La chica en la niebla
Donato Carrisi
Trad: Maribel Campmany
Editorial Duomo, 2016
Una chica desaparecida en un pueblo de montaña. La lluvia, la niebla, las luces. Las luces son las de las cámaras. Han llegado los medios de comunicación. Y todo ha cambiado.
«La justicia no le interesa a nadie. La gente quiere al monstruo. Y yo les doy lo que quieren.»
Sólo había leído antes una novela de Carrisi, El cazador de la oscuridad. Y la verdad es que me acerqué a esta novela buscando más de lo mismo: un thriller vertiginoso con un crimen por resolver por aquí, algún toque paranormal por allá, su tensión a lo largo de toda la novela... Pero nada de esto me he encontrado en esta novela. La chica en la niebla es una novela totalmente distinta pero, eso sí, igual de adictiva. Sobre todo superadas las primeras páginas, una vez que asumí que aquí me encontraba con un Carrisi totalmente diferente.
La trama es sencilla. Una chica de dieciséis años ha desaparecido y aquí entra en escena el agente especial Vogel para encargarse del caso. Vogel siempre acude a resolver esos casos que piensa que puede darle más fama, proporcionarle más gloria, darle más prestigio a su carrera. A aquellos casos que suelen ocupar más páginas en los periódicos y más minutos en la radio y en la televisión. A Vogel lo que menos le importa es la víctima. Si ve que el caso empieza a perder aliciente, hará todo lo posible para que vuelva a recuperarlo. Es un personaje odioso como pocos.
Pero es que pocos se salvan en esta novela. Quizás el policía joven que le ayuda en el caso. Él es el único que realmente está preocupado por la víctima. No nos cuesta nada comparar esta historia con tantos y tantos sucesos como suceden, por desgracia, en la vida diaria. Como son tratados por los medios de comunicación, que, por llegar a ser líderes de audiencia, son capaces de todo, olvidándose de la palabra "respeto". Como juzgamos todos, solamente por los datos que estos medios nos proporcionan, nos condicionan... Todo esto está plasmado en la novela. Aquí nos encontramos al Carrisi más crítico.
El gran acierto de esta novela es su forma de estar contada. Ese continuo salto en el tiempo anticipando cosas pero dejándonos con la miel en los labios para luego retroceder y explicar cómo se ha llegado a esa situación. Carrisi sabe manejar la tensión como nadie. Y el final, ese maravilloso final, con una sorpresa tras otra, pero sin sacar ningún conejo de la chistera. Todo bien contado, bien hilvanado, bien encajado.
Lo que no sé es en qué género encuadrar esta novela. Tiene algo de thriller, pero no termina de serlo. Tiene algo de novela negra, pero no termina de serlo. Lo que sí sé es que es una obra magnífica, de principio a fin. Y que Carrisi me ha demostrado que es un gran narrador. Tendré que leer más novelas suyas y, si mantiene esta calidad, va camino de convertirse en uno de mis autores favoritos.