Los ojos de GaldósCarolina Molina
Edhasa, 2019
Pobre, enfermo y casi ciego. Así vivió sus últimos años Benito Pérez
Galdós, el genio que llenó de gloria la literatura de su tiempo. Pese a
todo, no le faltó el cariño de sus amigos, familia y ciudadanos. Y,
cuando sus ojos necesitaron ampararse en otros más jóvenes para
continuar su labor literaria y, así, subsistir, ella, Carmela Cid,
estará a su lado. Ella será sus ojos. Y también su voz. Junto a él
recorrerá los escenarios de su vida, desde que llegara a Madrid, como
estudiante de Derecho, hasta convertirse en un periodista de peso y un
escritor consagrado. Y, a su vez, descubrirá el carácter benevolente y
seductor de un hombre a la par inteligente y humilde del que se
enamoraron muchas de las más ilustres mujeres de su tiempo, entre ellas,
por ejemplo, Emilia Pardo Bazán.
Pensada por y para Galdós, con un estilo delicado y una prosa fluida, en
la línea de sus novelas anteriores, Carolina Molina nos ofrece un
retrato entrañable y desconocido del escritor que mejor supo reflejar la
España del siglo XIX. Un relato, sin duda, inolvidable.La novela se
presentará en Madrid y Granada, puedes seguir la pista en nuestro
apartado de noticias o en la ficha del libro.
Carmela Cid es una joven granadina, que no duda en pedirle ayuda al mismo Galdós cuando su padre se encuentra en un apuro bastante serio. Y no sólo encontrará ayuda para su padre. Galdós descubrirá los intereses literarios de Carmela y le proporcionará unas cartas de recomendación para que pueda introducirse en este difícil mundo, más para una mujer en aquellos años. Y también le dará una carta que estará dirigida a Emilia Pardo Bazán, para que pueda conocerla y le ayude también en este camino que quiere emprender. Este será el inicio de una gran amistad, entre Galdós y Carmela, que perdurará años. Carmela tendrá el privilegio de ser testigo de muchos de los grandes momentos de la vida de Galdós, pero también será testigo de todas las dificultades que se encontró en su camino, sobre todo por las envidias que suscitaba. En los últimos años de vida del escritor, cuando ya está casi ciego, imposibilitado para escribir, Galdós le pedirá a Carmela que sea su voz, sus ojos, sus manos... Y que escriba sus memorias.
Así, nos vamos a encontrar en esta novela con dos historias. Por un lado, la de Carmela, y por otro, la de Galdós. Y quizás aquí es únicamente donde le he encontrado un pequeño pero a esta novela. Porque me apetecía saber más de Galdós y en muchos momentos éste se convierte en un personaje secundario. Es Carmela la gran protagonista. Ella tiene sus propias vivencias, tiene que hacer frente a muchos obstáculos. Pero la verdad es que es un pero muy pequeñito, porque Carmela es un personaje muy bien construido. Y muy galdosiano. Gracias a ella, la autora consigue plasmar a la perfección cómo era la vida en el Madrid de esa época. Y lo diferente que era de la vida en Granada. Y nos muestra a una mujer con un carácter fuerte, que se crece ante los obstáculos, que aprende de cada vivencia, que lucha por conseguir sus sueños. Que necesita que valoren su trabajo, que disfruta con cada letra escrita, con cada libro leído... Un personaje perfecto.
En definitiva, una lectura que he disfrutado muchísimo, por su argumento, por la forma en que está escrita, por sus personajes, tratados con mucho mimo. Y, sobre todo, por Galdós. Que me hubiera gustado que tuviera incluso más presencia, sí. Pero es que con este autor tengo tanta debilidad que a lo mejor no soy muy objetiva, todo hay que decirlo. Y pese a todo, me ha gustado mucho y estoy segura que va a estar entre mis mejores novelas del año.