Laky dedica el mes de Junio a la novela histórica y de nuevo me animo a participar. Además, da facilidades Laky para cumplir con este reto, que no nos limita solo a la novela histórica propiamente dicha. También podemos leer novelas puramente históricas, histórico-negras, romance histórico... Nos lo pone fácil... Si queréis saber más de esta iniciativa, pinchad en la imagen.
sábado, 31 de mayo de 2014
viernes, 30 de mayo de 2014
La vida cuando era nuestra de Marian Izaguirre
La vida cuando era nuestra
Marian Izaguirre
Lumen, 2013
"Añoro la vida cuando era nuestra", comenta Lola mientras trastea en la cocina de su casa. Esa vida, que era tan suya y tan llena de ilusión, antes estaba hecha de libros y de charlas de café, de siestas lánguidas y de proyectos para construir un país, España, que aprendía paso a paso las reglas de la democracia. Pero llegó un día de 1936 en que vivir se convirtió en puro resistir, y ahora, quince años después, de todo aquello solo queda una pequeña tienda, una librería de viejo medio escondida en uno de los viejos barrios de Madrid, donde Lola y Matías, su marido, acuden cada mañana para vender novelitas románticas, clásicos olvidados y lápices de colores a quien se acerque.
Es aquí, en ese lugar modesto, donde una tarde de 1951 Lola conocerá a Alice, una mujer que ha encontrado en los libros su razón de vivir. Siguiendo la mirada de Lola y Alice, viéndolas sentadas detrás del pobre mostrador y leyendo juntas el mismo libro, iremos lejos, hasta Inglaterra, y atrás en el tiempo, hacia principios del siglo XX, para conocer a una niña que creció preguntándose quiénes eran sus padres. La vida cuando era nuestra es un homenaje a la lectura, pero es sobre todo la historia de dos mujeres, una que poco sabe de la vida y otra que quizá sabe demasiado, aunque no pueda hablar. Entre estas miradas cómplices anda el talento de Marian Izaguirre.
La vida cuando era nuestra es un libro que sabes, desde que empiezas a leer la primera página, que va a ser un libro especial; que se va a convertir en uno de esos libros imposibles de olvidar; que te costará cerrar cuando llegues al punto y final.
Un libro en el que no sólo hay una gran historia. Hay dos. Dos historias situadas en tiempos distintos, con personajes distintos, y que acaparan por igual nuestra atención. Dos historias en las que el amor por la vida y por los libros tiene un intenso protagonismo. En la primera de ellas, la librería de Matías y Lola se convertirá en un refugio para Alice. Un refugio al que acudir por las mañanas para comprar y dejar libros a escondidas y acudir todas las tardes para acompañar a Lola en la lectura de un libro, que despertará en ella muchos recuerdos... Pero esta parte se centrará sobre todo en la historia de Lola y Matías, una historia llena de sacrificios, pero de mucho amor. Una historia que también guarda secretos, que poco a poco serán descubiertos. Una historia que nos demuestra lo dura y triste que fue la posguerra para muchos.
Y la segunda historia es la novela que Alice y Lola leen en la librería, La chica de los cabellos de lino. Una lectura que las unirá, que creará una conexión especial entre ambas mujeres. Situada a principios del siglo XX, nos presenta a Rose, una niña que es hija ilegítima del duque de Ashford. Por esta razón nunca le faltará de nada. Aunque siempre echará de menos lo más importante: el amor de sus padres. Pero serán años felices. Años en los que los libros siempre le acompañarán. Años en los que contará con la compañía de muchos escritores. No nos dirá sus nombres verdaderos, pero seremos capaces de reconocer a alguno. Años que pasará entre Francia, Inglaterra y también España. Y será en España donde su vida cambie trágicamente...
No es la trama lo mejor de este libro. Su historia es previsible. No nos va a sorprender en ningún momento. Y a pesar de eso, no nos despegaremos de sus páginas. Sus personajes están perfectamente perfilados y nos resultan tan cercanos que les cogemos un inmenso cariño. Nos da pena despedirnos de ellos cuando llegamos al final. La ambientación tanto en una historia como en otra, está tratada con un cuidado exquisito. Nos hace sumergirnos en un período u otro con suma facilidad. Y la prosa de la autora es magistral. Sencilla, pero intensa, nos deja frases bellísimas, que tenemos que subrayar o escribir en nuestra libreta.
Absolutamente recomendable.
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miércoles, 28 de mayo de 2014
Caminos que conducen a esto de Andrés Ortiz Tafur
Caminos que conducen a esto
Andrés Ortiz Tafur
El desván de la memoria, 2013
Andrés Ortiz Tafur
El desván de la memoria, 2013
Un buen relato es aquel que nos intriga, y mucho mejor si es desde la primera línea. Este puede ser el denominador común de las historias que confluyen en Caminos que conducen a esto. Mucho de ese camino que une a lector y escritor está ya conseguido si la lectura llama la atención y aviva la curiosidad. Como muestra, basta ver algunos inicios de relatos de este libro:
"No te quieres morir y estás muerta...".
"Es un hecho que las manzanas azules no existen...".
"Hay un hombre rojo y un hombre verde en la cima de la montaña...".
