Brandon Sanderson
Traducido por Rafael Martín Trechera
Ediciones B, 2020
Durante mil años han caído cenizas del cielo. Durante mil años nada ha florecido. Durante mil años los skaa han sido esclavizados y viven en la miseria, sumidos en un miedo inevitable. Durante mil años el Lord Legislador ha reinado con poder absoluto, dominando gracias al terror, a sus poderes y a su inmortalidad, ayudado por «obligadores» e «inquisidores», junto a la poderosa magia de la alomancia.
Pero los nobles a menudo han tenido trato sexual con jóvenes skaa y, aunque la ley lo prohíbe, algunos de sus bastardos han sobrevivido y heredado los poderes alománticos: son los «nacidos de la bruma» (mistborn).
Ahora, Kelsier, el «superviviente», el único que ha logrado huir de los Pozos de Hathsin, ha encontrado a Vin, una pobre chica skaa con mucha suerte... Tal vez los dos, con el mejor equipo criminal jamás reunido, unidos a la rebelión que los skaa intentan desde hace mil años, logren cambiar el mundo y acabar con la atroz mano de hierro del Lord Legislador.
Uno de mis regalos de Reyes ha sido la trilogía Nacidos de la bruma de Brandon Sanderson. Sorpresa total. No era un autor que tuviera en mi lista. Pero yo creo que a mi marido le asusta ver que tengo mucha novela negra en mis estanterías y me regala cositas diferentes para que no tenga ideas raras. Fuera bromas. Yo creo que me conoce bien y se estaba dando cuenta de que necesitaba cambiar de género. Y cuando me ve así siempre opta por el género fantástico. Y no sé cómo lo hace pero siempre acierta.
Y es que este libro, el primero de la trilogía, es una auténtica pasada. Y mira que es un buen tocho, pero es de esas lecturas que te atrapan desde el primer momento y que no quieres, no puedes soltar. De verdad de la buena que buscaba cualquier huequito para poder seguir leyendo, aunque fueran minutitos.
Mi admiración total hacia este autor que ha sabido crear un mundo de fantasía absolutamente épico. ¡Qué envidia de imaginación¡ ¡Y de talento! Talento para crear un mundo en el que todo está pensado al detalle. No hay nada al azar. La ambientación es magnífica. No cuesta nada meterte de lleno en la historia. Y si al principio el uso de la alomancia, un sistema de magia utilizado en este mundo, me desconcertó, luego está todo tan bien desarrollado, tan bien explicado que no me costó nada entenderlo y disfrutarlo. Porque esas escenas son tremendas.
Los dos personajes principales son brutales. Kelsier tiene una personalidad arrolladora, que nos atrae desde que hace su primera aparición. Es un líder, es el héroe de esta historia, aunque también tiene un pequeño lado oscuro. No sabemos hasta qué punto si cada paso que da lo hace para salvar al mundo o si solo es una cuestión de venganza.
Por otro lado tenemos a Vin, una chica joven, desconfiada después de años de maltrato y abusos. Cuando tropieza con Kelsier, éste enseguida se da cuenta de su enorme talento en el uso de la alomancia. Sólo le hace falta controlarla. Y empezará a enseñarle. Pero con él a su lado aprenderá también muchas más cosas, sobre la vida, sobre la amistad, sobre la familia. Es un personaje al que vamos a ver crecer página tras página.
El resto de personajes también están muy bien perfilados, a pesar de tener papeles más reducidos, pero cumplen con sus roles perfectamente.
El ritmo es trepidante, la acción es continua y la tensión va creciendo capítulo tras capítulo hasta llegar a un final de auténtico infarto. Y es que los giros son continuos, sorprendentes, dejándote sin respiro en más de una ocasión.
Creo que se nota que he disfrutado muchísimo con esta novela. Y a pesar de que aún me quedan muchas lecturas por delante, puedo asegurar ya que va a estar entre mis mejores lecturas del año. ¿Entre mis mejores? Voy a ir más allá. Entre mis tres mejores lecturas del año.