El maestro de almas de Irène Némirovsky

El maestro de almas
Irène Némirovsky
Salamandra, 2009

Elogiada y admirada por su destreza para crear personajes verosímiles, de rasgos profundamente humanos, Irène Némirovsky da prueba una vez más de una incisiva caracterización psicológica en esta novela sobre el desarraigo y la azarosa búsqueda de reconocimiento social.

Dario Asfar, un joven médico originario de Crimea, llega a Niza acompañado de su mujer y de su hijo recién nacido. Atormentado por las deudas, Dario lucha desesperadamente por conseguir una clientela, pero su origen levantino sólo inspira desconfianza y rechazo. La precaria situación de su familia lo empuja entonces a emprender el único camino que se le ofrece para escapar de la miseria: aprovechándose del creciente auge del psicoanálisis, Dario se transforma en terapeuta improvisado, una suerte de charlatán dispuesto a ofrecer a los ricos burgueses el sosiego del alma y la felicidad que tanto anhelan. Sin embargo, el éxito y la fortuna tan ansiados tendrán para él consecuencias insospechadas.

El trazo ligero de Némirovsky describe con implacable lucidez la figura del advenedizo en el París de los años treinta, donde poderosos señores y elegantes mujeres de mundo conviven con una corte de vividores, menesterosos y canallas que pululan por la ciudad, conformando un mundo de mil caras fascinantes.

El maestro de almas fue publicada por entregas en el semanario Gringoire entre mayo y agosto de 1939, apenas tres años antes de la desaparición de la autora, y reeditada en forma de libro por primera vez en el año 2006.

De nuevo Némirovsky vuelve a conquistarme. Totalmente, absolutamente.  A pesar de que en esta novela sus personajes me han parecido más simples, a excepción del protagonista, Dario Asfar, magistralmente retratado. Un personaje que luchar por ocupar un lugar digno en la sociedad que le ha tocado vivir. Y son muchos los obstáculos que va a tener que superar. Obstáculos tan difíciles como son el racismo, la intolerancia, el clasismo... Una sociedad en la que la hipocresía reina en todos los ámbitos. Para ascender Dario tendrá que decidir. Tendrá que elegir entre convertirse en uno de ellos o no. No hay otra salida. Y elegirá el camino fácil. Cometerá actos poco honrosos. No llevará una vida ejemplar. Pero logrará ser aceptado, logrará alcanzar el status que siempre ha perseguido. Pero, ¿a qué precio?  No contará con el apoyo de su hijo, un hijo que desaprueba por completo la conducta de su padre. Que es incapaz de mirarle a los ojos, que es incapaz de sentir un poco de afecto. No le gusta su vida ni como se comporta con su madre. Una madre que ha vivido toda su vida por y para su marido, a pesar de saber de sus continuas infidelidades. Pero le perdonaba y le justificaba. Pero a Dario no le importa el rechazo de su hijo. Piensa que con los años le comprenderá. Piensa que él no ha vivido en la miseria, él no sabe lo que es sentirse rechazado, humillado, despreciado. "No hay nada más terrible que no tener dinero...". Cree que cuando el tiempo pase, su hijo valorará todo lo que ha hecho y será incapaz de rechazar su herencia.

Queda claro que el personaje principal es Dario Asfar. Un personaje que está perfectamente descrito, con sus dudas, con su lucha... Al que vemos cambiar a lo largo de la novela... ¿O no hay cambio? Porque los capítulos finales en los que el hijo de Dario adquiere el protagonismo nos hacen dudar. ¿Realmente Dario se comporta así por culpa de la sociedad en que le ha tocado vivir? ¿O simplemente es una excusa para justificar sus actos? ¿Se ha convertido en un hipócrita, en un charlatán? ¿O ya lo era? Némirovsky no nos va a dar la respuesta. La deja en manos del lector.  Ella se limita a exponer un tipo de vida que probablemente conoció muy bien, porque es la sociedad en la que le tocó vivir. Y lo vuelve a hacer con la maestría que ha demostrado siempre. Leerla es un auténtico  placer. Y esta novela no es una excepción.