"A pesar de la petición del hipnotizador, cuando éste finalizó la cuenta atrás yo recordaba algunas cosas...".
Pero además estos caminos se bifurcan y conforman todo un entramado de recodos y parajes que se han de descubrir. Y en sus senderos nos esperan personajes tan diversos y dispares como una mujer barbuda, un cortador de cabezas, un hombre ridículo, otro con un brazo que genera lluvia…
Relatos para leer y releer, para perderse y encontrar no sabemos qué. Historias que, como también apunta otra máxima de la narrativa, buscan no dejar indiferente.
Compuesto este libro por 24 relatos, difícil se me hace reseñarlo. Son breves historias, muy diferentes, muy dispares entre sí. Pero todas tienen un rasgo en común: son historias sorprendentes, en su mayoría, un tanto surrealistas; historias en las que lo real e irreal conviven juntos en perfecto equilibrio. Y es lo que nos permite disfrutar al máximo de este libro. El modo en que Andrés Ortiz Tafur consigue sumergirnos en su mundo, donde las situaciones más absurdas se pueden producir. Y nos sorprendemos al principio, pero luego lo aceptamos. Nos dejamos llevar de la mano del autor para que nos enseñe sus sueños, sus locuras, su mundo... Nos quedamos atrapados entre sus historias, deseando llegar al final de ellas, para ver cómo lo resuelve todo. Para ver que saca en esa ocasión de la chistera para sorprendernos.
Todos los relatos son igual de atractivos, igual de sorprendentes. Como los personajes que pueblan todos ellos. El autor tiene la habilidad de darles vida con pocas palabras, con pocos pero originales rasgos: mujeres barbudas, hombres de color azul cobalto... Y hace que los aceptemos como si fueran reales, como si formaran parte de nuestra realidad diaria.
En definitiva, todo un descubrimiento este autor, que me ha sorprendido por su dominio del lenguaje, por el uso de una prosa sencilla pero cuidada, por su capacidad para contar historias, por su desbordante imaginación... Un libro absolutamente recomendable.
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Andrés Ortiz Tafur
lunes, 26 de mayo de 2014
Leemos el Quijote: Capítulo XX
Sedientos don Quijote y Sancho deciden internarse en una zona de abundantes árboles, creyendo que así pronto encontrarán agua para beber y refrescarse. Pero una vez ahí, unos continuos golpes de hierro y cadenas, asustarán a nuestros héroes. Pero el miedo pronto lo superará don Quijote:
Sancho amigo, has de saber que yo nací, por querer del cielo, en nuestra edad de hierro, para resucitar en ella la de oro o la dorada, como suele llamarse; yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las grandes hazañas, los valerosos hechos; yo soy, digo otra vez, quien ha de resucitar los de la Tabla Redonda, los doce de Francia y los nueve de la Fama, y el que ha de poner en olvido los Platires, los Tablantes, los Olivante y Tirantes, Febos y Belianises, con toda la caterva de los famosos caballeros andantes del pasado tiempo, haciendo en este en que me hallo tales grandezas, estrañezas y fechos de armas, que escurezcan las más claras que ellos ficieron. Bien notas, escudero fiel y leal, las tinieblas desta noche, su extraño silencio, el sordo y confuso estruendo destos árboles, el temeroso ruido de aquella agua en cuya busca venimos, que parece que se despeña y derrumba desde los altos montes de la luna, y aquel incesante golpear que nos hiere y lastima los oídos; las cuales cosas todas juntas, y cada una por sí, son bastantes a infundir miedo, temor y espanto en el pecho del mismo Marte, cuanto más en aquel que no está acostumbrado a semejantes acontecimientos y aventuras; pues todo esto que yo te pinto son incentivos y despertadores de mi ánimo, que ya hace que el corazón me reviente en el pecho con el deseo que tiene de acometer esta aventura, por más dificultosa que se muestra; así que aprieta un poco las cinchas a Rocinante y quédate a Dios, y espérame aquí hasta tres días no más, en los cuales, si no volviere, puedes tú volverte a nuestra aldea, y desde allí por hacerme merced y buena obra, irás al Toboso, donde dirás a la incomparable señora mía Dulcinea, que su cautivo caballero murió por acometer cosas que le hiciesen digno de poder llamarse suyo.
Pero no Sancho, quien atará a Rocinante a su asno para impedir que se marche. No pudiendo ir en busca de la aventura, le pedirá don Quijote a Sancho que le cuente un cuento. Y éste se lo contará, a su manera, bastante mal. Y su señor le recriminará continuamente por ello. Cuando por fin Sancho libera a Rocinante, don Quijote decidirá de nuevo marchar para descubrir la causa del ruido. Sancho, temeroso de quedarse solo, le acompañará. Pronto descubrirán que ese ruido que les asustaba era solo seis mazos de batán.Sancho no podrá evitar la risa al darse cuenta de lo absurdo de sus miedos. Empezó a recitar, burlándose, el discurso heroico de don Quijote. Y éste, aunque al principio lo acompañó en las risas, cuando Sancho empezó a mofarse de él, se enojó. Y le asestó con la lanza dos palos en la espalda. Sancho intentó tranquilizarlo argumentando:
No era digna de contarse, porque no son todas las personas tan discretas, que sepan poner su punto en las cosas.
