y Dora, que ve cómo se concentra en la tarea, observa la misma gravedad y tensión que cuando compone su propia obra. No es cuestión de defraudar a la niña. La situación requiere un verdadero trabajo literario, y está resuelto a hacerlo como es debido. Si se le ocurre una mentira bonita y convincente, podrá sustituir la muñeca perdida por una realidad diferente; falsa, quizá, pero verdadera en cierto modo y verosímil según las leyes de la ficción.
Al día siguiente, Kafka vuelve apresuradamente al parque con la carta. La niña lo está esperando, y como todavía no sabe leer, él se la lee en voz alta. La muñeca lo lamenta mucho, pero está harta de vivir con la misma gente todo el tiempo. Necesita salir y ver mundo, hacer nuevos amigos. No es que no quiera a la niña, pero le hace falta un cambio de aires, y por tanto deben separarse durante una temporada. La muñeca promete entonces a la niña que le escribirá todos los días y la mantendrá al corriente de todas sus actividades.
Ahí es donde la historia empieza a llegarme al alma. Ya es increíble que Kafka se tomara la molestia de escribir aquella primera carta, pero ahora se compromete a escribir otra cada día, única y exclusivamente para consolar a la niña, que resulta ser una completa desconocida para él, una criatura que se encuentra casualmente una tarde en el parque. ¿Qué clase de persona hace una cosa así? Y cumple su compromiso durante tres semanas, Nathan. ¡Tres semanas! Uno de los escritores más geniales que han existido jamás sacrificando su tiempo (su precioso tiempo que va menguando cada vez más) para redactar cartas imaginarias de una muñeca perdida. Dora dice que escribía cada frase prestando una tremenda atención al detalle, que la prosa era amena, precisa y absorbente. En otras palabras, era su estilo característico y a lo largo de tres semanas Kafka fue diariamente al parque a leer otra carta a la niña. La muñeca crece, va al colegio, conoce a otra gente. Sigue dando a la niña garantías de su afecto, pero apunta a determinadas complicaciones que han surgido en su vida y hacen imposible su vuelta a casa. Poco a poco, Kafka va preparando a la niña para el momento en que la mueca desaparezca de su vida por siempre jamás. Procura encontrar un final satisfactorio, pues teme que, sin no lo consigue, el hechizo se rompa. Tras explorar diversas posibilidades, finalmente se decide a casar a la muñeca. Describe al joven del que se enamora, la fiesta de pedida, la boda en el campo, incluso la casa donde la muñeca vive ahora con su marido. Y entonces, en la última línea, la muñeca se despide de su antigua y querida amiga.
Para entonces, claro está, la niña ya no echa de menos a la muñeca. Kafka le ha dado otra cosa a cambio, y cuando concluyen esas tres semanas, las cartas la han aliviado de su desgracia. La niña tiene la historia, y cuando una persona es lo bastante afortunada para vivir dentro de una historia, para habitar un mundo imaginario, las penas de este mundo desaparecen. Mientras la historia sigue su curso, la realidad deja de existir."
Voy a empezar a ponerme al día con las visitas a los blogs amigos, así que empiezo contigo Margari porque justo hoy hablas de una historia que a mí me encanta.
ResponderEliminarTe recomiendo que te leas el libro, se llama igual, "Kafka y la muñeca viajera" y es de Jordi Sierra i Fabra, es una delicia, se lee en un ratito y te deja muy buen sabor de boca.
Por lo visto, la historia es real así que, aún más conmovedora. Este es uno de mis libros favoritos.
Una entrada muy bonita la de hoy, gracias por compartir algo tan especial.
Un abrazo grande guapa.
Mira, te iba decir básicamente lo que te cuenta Matilda... que sí que es una historia real y que hay un libro de Jordi Sierra i Fabra...
ResponderEliminarPues eso...
Besazo,
Os voy a hacer caso a las dos, Matilda y Carmen, y voy en busca y captura de este libro. No conocía esta historia y cuando la he leído, la verdad es que me ha emocionado mucho. Y si encima es real, pues dice mucho de Kafka como persona. Así que el libro basado en esta historia debe ser maravilloso.
ResponderEliminarBesotes a las dos!!!
Todo esto me confirma que no me va a decepcionar Paul Auster, a quien pienso leer cuando acabe los libros que tengo ahora, después decir que Kafka con tremenda acción es alucinante, realmente el hombre no solo era palabras sino esencia. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
que historia tan bonita, ¿y decís que es real????
ResponderEliminarbuscaré el libro también!
besos
Recuerdo la historia de cuando leí el libro y entendí que era cierta. No sabía lo del libro que dicen Matilda y Carmen, así que apuntado está ya :)
ResponderEliminarbsos!
Me ha encantado!!!
ResponderEliminarLo buscaréseguro =)
Un besote!
Qué historia tan bonita, me ha encantado. Yo también lo voy a buscar. Besos
ResponderEliminarGracias por compartir esta historia tan bonita con nosotros!
ResponderEliminarFeliz fin de semana!
Si te ha gustado la historia de la muñeca, y veo que mucho, yo te recomendaría que leyeses una buena biográfia de Kafka.
ResponderEliminarUn saludo!
