Las huellas de la vidaTracy Chevalier
Duomo, 2019
Antes de que Darwin escandalizara al mundo entero con sus teorías sobre
el origen de las especies, hubo alguien que ya dudaba, buscaba, hacía
preguntas
En las playas llenas de fósiles de la costa inglesa, Mary
Anning, una muchacha pobre y sin educación, y la huraña Elizabeth
Philpot, una solterona de clase media, trabarán amistad, unidas por una
misma pasión: el deseo de buscar las huellas de la vida en los fósiles y
revelar así la historia secreta de nuestro pasado.
Las huellas de la vida es una
novela narrada por dos voces diferentes, por dos mujeres diferentes, que
pertenecían a clases sociales diferentes, pero a las que una pasión en común,
la paleontología, unió. Es la historia de su amistad, de su lucha en un mundo
de hombres, de sus esfuerzos por intentar que sus logros les fueran
reconocidos. Es una historia de ritmo lento, pausado, pero que te va atrapando poco a poco. Porque
llegas a conocer a fondo a las protagonistas, porque te encariñas con ellas,
porque te cuesta despedirte de ellas. Increíble como la autora lograr
caracterizar a estos dos personajes y logra que las conozcamos tan profundamente.
Como increíble es también la ambientación histórica. No nos cuesta nada viajar
a otro país, a otro siglo y sentirte parte de él. Me ha encantado esta novela,
con la que he disfrutado y aprendido mucho.
La buena suerteRosa Montero
Alfaguara, 2020
¿Qué impulsa a un hombre a bajarse anticipadamente de un tren y
ocultarse en un pueblo de mala muerte? ¿Quiere recomenzar su vida o
pretende acabar con ella? Tal vez esté huyendo de alguien, o de algo, o
incluso de sí mismo, y el destino le ha traído a Pozonegro, un antiguo
centro hullero que ahora agoniza. Por delante de su casa pasan trenes
que pueden ser salvación o condena, mientras los perseguidores estrechan
el cerco. La perdición parece estar más próxima cada día.
Pero
este hombre, Pablo, también conoce gente en aquel lugar maldito, como
la luminosa, incompleta y algo chiflada Raluca, que pinta cuadros de
caballos y tiene un secreto. Allí todos arrastran algún secreto,
algunos más oscuros y peligrosos que otros. Y algunos simplemente
ridículos. También hay humor en ese pueblo triste, porque la vida tiene
mucho de comedia. Y gente que finge ser quien no es, o que oculta lo
que planea. Es el gran juego de las falsedades.
Pablo y Raluca son los dos
protagonistas de esta novela. Dos personajes con un pasado duro, un pasado que
les persigue, y al que van a tener que enfrentarse. Pero mientras Pablo se enfrenta a él con
pesimismo, Raluca hace todo lo contrario. Ella siempre tiene una sonrisa, ella
siempre mira con optimismo, ella siempre mantiene la esperanza. Y poco a poco
va consiguiendo que Pablo salga de ese pozo en el que él mismo se ha metido.
Poco a poco iremos descubriendo el pasado de cada uno y comprenderemos por qué actúan
como actúan. Y Rosa Montero tiene la habilidad para crear unos personajes muy
humanos, muy reales, muy cercanos, lo que hace que te metas de lleno en la
historia y que sufras con sus personajes, y que te alegres por ellos también. Y
con una narración sencilla, fluida y llena de reflexiones nos va atrapando poco
a poco y llegamos al final sin apenas darnos cuenta.
Una novela magnífica en la que Rosa Montero nos habla de ese bien y ese mal que siempre está presente, que todos llevamos a cuestas. Porque no somos perfectos. Simplemente humanos, simplemente complejos.
Las manos de mi madreKarmele Jaio
Booket, 2021
Una mujer yace en la cama de un hospital con la memoria a la deriva y su
hija observa impotente sus manos, posadas en las sábanas. La enfermedad
de su madre acaba por desequilibrar por completo su vida, que
transcurría ya sobre un fino alambre, con un trabajo estresante y sin
apenas tiempo para compartir con su marido y su hija. Además, los
fantasmas del pasado están a punto de acecharle. En este asfixiante
magma se mueve Nerea, la protagonista de esta novela.
Las manos de mi madre es una
novela de una sensibilidad exquisita. Una novela que duele, que emociona, que
te deja tocada… Porque es una historia
tan real que es imposible que no te pongas en el lugar de Nerea y sientas todas
las emociones por las que ella pasa. Ese dolor, esa tristeza, ese sentimiento
de culpabilidad que siempre le acompaña… Culpabilidad por no haber sido esa
hija perfecta que hubiera podido ser, por no haber estado y haber aprovechado
cada momento con su madre creyendo que siempre iba a estar ahí. Porque nos
creemos eternos y no lo somos. Pero actuamos como si lo fuéramos. Y
culpabilidad por la vida que lleva en ese momento, siempre con prisas, siempre
sin tiempo para estar con su marido y hablar con él, para aprovechar los
momentos con su hija, a la que muchos días solo ve cuando ya está dormida… Ese
sentimiento de hacerlo todo mal pero querer solucionarlo sola, porque pensamos
que pedir ayuda sería reconocer nuestra derrota, cuando lo que realmente
significa es que para lograr la victoria, a veces, muchas veces, es necesaria
esa ayuda. Y a veces todo se soluciona dialogando, pero con las prisas nunca
tenemos tiempo para ese diálogo tan necesario. Aunque a veces se convierte en
excusa para evitar ese diálogo que no queremos hacer...
Lectura imprescindible, como ya
dijo Marisa C en su reseña y a la que agradezco enormemente que me presentara
esta novela. Absolutamente maravillosa.