Nada importante de Mónica Rouanet

 

Nada importante

Mónica Rouanet, 2022

Roca Editorial

En el Madrid de los años noventa, una joven logra sobrevivir a lo que parece un brutal ataque de violencia de género. La prensa y la opinión pública hacen eco de la noticia y, durante días, no se habla de otra cosa. Incluso hay quien afirma que se lo estaba buscando. Cuando por fin despierta del coma, Minerva no recuerda absolutamente nada, ni siquiera a su agresor que, desde ese instante, se mezclará entre sus amigos más íntimos para convertirse en su sombra y permanecer a su lado durante años esperando, a pesar de los cambios sociales, el momento oportuno para finalizar su «autoencargo». Pero ¿las cosas han cambiado tanto como creemos? ¿Por fin la sociedad ha dejado de juzgar a las mujeres que sufren agresiones de este tipo?

Nada importante de Mónica Rouanet es una novela que combina el género negro con la denuncia social, prevaleciendo, en muchos momentos, esta última. Y es la violencia machista la temática sobre la que gira toda la historia. Una historia que podría ser real y por eso nos duele más. Porque seguro que conocemos a alguien que ha tenido que sufrirla en sus carnes y sabemos por todo lo que esa persona sufre. 

No quiero desvelar mucho de la trama, porque uno de sus grandes atractivos está, no sólo en lo que cuenta, sino también en cómo lo cuenta. Y me arriesgo a emocionarme y a contar más de la cuenta. Sólo voy a decir que la autora perfila muy bien asus personajes, tanto al agresor, como a la víctima. A ambos los vamos a conocer perfectamente. Del primero conoceremos hasta su infancia conociendo así las causas de su crueldad, de su violencia. A Minerva la vamos a ir conociendo poco a poco y seremos testigos del cambio que se produce en ella tras el brutal ataque que sufrió. De ser una chica vital y segura de sí misma, la veremos angustiada, con un miedo constante, con una tristeza que no se ve capaz de superar. Y encima sufriendo el juicio de los vecinos para quienes lo que le ha sucedido, ella se lo buscó. Porque eso es lo que se pensaba en los años noventa... Y lo que siguen pensando muchos aún ahora. Y la víctima se convierte en doble víctima: del agresor y de la opinión social. Y hace tanto hincapié la autora en esto que a veces ralentiza un poco la historia. Es el único fallo que le veo a esta novela. 

En definitiva, una buena historia, con personajes muy bien desarrollados y con un mensaje muy potente, que nos lleva a muchas reflexiones, intentando ponerle solución a un problema que parece que, por desgracia, va a existir siempre.