Susana
¡Precioso! Ya tenía este libro en las listas "por culpa" de Susana y de otras, pero ahora tú te llevas la medalla a la "más mala de las malas", voy a tener que adelantar la lectura. Me parece una historia muy bonita, y como sea así todo el libro ...
ResponderEliminarUn abrazo.
POSDATA: Margari, eres una de las seguidoras de mi casa. Por eso, como prácticamente no tienes que hacer nada, no te vayas a perder la celebración, porque está hecho de tal forma que a todos guste :D
A principios de este año publiqué en mi blog una reseña sobre el libro de Jordi Sierra i Fabra "Kafka y la muñeca viajera", por si te apetece leerla.
ResponderEliminarhttp://alcalordeloslibros.blogspot.com/2011/01/kafka-y-la-muneca-viajera-de-jordi.html
A mi también me pareció curioso que Paul Auster contara esta anécdota en su libro "Brooklyn follies"
Por cierto una historia muy tierna.
Un abrazo
Me encantó esta historia dentro del libro (que ya de por sí me gustó mucho). Es una historia muy bonita ¿verdad?
ResponderEliminarUn beso! y feliz finde!
Mario, por lo poquito que te conozco, creo que tú también sucumbirás a los encantos de Auster. Y es que tiene un modo muy particular de contar historias. Y Kafka demuestra con este acto ser un genio, como escritor y como persona.
ResponderEliminarSonia, Rosalía, Shorby y Tatty, creo que vamos a estar unidas en la búsqueda del libro. Qué fácilmente nos dejamos convencer, jajajaja
M. de nada guapísima. Me alegro que te haya gustado. Es de las historias más conmovedoras que he leído, y ahora sabiendo que fue real, aún más. Feliz finde.
Susana, me apunto tu sugerencia, que del modo en que lo dices, promete ser bastante interesante.
Icíar, no me digas esas cositas guapaaa, que me haces sentir muy culpable, jajajajaja. Es que es una historia preciosa. Y ahora voy a tu casa, a ver que estás planeando.
Blanca, ahorita mismo estoy por tu blog para ver la reseña, que este libro cae seguro.
Saramaga, por ahora me está encantando este libro de Auster, pero esta historia es de esas que te llega al alma.
Besotes y feliz finde a todos!!!
Yo ya lo tengo en casa, jajaja
ResponderEliminarbsos!
Anda que te ha faltado tiempo Rosalía, jajaaja, se nota que te ha gustado la historia. Yo lo más seguro es que encargue que me lo compren, porque últimamente cada vez que voy a una librería sólo salgo con libros para la peque. Porque si hay libros que se te meten por los ojos, son los libros para niños.
ResponderEliminarBesotes!!!
Con permiso Margari, es sólo para invitarte a ti y a tus seguidores a mi blog, tengo una propuesta.
ResponderEliminarMuchas gracias y un saludo.
http://sinopsislibros.blogspot.com/
Desconocía la historia, es preciosa.
ResponderEliminarMuy buena la historia, a la busqueda del libro toca. esto demuestra que no todos los escritores viven encerrados en su propio mundo, sino que participan y alimentan el de otros.
ResponderEliminarMuchas gracias por la reseña, Margari. Besos!
Es una historia real que han certificado varios estudiosos de Kafka. Brooklyn Follies me encanta, es un libro repleto de detellas que me ponen el corazón en un puño. Adoro a los personajes y el tono optimista con el que está narrado.
ResponderEliminarEl mundo de Auster es para mi un lugar cálido al que siempre quiero regresar.
Besitos linda
Isabelnotebook
Welzen, me alegro que te haya gustado la historia. Es una muy bonita historia, y más aún sabiendo que ocurrió realmente.
ResponderEliminarAguillo, una buenísima historia que nos habla muy bien de Kafka como persona, como tú bien indicas.
Isabel, acabo de terminar el libro y, como a ti, me ha encantado. Es muy emotivo y con unos personajes muy entrañables.
Besotes!!!
No es la primera vez que leo esta historia y me ha llegado al alma, como las otras veces, muy bello, y al final voy a tener que leer este libro si o si
ResponderEliminarPues yo no conocía la historia, así que me impactó bastante. Es de las que te llegan, como tú dices, al alma. Y más sabiendo que ocurrió realmente. Es una historia preciosa.
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari, pues ya ves que la historia es cierta. Es increíble, la verdad!
ResponderEliminarTienes que leerlo.
Sí, tengo que leerlo. Seguramente cuando termine con las lecturas conjuntas... Aunque como lo encuentre prontito, creo que incluso voy a compartirlo con los otros libros, que me estás dejando con unas ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me leí Brooklyn Follies el año pasado y con él me enamoré de Auster y de su prosa. Es un libro maravilloso que me emocionó mucho. Y cuando leí este fragmento sobre la muñeca de Kafka no pude evitar sonreír... qué bonita historia...
ResponderEliminarGracias por hacérmela recordar :)
Besitos!
Mika
Es que esta historia es preciosa, de las que como dices, se lee con la sonrisa de oreja a oreja. Y encima contada tan bien por Auster... Una maravilla.
ResponderEliminarBesotes!!!