Como agua para chocolate nos relata la historia de amor de Tita. Ella es la más joven de tres hermanas y vive con ellas y con su madre viuda en una hacienda familiar en Mexico.
Ya en la presentación de Tita, ésta se nos revela como un personaje extremadamente sensible. Cuando aún se encontraba en el vientre de su madre, un día empezó a llorar cuando ésta picaba una cebolla. Y tanto lloró que le provocó el parto, naciendo así Tita en la cocina de su casa. Cocina que se convertirá en el único refugio consolador durante toda su vida, ya que dos días después de su nacimiento, su padre muere. Y su madre, Mama Elena, de la conmoción pierde la leche, con lo que no podrá amamantar a su hija. Así que de su alimentación se encargará Nacha, la cocinera de la casa. Así, Tita va creciendo, entre olores, sabores... y aprendiendo poco a poco todo lo que hay que saber del arte culinario, siempre ante la atenta mirada de Nacha, quien supo cuidarla y darle todo el amor que su madre no le daba.
El drama empieza cuando Tita, con tan solo 15 años, le dice a su madre que está enamorada y quiere casarse con Pedro. La respuesta de Mama Elena es contundente. Nunca podrá casarse porque la tradición obliga a la hija menor a quedarse soltera y cuidar a su madre hasta el día de su muerte. Finalmente, Pedro accederá a casarse con Rosaura, una de las hermanas de Tita, con la única intención de estar así más cerca de Tita. Nos encontramos aquí ya con dos historias de amor: la del amor no correspondido, puesto que Rosaura sí está enamorada de Pedro; y la del amor imposible, que es la historia de la relación entre Pedro y Tita.
Con esta boda los sentimientos de Tita se desbordan. Y no puede evitar que todos y cada uno de estos sentimientos se manifiesten también en sus recetas. En estos momentos es cuando más acerca el estilo de la escritora a ese realismo mágico que tan magistralmente dominan García Márquez y Allende. Estas recetas se convierten en parte fundamental del libro. Todos los capítulos (y son doce, uno por cada mes del año) son iniciados por sendas recetas de cocina. Y al mismo tiempo que nos cuenta cómo se hace el plato, va relatándonos qué es lo que sucede y cuáles son los sentimientos de Tita.
Los personajes están perfectamente dibujados, sobre todo, los femeninos. Pedro se nos revela como un muchacho ingenuo y de poco valor, pues no hace mucho por lograr casarse con Tita y elige el camino fácil. El otro gran personaje de la novela es Mama Elena, una mujer rígida, dura, fuerte, tradicionalista. Es la mala de esta historia. Y solo simpatizamos un poco con ella cuando muere y Tita descubre un oscuro secreto de su pasado, secreto que nos hace comprender más o menos su actitud, no sólo hacia Tita, sino hacia la vida en general.
En definitiva, es un libro que me ha gustado mucho, porque aunque el amor está presente en cada una de sus páginas, no cae en lo cursi, y sobre todo, por la originalidad de su estructura.