Don Quijote le pide que olvide todo lo que ha ocurrido y que, a partir de ese momento, vuelvan a mantener las distancias y así tratarse con más respeto, que parece que se está perdiendo:
Es menester hacer diferencia de amo a mozo, de señor a criado y de caballero a escudero, así es que de hoy en adelante nos hemos de tratar con más respeto, porque de cualquier manera que yo me enoje con vos, ha de ser mal para el cántaro.
domingo, 25 de mayo de 2014
Sorteos!!!
Bases aquí.
Plazo: Hasta el 20 de junio.
Un lector indiscreto ha superado los 400 seguidores y para celebrarlo sortea en su blog un ejemplar de La hilandera de Flandes de Concepción Marín y E-King de Javier Díaz Carmona.
Bases aquí.
Plazo: Hasta el el 13 de junio.
¡Mucha suerte a tod@s!!!
viernes, 23 de mayo de 2014
Historia de una maestra de Josefina Aldecoa
Josefina AldecoaJosefina Aldecoa formaba parte de esa lista de autores pendientes tan larga que tengo. No terminaba de animarme con ella. Y fue la excelente reseña que Ismael de Cajón de historias hizo la que me dio el empujón que necesitaba.
Historia de una maestra
Alfaguara, 1990
En 1923 Gabriela recoge su título de maestra. Es el comienzo de un sueño que la llevará a trabajar en varias escuelas rurales en España y en Guinea Ecuatorial. Historia de una maestra es la narración, hecha desde la memoria, de la vida de Gabriela durante los años veinte y hasta el comienzo de la guerra civil.
Con el trasfondo de la República, la revolución de Octubre y la guerra, esta novela rememora aquella época de pobreza, ignorancia y opresión, y muestra el importante papel de la enseñanza y de aquellos que lucharon por educar un país.
Contada desde la verdad del recuerdo, con sentimientos que apenas nos atrevemos a reconocer y desde una progresiva toma de conciencia, Josefina Aldecoa nos abre un camino a la esperanza y al idealismo.
Es Historia de una maestra el primer libro de una trilogía. Pero que no os cunda el miedo. Se puede leer de forma independiente. No queda ninguna trama abierta al final del libro. No nos va a dejar con ninguna pregunta sin respuesta. Con lo único que nos va a dejar es con ganas de seguir disfrutando de la pluma de esta gran autora. Y es que llegas a la última página sin apenas darte cuenta. Con ganas de que la historia continúe, con ganas de seguir conociendo esa parte de nuestra historia. Con ganas de más.
La gran protagonista es Gabriela, a quien conocemos cuando acaba de conseguir su título de maestra. Con toda la vida por delante, con muchas esperanzas y sueños por cumplir, inicia ella su nueva etapa en la vida. El mismo día que va con su título bajo el brazo se casa en Oviedo un tal Franco...
Su padre tiene una gran influencia en ella. Todo lo que ha aprendido de él es lo que ella quiere enseñar ahora a sus alumnos: respeto, igualdad, tolerancia...
Tras pasar por varias escuelas rurales, consigue por fin su título de maestra en propiedad. Y elegirá como destino Guinea Ecuatorial. No lo tendrá fácil. La vida ahí es totalmente distinta a la nuestra. Intentará vivir como sus alumnos, en sus mismas condiciones, pero su cuerpo no lo resistirá. Será una experiencia dura pero intensa, gratificante. Será una etapa que influirá mucho en ella.Educar para la convivencia. Educar para adquirir conciencia de la justicia. Educar en la igualdad para que no se pierda un solo talento por la falta de oportunidades.
Ya en España, volverá Gabriela a luchar contra todas las dificultades que una maestra rural tenía en aquellos años. Son los años 20. Los medios de los que se disponen en las aulas son escasos. La mentalidad de los padres es muy cerrada. No valoran la enseñanza. Con que sus hijos aprendan a leer y escribir un poco es suficiente. Para qué mas. Y ella luchará, primero sola, luego con la ayuda de Ezequiel, otro profesor, que pronto se convertirá en su marido, para que esto cambie. Con la llegada de la República algo más fácil lo tendrán. Serán tiempos de ilusión, de optimismo. Los nuevos dirigentes se preocupaban por hacer llegar la cultura al pueblo y organizaban Misiones Pedagógicas. A través de recitales de poesía, de talleres de pintura, a través del teatro, se pretendía acercar la cultura a los pueblos rurales. Se pretendía darle más importancia a la educación. Pero España aún no estaba preparada para todo esto. Muchos años de ignorancia, de analfabetismo lo impedían. Y la Iglesia... Y es que la República fomentaba una educación laica, ajena a cualquier símbolo religioso:
No es un ataque a vuestras creencias. No es un insulto ni un desprecio. Pero tenéis que entender que la escuela no es un lugar para hacer fieles, sino un lugar para aprender lo más posible y llegar a ser hombres y mujeres cultos. Para aprender a ser buenos cristianos tenéis la Iglesia, no lo olvidéis.Tampoco gustaba a la Iglesia la idea de una escuela mixta:
...al estar juntos se estimulaban más, que las características de los unos ayudaban a completar los rasgos de las otras. Juntos se desarrollaban más como personas.Pero no se limitarán Gabriela y Ezequiel a enseñar a los niños. Tendrán la escuela abierta también para los adultos, para enseñarles a leer y escribir, para enseñarles, para darle las herramientas necesarias para que puedan salir de la ignorancia en la que están viviendo. Siempre lucharán por su sueño:
“Mi sueño no progresa. Mi sueño es un sueño maldito. Siempre estoy empezando el sueño…Pero la República tiene sus días contados... Las revueltas políticas empiezan a sucederse. La guerra civil es inminente. Y Ezequiel radicaliza su postura. Se afilia al Partido Socialista. Y no será un luchador pasivo. Al contrario, incluso participará en la revolución de Asturias de 1934. Pero Gabriela no terminaba de entender la política:
Yo creía en la Educación, en la Cultura, en la Justicia. Amaba mi profesión y me entregaba a ella con afán. ¿Todo eso era política?Con mucha sencillez, nos narra Aldecoa la vida de Gabriela. Y nos cuenta su especial historia de amor con la enseñanza. Porque es amor lo que tiene Gabriela por su profesión. Un amor que incluso supera al amor que siente por su marido, un amor que incluso supera al que tiene por su hija...
