Capítulo XXI
Se hace don Quijote en este capítulo con su ansiado yelmo de Mambrino... Aunque realmente solo es una bacía de barbero... Pero bueno, está nuestro protagonista contento con su yelmo, que cree de oro. Aunque ahí está Sancho, como siempre, intentando convencerle de lo que es realmente, sin éxito. Al menos en esta ocasión, no hay un mal final para nuestros queridos personajes.
Sancho le pregunta a don Quijote si no sería mejor prestar sus servicios a un rey, ya que así, al menos, tendrían unas ganancias fijas. Pero no es ese el modo en que don Quijote quiere ser caballero. Para lograrlo, antes hay que hacer gestas para merecer esa honra.
Hay dos maneras de linajes en el mundo: unos que traen y derivan su descendencia de príncipes y monarcas, a quien poco a poco el tiempo ha deshecho, y han acabado en punta, como pirámide puesta al revés; otros tuvieron principio de gente baja y van subiendo de grado en grado, hasta llegar a ser grandes de señores; de manera que está la diferencia en que unos fueron, que ya no son, y otros son, que ya no fueron.
Capítulo XXII
Un capítulo en el que nuestro don Quijote vuelve a hacer de las suyas, interpretando a su modo, las reglas de caballería y liberando a unos galeotes, que han sido condenados por el rey, por la justicia. Y si el caballero actúa en contra de las decisiones del rey, ¿sigue siendo un caballero? Si es que el pobre Quijote se lía él solo, no le hace falta nadie.
...lo que se pueda hacer por bien no se haga por mal…porque me parece duro caso hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres…que estos pobres no han cometido nada contra vosotros. Allá se lo haya cada uno con su pecado…y no es bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres, no yéndoles nada en ello.
Y poco se lo agradecen los galeotes. Que no son gente buena, que sus respuestas, aunque nos haya arrancado más de una sonrisa, dan muestras de su verdadero carácter. Así que cuando nuestro caballero les pide que vayan al Toboso y agradezcan su libertad a Dulcinea, éstos le contestan a pedradas. Que no quieren volver a caer en manos de la justicia...
Capítulo XXIII
Temeroso de que la Santa Hermandad vaya detrás de ellos tras liberar a los galeotes, Sancho le aconseja a don Quijote esconderse en algún lugar de Sierra Morena. Aunque no lo considere un rasgo de valentía, más bien de cobardía, el caballero acepta el consejo de su escudero, quien sigue dándole razones para justificar su decisión:
El retirar no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza, y de sabios es guardarse hoy para mañana, y no aventurarse todo en un día.En su camino se encuentran una maleta en la que hay algunas monedas de oro, que pronto Sancho se guarda, con el consentimiento de su señor. También hay algunas camisas de holanda y un librillo de memorias. La curiosidad le puede a nuestro caballero y empieza a leer el libro. Lee primero un soneto, donde el autor hace referencia al amor no correspondido. Luego lee una carta donde el mismo caballero le reprocha a la dama por haber elegido "quien tiene más, no por quien vale más que él".
Será un cabrero quien les hable de "el roto de la Mala Figura", un joven que lleva un tiempo en Sierra Morena, medio desnudo, como si fuera un salvaje. Posiblemente sea él el dueño de la maleta. Posiblemente sea él el autor de los escritos. El amor le ha llevado a la locura. Aunque a veces tiene momentos de cordura.
Capítulo XXIV
Don Quijote no puede irse de estas tierras sin ayudar en lo que pueda a Cardenio, "el roto de la Mala Figura". Cuando le conoce, le pide que le cuente su historia. Y éste no se negará, aunque antes pedirá comer un poco. Sólo pedirá que, cuando comience a hablar, no sea interrumpido.
Y Cardenio empezará a contar su historia, su amor por Luscinda. Pero no recordará la advertencia don Quijote e interrumpirá al joven cuando éste menciona que su amada le pide el libro de caballerías que más le gusta, el Amadís de Gaula. Alabará nuestro caballero el gusto de la muchacha. Pero no comparte la misma opinión el joven, quien argumenta que en uno de sus capítulos no hay mucho de verdad. Irritará esto a don Quijote que se enfurecerá con Cardenio. Y éste le golpea con una piedra cayendo al suelo. Sancho acudirá en su ayuda, pero poco podrá hacer por defenderlo. Cuando le recrimina al cabrero por no haberle advertido de la locura de Cardenio, pelearán ambos y tendrá don Quijote que separarlos.
A pesar del percance, seguirá don Quijote interesado en la historia de Cardenio y preguntará al cabrero dónde puede encontrarle.
Poniéndote al día, eh? :-) Gracias por volver a compartir el resumen :-) Un beso!
ResponderEliminarY a mí que se me hizo eterrrrno... U.U
ResponderEliminarBesotes