May, Shaunee, Rex, Pat, Dennis y los gemelos Andy y Drew salen del
internado cada noche de luna llena para contar historias de terror. Los
siete chicos se adentran en el bosque y, arropados por la
luz y el calor de una hoguera, dan rienda suelta a su imaginación. Sin
embargo, lo que no saben aún es que ellos también están inmersos dentro
de su propia historia de terror, y diversos encuentros
con distintos espectros les harán comprender la peligrosa situación en
la que se encuentran.
Ocho son las historias de terror que cuentan los chicos en sus noches
de reunión: "La danza de la serpiente", "Lisías", "El hijo del diablo",
"Skela", "Viaje sin retorno", "La Muerte y la
Princesa", "Regresar al cielo" y "Ángeles de piedra" son los títulos de
cada una de estas ocho historias.
Me ha durado poco tiempo en la estantería este libro sin leer. Y es que me apetecía mucho leer esta novela y volver a disfrutar de un género que me ha hecho pasar muy buenos ratos pero que lo tengo un poco abandonado últimamente.
Y si no es una historia que llegue a asustar, que llegue a mantenerte en tensión, sí sorprende por su agilidad narrativa. Nos encontramos con una historia bien escrita, con un ritmo muy conseguido, que no decae en ningún momento, fluido, dinámico, que haces que seas capaz de leer el libro en unas poquitas horas.
Si al principio parece que nos vamos a encontrar con distintos relatos independientes de terror, a medida que la historia va avanzando,, somos testigos de como estos muchachos, que se reúnen bajo la luz de la luna para contarse historias de miedo, van a vivir su particular historia de fantasmas... Unos fantasmas que tienen una deuda pendiente y que vienen dispuestos a vengarse...
En las historias de terror que los muchachos cuentan, sus finales son casi siempre trágicos. Y cada uno de ellos refleja algo de su personalidad en sus relatos. Pero... ¿Y en la historia que ellos protagonizan? ¿Seguirá el tono de sus relatos y tendrá un final igualmente trágico? Sólo os voy a revelar una cosa. Que esta historia tiene un final, cerrado y bien cerrado, algo que se agradece mucho en estos días.
Los relatos son variados. Realmente Ana Sánchez demuestra tener gran imaginación porque cada relato tiene una temática diferente e incluso en algunos el estilo es diferente. Y pasa de contarnos una historia que se desarrolla en la antigua Grecia a contarnos un caso de acoso escolar con sorprendente facilidad. He disfrutado con todos los relatos, pero el que más me ha gustado es Ángeles de piedra. Tiene un argumento que podría dar origen a una buena novela.
En definitiva, una lectura juvenil que puede ser disfrutada por lectores de todas las edades si os gustan este tipo de libros con un terror más bien suave. Sorprende esta joven autora por el dominio que demuestra del lenguaje y por su capacidad para hilar historias. No me extraña nada que haya sido 2ª finalista en la edición 2011 del premio literario Jordi Sierra i Fabra para jóvenes escritores con esta novela. Y sin duda nos advierte con este libro, que no hay que perderle la pista.