No he sido yo muy dada a las literaturas pero la verdad es que, ni el instinto maternal anticipado, ni la ilusión por la nueva vida, ni el imaginarme cómo iba a ser el niño que llegaba, me ocupaban el tiempo. Bastantes niños tenía a mi alrededor, bastantes caras risueñas, bastante atareada andaba atendiendo ese preguntar insaciable que me llenaba la vida.Nos regala Aldecoa una historia emotiva, que nos cala, que nos hace sentir, que nos emociona, página tras página. Imposible olvidar a Gabriela una vez que cerramos el libro. Imposible olvidar su lucha, su sueño. Una lucha y un sueño que tuvieron muchos maestros en esa época. Una lucha y un sueño que aún tienen muchos maestros en esta época.
Tenía que pasar mucho tiempo hasta que yo me diera cuenta de que lo que me daban los niños valía más que todo lo que ellos recibían de mí.
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miércoles, 21 de mayo de 2014
The Hollow de Agatha Christie
The Hollow
Agatha Christie
Ed. Harper Collins, 1946
Agatha Christie
Ed. Harper Collins, 1946
El doctor John Christow se debate entre tres mujeres: su mujer y dos amantes. Hercule Poirot, que ha alquilado una casa vecina, ha sido invitado a cenar por la misma anfitriona que ha reunido a estas tres mujeres. Cuando llega Poirot, lo primero que ve es al doctor Christow, desplomado al borde de la piscina, y a su esposa Gerda con un pequeño revólver.
Llevaba años sin leer nada de Agatha Christie, así que cuando, buscando libros en inglés, ví éste en la estantería de la biblioteca, no me pude resistir. Tenía ganas de volver a leer algo suyo. Así que aproveché esta oportunidad de, además, poder disfrutarla en su lengua. Y la experiencia ha sido muy buena. No me ha costado mucho esta lectura. He abierto poquitas veces el diccionario lo que me ha permitido seguir la trama y engancharme a ella con rapidez.
En las primeras cien páginas del libro, Agatha Christie se recrea presentándonos y perfilando a los protagonistas. Con pocos rasgos la autora consigue que identifiquemos a cada uno de los personajes que aparecen en esta historia.
El primer personaje que destaca es John. Médico brillante, casado y con dos niños, parece tener éxito con las mujeres. Su matrimonio no es impedimento para que mantenga una relación con Henrietta, una mujer culta, con la que puede conversar incluso sobre su profesión. Escultora, Henrietta se nos revela como una mujer inteligente y avanzada para su época. Gerda, la mujer de Juan, se nos muestra como una mujer con poca personalidad, sumisa, que adora a su marido, que no es capaz de hacer nada que le moleste... Otro personaje con importancia en la trama es Edward, un caballero que está enamorado de Henrietta, a pesar de saber que el corazón de ésta no le pertenece. Y Midge, una costurera que trabaja en Londres. De los pocos personajes que trabajan en esta novela. Y por ello es criticada en ocasiones. También hay que mencionar al señor y señora Angkatell, los propietarios de The Hollow, la casa de campo donde sucede todo. Ella es frívola, extravagante... Parece importarle poco lo que piensen los demás. Él apenas destaca, eclipsado por su mujer. Y como no, Poirot, que está pasando sus vacaciones en una casa de campo próxima a The Hollow.
Y cuando ya están todos los personajes presentados, se produce el crimen. Todos los personajes, incluso el propio Poirot, están presentes cuando se comete. Es John la víctima. Y todos están presentes cuando de sus labios surge la última palabra: Henrietta... Pero la única persona que está presente y tiene un revólver en la mano es Gerda, su esposa... Pero pronto se descubrirá que no es esa arma la que mató a John. Y Poirot empezará a investigar como él sabe hacerlo. Charlando con unos y con otros, observando, deduciendo... Y pronto se dará cuenta de que parece que todos saben quién mató a John. Pero todos tratan de ocultarlo.
