Sigue Sancho queriendo convencer a don Quijote de que no está encantado. Pero éste se resiste:
Verdad dices, Sancho -respondió don Quijote-, pero ya te he dicho que hay muchas maneras de encantamentos, y podría ser que con el tiempo se hubiesen mudado de unos en otros, y que agora se use que los encantados hagan todo lo que yo hago, aunque antes no lo hacían. De manera que contra el uso de los tiempos no hay que argüir ni de qué hacer consecuencias. Yo sé y tengo para mí que voy encantado, y esto me basta para la seguridad de mi conciencia; que la formaría muy grande si yo pensase que no estaba encantado y me dejase estar en esta jaula, perezoso y cobarde, defraudando el socorro que podría dar a muchos menesterosos y necesitados que de mi ayuda y amparo deben tener a la hora de ahora precisa y estrema necesidad.
Y consigue convencer Sancho al cura para que deje salir a nuestro caballero de su jaula. Cuando éste por fin sale, su conversación con el cura gira sobre los libros de caballerías. Éste intenta convencerle de que estos libros le han llevado a la locura, de que los héroes en los que él cree, no existen. Que es una lástima que hombre tan juicioso como él, haya enloquecido por culpa de estos libros. Pero no se deja convencer don Quijote. Le contesta al cura que los libros de caballerías no le han hecho daño alguno, que sus héroes existen, que los hechos que estos libros cuentan, se cometieron. Y empieza a mezclar nombres de personajes que existieron con los que no... Y el cura vuelve a intervenir para sacarle de su error:
Admirado quedó el canónigo de oír la mezcla que don Quijote hacía de verdades y mentiras, y de ver la noticia que tenía de todas aquellas cosas tocantes y concernientes a los hechos de su andante caballería; y así, le respondió:
-No puedo yo negar, señor don Quijote, que no sea verdad algo de lo que vuestra merced ha dicho, especialmente en lo que toca a los caballeros andantes españoles; y, asimesmo, quiero conceder que hubo Doce Pares de Francia, pero no quiero creer que hicieron todas aquellas cosas que el arzobispo Turpín dellos escribe; porque la verdad dello es que fueron caballeros escogidos por los reyes de Francia, a quien llamaron pares por ser todos iguales en valor, en calidad y en valentía; a lo menos, si no lo eran, era razón que lo fuesen y era como una religión de las que ahora se usan de Santiago o de Calatrava, que se presupone que los que la profesan han de ser, o deben ser, caballeros valerosos, valientes y bien nacidos; y, como ahora dicen caballero de San Juan, o de Alcántara, decían en aquel tiempo caballero de los Doce Pares, porque no fueron doce iguales los que para esta religión militar se escogieron. En lo de que hubo Cid no hay duda, ni menos Bernardo del Carpio, pero de que hicieron las hazañas que dicen, creo que la hay muy grande. En lo otro de la clavija que vuestra merced dice del conde Pierres, y que está junto a la silla de Babieca en la armería de los reyes, confieso mi pecado; que soy tan ignorante, o tan corto de vista, que, aunque he visto la silla, no he echado de ver la clavija, y más siendo tan grande como vuestra merced ha dicho.
-Pues allí está, sin duda alguna -replicó don Quijote-; y, por más señas, dicen que está metida en una funda de vaqueta, porque no se tome de moho.
-Todo puede ser -respondió el canónigo-; pero, por las órdenes que recebí, que no me acuerdo haberla visto. Mas, puesto que conceda que está allí, no por eso me obligo a creer las historias de tantos Amadises, ni las de tanta turbamulta de caballeros como por ahí nos cuentan; ni es razón que un hombre como vuestra merced, tan honrado y de tan buenas partes, y dotado de tan buen entendimiento, se dé a entender que son verdaderas tantas y tan estrañas locuras como las que están escritas en los disparatados libros de caballerías.
También tiene gracia que el cura, que como todos los curas, vende creencias, intente convencer a D. Quijote de que las suyas no son ciertas. Un pasaje extraordinario.
ResponderEliminarUn beso!!
Me encanta este libro y es posible que vuelva a leerlo algún día. Un besote :)
ResponderEliminarA mí este capítulo me ha resultado un poco aburrido.
ResponderEliminarBesos.
A seguir así con el Quijote!
ResponderEliminarUn beso!
Es verdad que el cura tiene gracia. Esto ya es casi el final,¿no?
ResponderEliminarBesos :)
espero que lo estes disfrutando mucho mucho :D
ResponderEliminarCon este libro disfruté mucho cuando lo leí la primera vez, en el instituto creo y la verdad que llevo tiempo planteándome volver a leerlo!!
ResponderEliminarUn beso ^^
Recomentadísimo capítulo con mucha inquina además, si es que hay cosas que nunca cambian. ¡Qué bien vais! Y lo sigo diciendo, es coger la pestaña, sacar todas las entradas y añadirlo de anexo a la lectura, plantéatelo ;) Besos.
ResponderEliminarMe estoy planteando fuertemente releerlo ya que cuando lo hice por primera vez fue por obligación, ya sabes los profesores que creen que un niño de 8 años necesita leer este tipo de libros :(
ResponderEliminarSaludos.
Irónico y satírico pero magistral... qué gran obra¡¡¡ es una de las cosa que he de agradecer a mi época de estudiante; que me obligaran a leer el quijote¡¡ besos¡¡¡
ResponderEliminarYa no nos queda nada!
ResponderEliminarBesos
Ya no queda nada, y me parece que es una suerte, porque a muchas os veo un poco saturadas
ResponderEliminarBesos