He disfrutado mucho de nuevo con la pluma de Agatha Christie. Aunque tengo que admitir que no es de sus mejores obras. Parece Agatha aquí más interesada en sus personajes, en reflejar su modo de vida, en enseñarnos cómo eran sus relaciones. Aquí el misterio, la solución del crimen parece estar en segundo plano. No es tan desarrollado como en otras novelas. Incluso cuando Poirot resuelve el asesinato, lo hace casi sin pruebas. Son sus habilidades deductivas lo que le permiten esclarecer el crimen. Eso sí, de nuevo Agatha Christie lo consigue. Logra que lleguemos al final sospechando de todo el mundo y sorprendernos cuando nos revela quién lo cometió. Y todo siempre está perfectamente atado. No hay ningún resquicio en la trama. No deja nada en el aire. Para esto demuestra una vez más que ella es la gran maestra.
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lunes, 19 de mayo de 2014
Leemos el Quijote: Capítulo XIX
Buen inicio el de este capítulo, con un Sancho, que busca razones para justificar la mala suerte que les acompaña en sus aventuras. Un Sancho que va ya mostrando rasgos de quijotización...
Paréceme, señor mío, que todas estas desventuras que estos días nos han sucedido, sin duda alguna han sido pena del pecado cometido por vuestra merced contra la orden de caballería, no habiendo cumplido el juramento que hizo de no comer pan a manteles ni con la reina folgar, con todo aquello que a esto se sigue y vuestra merced juró de cumplir, hasta quitar aquel almete de Malandrino, o como se llama el moro, que no me acuerdo bien. Tienes mucha razón, Sancho, dijo Don Quijote; mas para decirte verdad, ello se me había pasado de la memoria y también puedes tener por cierto que por la culpa de no habérmelo tú acordado en tiempo, te sucedió aquello de la manta; pero yo haré la enmienda, que modos hay de composición en la orden de la caballería para todo. ¿Pues juré yo algo por dicha? respondió Sancho. No importa que no hayas jurado, dijo Don Quijote; basta que yo entiendo que de participantes no estás muy seguro, y por sí o por no, no será malo proveernos de remedio. Pues si ello es así, dijo Sancho, mire vuestra merced, no se le torne a olvidar ésto como lo del juramento; quizá les volverá la gana a los fantasmas de solazarse otra vez conmigo, y aún con vuestra merced, si le ven tan pertinaz.
Vuelve don Quijote a equivocarse. Si en el capítulo anterior confundió un rebaño de ovejas y carneros con ejércitos, en esta ocasión, al amparo de la noche, tomará a un grupo de sacerdotes que transportan un féretro por fantasmas. Y no dudará en atacarlos.
...descubrieron muchos encamisados, cuya temerosa visión de todo punto remató el ánimo de Sancho Panza, el cual comenzó a dar diente con diente como quien tiene frío de cuartana; y creció más el batir y dentellear cuando distintamente vieron lo que era, porque descubrieron hasta veinte encamisados, todos a caballo, con sus hachas encendidas en las manos, detrás de los cuales venía una litera cubierta de luto, a la cual seguían otros seis de a caballo enlutados hasta los piés de las mulas, que bien vieron que no eran caballos en el sosiego con que caminaban; iban los encamisados murmurando entre sí con una voz baja y compasiva.Se disculpó cuando se dio cuenta de la verdad, temeroso, al ser un hombre cristiano, recordando que, incluso un gran caballero, como el Cid, fue excomulgado por el Papa.
No entiendo este latín, respondió Don Quijote: mas yo sé bien que no puse las manos, sino este lanzón; cuanto más, que yo no pensé que ofendía a sacerdotes, ni a cosas de la Iglesia, a quien respeto y adoro como católico y fiel cristiano que soy, sino a fantasmas y vestiglos del otro mundo; y cuando eso así fuese, en la memoria tengo lo que le pasó al CId Rui Diaz cuando quebró la silla del embajador de aquel rey delante de su santidad el Papa, por lo cual le descomulgó, y anduvo aquel día el buen Rodrigo de Vivar como muy honrado y valiente caballero.
Cuando don Quijote hace intención de descubrir quién estaba en el féretro, Sancho, que había aprovechado la pelea para llenar sus alforjas vacías de alimento, es quien le quita la idea de la cabeza. Y le aconseja que es mejor huír, antes de que los sacerdotes se den cuenta de que ha sido un hombre solo quien les ha atacado.
Bien pronto pararon para poder comer, ahora que por fin alimento tenían, pero una gran desgracia hay aún para Sancho...
Y a poco trecho que caminaban por entre dos montañuelas, se hallaron en un espacioso y escondido valle, donde se apearon, y Sancho alivió el jumento; y tendidos sobre la verde yerba, con la salsa de su hambre almorzaron, comieron, merendaron y cenaron a un mismo punto, satisfaciendo sus estómagos con más de una fiambrera que los señores clérigos del difunto (que pocas veces se dejan mal pasar) en la acémila de su repuesto traían; mas sucedióle otra desgracia, que Sancho tuvo por la peor de todas, y fue que no tenían vino que beber, ni agua que llegar a la boca y acosados de la sed dijo Sancho, viendo que el prado donde estaban estaba colmado de verde y menuda yerba, lo que se dirá en el siguiente capítulo.
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Cervantes
domingo, 18 de mayo de 2014
Apetitosos sorteos!
Adivina quien lee sortea un ejemplar de Cuatro esquinitas tiene mi cama de Fernando Méndez.
Hasta el 30 de mayo
Hasta el 30 de mayo
Books & Co sortea un ejemplar de Netherwood de Jane Sanderson y un ejemplar de La Villa de Rosanna Ley. Hasta el 12 de junio
¡Mucha suerte a tod@s!!!
viernes, 16 de mayo de 2014
Maldita de Merces Pinto Maldonado
Maldita de Mercedes Pinto
Ediciones B, 2014
En Amazon
Lucía llega al mundo marcada por la muerte de su madre y rodeada de los secretos, odios y rencores acumulados por cinco de las generaciones que la antecedieron. Su padre, un cacique que goza de gran poder económico y social en la comarca, la repudia desde el momento en la que es concebida condenándola a vivir para el resto de su vida en una casucha apartada de la vida que merece. Su encierro hace de ella una criatura especial pero incapaz de salir al exterior. Ella desconoce que ha venido al mundo a cumplir una misión: acabar con todo el resentimiento que han ido sembrando en aquellas tierras los cinco Diego del Valle que las ocuparon.
A pesar de estar estigmatizada desde antes de su nacimiento y ser pasto del odio y la ambición de algunas de las personas que se cruzan en su existencia, la valentía de un muchacho que vive en las tierras vecinas, que se cuela por una pequeña grieta en su pequeño y oscuro mundo, hace de ella una criatura llena de luz.
Y Maldita, como la llamara su padre, se convierte en Lucía, luz del día; aunque habrá de hacerse una mujer antes de que se cumplan las palabras proféticas que su madre pronunció antes de morir.
De nuevo he disfrutado de la narrativa de Mercedes Pinto.
Vuelve a sorprenderme esta autora por su forma de contar, de narrar una
historia. Por su capacidad de atrapar al lector hasta llegar a la última
página. Y no es la historia lo que
realmente nos conquista. Es su forma de describir, de perfilar los
personajes. Aunque nos presente a una
niña que es increíble, que nos cuesta creer si lo pensamos con lógica, Mercedes
consigue que sintamos un cariño inmenso por ella. Que la cuidemos, que nos
preocupemos, que temamos el dolor que ciertas personas pueden causarle, que
disfrutemos de cada instante que compartimos de su vida. Porque...
Asomarse a la ventana de Lucía era como observar un trocito del paraíso, otra dimensión en la que, a pesar del reducido espacio, las cosas más sencillas se mostraban con una belleza extraordinaria inmensa. En aquel lugar vivía el lado más amable de la vida. Al menos una sonrisa estaba asegurada.
Lucía, una niña que no pudo conocer el amor de sus padres.
Su madre murió cuando ella nació y su padre la rechazó, creyendo que no era
suya. Pero tuvo a su abuela, que la cuidó, que la quiso, que le dio todo su
amor, que le regaló los mejores momentos de su vida. Y desde el primer día de su vida, Lucía mostró
que era una niña especial. Una niña con una facilidad para aprender increíble y
con una madurez no propia de su edad. Con tan solo tres años se desenvolvía ya
como una muchacha. Tanto por su forma de hablar, de comportarse, de llevar su
casita... Algo difícil de creer, sí, pero Mercedes tiene tanta habilidad para
meterte de lleno en la historia que no te importa. Te enamoras de Lucía, "una
niña muy intuitiva, pero una niña; todavía tenía un corazón sano, capaz de
recuperarse en un minuto, de olvidar e ilusionarse de nuevo con facilidad". Una niña para quien "un
libro era un tesoro, un amigo y un compañero de soledad".
Si Lucía es la personificación de la inocencia, Diego, su
padre, es absolutamente todo lo contrario. Déspota y cruel, en ningún momento
dará alguna muestra de afecto hacia la niña. Imposible no odiarlo, aunque
cuando se nos revele su pasado, descubramos las razones que le han llevado a
ser así. Aunque su infancia haya sido también triste y dura...
Porque Maldita es una historia de secretos familiares. Secretos que iremos descubriendo poco a poco
y que harán que devoremos la lectura de este libro. Secretos que, una vez
descubiertos, cambiarán y mucho el rumbo de la vida de los protagonistas de
esta novela. Secretos que, si no se hubieran callado, quizás hubieran
convertido a Diego en una persona más feliz; a Lucía, una niña querida por sus
padres... Pero, en muchas ocasiones, el callar, el no hablar en su momento,
causa muchos problemas que luego cuestan mucho resolver.
El único pero que puedo ponerle a esta novela es su final.
Aunque no deja ningún cabo suelto, me ha parecido demasiado precipitado. Con el
mimo y cuidado que ha puesto hasta ese momento en la historia, parece entrarle
las prisas a la autora. Como si no le hubiera gustado que su Lucía creciera y se convirtiera en
una mujer adulta. Pero aparte de este pequeño detalle, una novela absolutamente
recomendable, que te va a emocionar y que te va a durar un suspiro.
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Mercedes Pinto
miércoles, 14 de mayo de 2014
Al otro lado del cristal de Juan Manuel Peñate
Círculo
Rojo, 2013
En La pala un ritual es llevado a cabo por los habitantes de un pueblo remoto, un secreto compartido que va saltando de uno a otro; el protagonista de Dios Roco se convierte en testigo involuntario o nexo de unión entre dos mundos destinados a no conocerse nunca; dos mujeres muy dispares tienen que hacerse a la idea de convivir bajo el mismo techo, la situación lo requiere, pues afuera, Al otro lado del cristal… Una lucha encarnizada por la supervivencia es desplegada a través de un macabro juego al que El jugador pesimista, junto con otros, tendrá que hacer frente, algo que lo marcará de por vida; en Tercera planta, por favor acompañaremos a alguien cuya memoria hace mucho que lo abandonó en su descenso al siguiente infierno; una institución mental es siempre lugar de confesiones susurradas cuyas paredes encierran anécdotas misteriosas y leyendas urbanas que nadie creería, sin embargo, es la persona que habita En la celda de colores la que guarda la más inquietante de las historias; ¿hasta qué punto llegarían unos por impresionar a otros? En Touchdown alguien cruzará esa delgada línea, demostrando una vez más que la estupidez humana no conoce límites.Estos siete relatos —tres de ellos novelas cortas— representan la ópera prima de su autor, un surtido de emociones y escalofríos que abarcan géneros tan diversos como el suspense, la fábula, la ciencia-ficción, el fantástico o el terror.
El relato es un género que me gusta. Me gusta que me sorprendan con historias cortas. Historias que te llegan, que te emocionan, que consiguen engancharnos con pocas páginas. Historias que puedes disfrutar en una sola tarde y que te dejan con buen sabor de boca.
Y de nuevo he conseguido todo esto con este libro que, amablemente, me ofreció su autor. No tenía referencias ninguna cuando acepté su lectura. Fue una corazonada la que hizo que dijera que sí. Y no me ha fallado. Porque he encontrado a un autor que sabe cómo contar una historia, sabe usar bien los recursos para engancharnos a la lectura, sabe mantener la tensión cuando la trama así lo pide.
Siete relatos conforman este libro. Aunque tres de ellas podríamos decir que más que relatos, son novelas cortas: Al otro lado del cristal, La celda de colores y El jugador pesimista.
Al otro lado del cristal es el relato que da título al libro. Protagonizada por dos hermanas que se ven obligadas a vivir juntas, sin poder salir de casa, a causa de un virus que está diezmando a la población, consigue Peñate que sintamos su aislamiento, su soledad, su cansancio, su hastío... Ni siquiera podrán mirar a través de las ventanas, para no encontrarse con el horror del exterior. Una buena historia, aunque en esta ocasión hay ciertas lagunas, ciertos fallitos que impiden que sea una historia de diez.
El jugador pesimista es el relato que más me ha gustado. Con un protagonista al que conoceremos antes, durante y después de un juego al que será obligado a jugar, si quiere vivir. Un juego que le llevará a distintos sitios, a distintas épocas, pero siempre en época de guerra, siempre en medio de una batalla. Y tendrá que sobrevivir hasta que el tablero decida que ya es hora de comenzar un nuevo juego... Un juego al que solo jugarán quienes han despreciado su vida, quienes han creído que la vida no les ofrecía nada. Y el juego se encargará de enseñarles a valorarla. Aunque, en ocasiones, el precio que tienen que pagar sus jugadores es demasiado alto. El final de este relato es muy bueno.
En La celda de colores el autor se atreve con el género paranormal. Y consigue crear ambientes inquietantes en esta historia, donde la violencia y los crímenes están presentes, y dejarnos con la incertidumbre hasta la última página.
En sus relatos cortos, La pala, Tercera planta, por favor, Dios Roco y Touchdown sigue demostrando el autor sus dotes para perfilar sus personajes con pocos rasgos y para crear historias a las que no les sobra ni les falta nada.
En definitiva, un libro que he disfrutado mucho, por la capacidad del autor para crear atmósferas opresivas, inquietantes, enigmáticas... Sin abusar de las descripciones, logra que veamos y que sintamos el ambiente en que se desarrolla la historia. También sabe manejar con soltura los diálogos, lo que facilita mucho su lectura. Y demuestra mucha habilidad para plasmar las emociones, los sentimientos, los pensamientos de sus personajes, lo que hace que simpaticemos con ellos pronto. Una lectura muy recomendable.
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Juan Manuel Peñate,
reseñas
lunes, 12 de mayo de 2014
Leemos el Quijote: Capítulo XVIII
Otro capítulo que destaca por los diálogos entre Quijote y Sancho. Se lamenta Sancho de la mala suerte que los está acompañando. Sólo una victoria han tenido hasta ese momento. Y no se puede decir que saliera don Quijote bien parado precisamente...
Don Quijote achacaba a un encantamiento el no haber podido moverse para defender a su escudero. Y menciona que ojalá hubiera tenido una espada que sirviera contra los encantadores, como la que tenía Amadís. Pero Sancho, tras su experiencia con el bálsamo de Fierabrás, le responde:
Yo soy tan venturoso, dijo Sancho, que cuando eso fuese, y vuestra merced viniese a hallar semejante espada, sólo vendría a servir y aprovechar a los armados caballeros como el bálsamo, y a los escuderos que se los papen duelos.
Termina este capítulo con don Quijote atacando a un rebaño de ovejas y carneros, creyendo que se trataba de un ejército...
Y tampoco terminará bien esta aventura para don Quijote... Algún diente perderá...¿Cómo dices eso? respondió Don Quijote, ¿no oyes el relinchar de los caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los atambores? No oigo otra cosa, respondió Sancho, sino balidos de ovejas y carneros, y así era la verdad, porque ya llegaban cerca los dos rebaños. El miedo que tienes, dijo Don Quijote, te hace, Sancho, que ni veas ni oigas a derechas, porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos, y hacer que las cosas no parezcan lo que son; y si es que tanto temes, retírate a una parte y déjame solo, que solo basto a dar la victoria a la parte a quien yo diere mi ayuda. Y diciendo ésto puso las espuelas a Rocinante, y puesta la lanza en el ristre bajó de la costezuela como un rayo. Diole voces Sancho, diciéndole: Vuélvase vuestra merced, señor Don Quijote, que voto a Dios que son carneros y ovejas las que va a embestir: vuélvase, desdichado del padre que me engendró: ¡qué locura es ésta! Mire que no hay gigante ni caballero alguno, ni gatos, ni armas, ni escudos partidos ni enteros, ni veros azules ni endiablados. ¿Qué es lo que hace? Pecador soy yo a Dios. Ni por esas volvió Don Quijote, antes en altas voces iba diciendo: Ea, caballeros, los que seguís y militais debajo de las banderas del poderoso emperador Pentapolin del arremangado brazo, seguidme todos, vereis cuán facilmente le doy venganza de su enemigo Alifanfaron de la Trapobana.
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Cervantes
Oscuralia de Pedro Escudero
Pedro Escudero2014Este libro guarda un secreto, un secreto susurrado por un viejo a un extraño sobre los monstruos que se esconden en la oscuridad del mar. Un secreto encerrado en el nudo de una soga. Un secreto aguardando con paciencia a que llegues al final de la escalera. Un secreto que Severo conoce mientras permanece en lo alto. Un secreto apoteósico, que te marcará para siempre y te hará perder el norte. Para descubrir el secreto, todo es empezar…
A pesar de no encontrar lo que esperaba con este libro, sentir miedo, sí puedo decir que he disfrutado y mucho con los relatos de Pedro Escudero. La atmósfera opresiva, inquietante, claustrofóbica que ha conseguido plasmar en sus ocho relatos me ha enganchado. Y el modo en que logra crear unos personajes bastante sólidos, bastante bien definidos en escasas páginas me ha sorprendido también. Son historias muy bien construidas, con un buen principio, un bien desarrollado nudo y un desenlace, en casi todos ellos, inmejorable.
Solo una vez temí que iba a decir adiós a este libro. Cuando llegué al penúltimo relato y me encontré con una historia de zombies, Severo en lo alto. Los que me conocéis sabéis que no me llevo muy bien con estas "adorables" criaturas... Así que dudé... Pero finalmente me animé y me encontré con un personaje, Severo, que me gustó mucho. Un hombre que lo ha perdido todo, que se encuentra solo, que lucha solo... Frente a esos zombies que están devastando el mundo que él conocía... Destacable la caracterización de este personaje y también el final de esta historia.
De la misma temática fue también el último relato, La marca del norte, y esta vez, después de la buena experiencia con el anterior, no lo temí. Y me encontré con una historia más dinámica, con mucha más acción, de las que te dejan sin aliento en cada página... Con una trama más original al incluir zombies inteligentes entre los protagonistas... O al menos a mí me lo parece, al no ser lectora habitual del género. Incluso me parece que aquí hay material para hacer una novela, ya que es de los pocos relatos que te dejan con ganas de saber más. Es un mundo el que crea con muchas posibilidades.
Aunque si tengo que destacar un relato es Al final de la escalera. Con una historia que nos recuerda mucho a Saw, el autor consigue inquietarnos, molestarnos, sentirnos incómodos... ¿Qué serías capaz de hacer para sobrevivir? Esa es la pregunta que nos ronda en la cabeza en todo momento. Una pregunta a la que es mejor no tener que responder nunca... Otro final increíble el que nos regala el autor.
Y también nos demuestra el autor que tiene dotes para el humor con Todo es empezar. Ambientada en un cementerio, no es una historia muy original la que nos cuenta. Es su forma de narrarla lo que nos atrae, ya que nos provoca la sonrisa. Aunque si viviéramos una situación parecida a la de este vigilante del cementerio, con toda probabilidad, yo saldría corriendo... Pocas ganas de reírme me quedaría...
En definitiva, un libro de relatos que he disfrutado mucho, con historias que rápidamente enganchan y que se leen de forma muy ligera y fluida. Y que me van a hacer que incluso me atreva con un género del que he huido estos años.
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