Percy Jackson y el ladrón del rayo de Rick Riordan

Percy Jackson. El ladrón del rayo
Rick Riordan
Traductora: Libertad Aguilera Ballester
Salamandra

¿Qué pasaría si un día descubrieras que, en realidad, eres hijo de un dios griego que debe cumplir una misión secreta? Pues eso es lo que le sucede a Percy Jackson, que a partir de ese momento se dispone a vivir los acontecimientos más emocionantes de su vida.

Expulsado de seis colegios, Percy padece dislexia y dificultades para concentrarse, o al menos ésa es la versión oficial. Objeto de burlas por inventarse historias fantásticas, ni siquiera él mismo acaba de creérselas hasta el día que los dioses del Olimpo le revelan la verdad: Percy es nada menos que un semidiós, es decir, el hijo de un dios y una mortal. Y como tal ha de descubrir quién ha robado el rayo de Zeus y así evitar que estalle una guerra entre los dioses. Para cumplir la misión contará con la ayuda de sus amigos Grover, un joven sátiro, y Annabeth, hija de Atenea.

El ladrón del rayo da comienzo a la apasionante serie PERCY JACKSON Y LOS DIOSES DEL OLIMPO, un mundo secreto que los antiguos dioses griegos han recreado a nuestro alrededor en pleno siglo XXI.

Siempre he sentido curiosidad por esta saga que tantos seguidores tiene. Pero con tanto libro por leer, nunca me animaba. Hasta que mi hija trajo el libro de la biblioteca. Y estando ya en casa, no me pude resistir. Y ahora comprendo el por qué de su éxito.

Sus personajes están hechos para gustar, Percy, Annabeth y Grover. Tres personajes, como en Harry Potter. Y nos lo recuerdan también en su carácter. Percy es valiente, honesto, divertido, un poco inseguro también, quizás por culpa de su dislexia. Y tampoco ayudará mucho descubrir a los doce años que eres hijo de un dios. Que ya no es sólo que tengas que empezar a creer en dioses que hasta ese momento pensabas que no existían, que eran criaturas fantásticas. Es que, además, él es hijo de uno de ellos. Y de uno de los poderosos, Poseidón. De repente, te das cuenta que toda tu vida es un engaño. Que no puedes fiarte de las personas que están a tu alrededor.  Me ha gustado mucho cómo el autor ha introducido la mitología en esta historia. Su forma de acercarla a los lectores más jóvenes. 

El único pero que puede ponerle a esta historia es que me cuesta creerme la edad de los personajes. No creo que Percy actúe como un niño de doce años. Por sus pensamientos, por sus actos... Más me cuadra con un niño de quince o dieciseis, pero no de doce. 

Annabeth, la hija de Atenea, y Grover, un joven sátiro serán los compañeros de Percy en esta aventura. Y tendrán que aprender a confiar los unos en los otros. Será a Annabeth a quien más le cueste, porque hasta ese momento no había podido confiar en nadie. Grover compensará su constante torpeza con grandes muestras de lealtad y valentía.

El ritmo es trepidante. No paran de suceder cosas con lo que apenas hay espacio para el aburrimiento. Nuestros protagonistas van constantemente de un sitio a otro, conociendo a distintos personajes, a distintos dioses. Y siempre poniendo su vida en peligro. 

En definitiva, un buena novela juvenil que sabe enganchar a los lectores y que deja con ganas de leer los siguientes y seguir conociendo a Percy y sus amigos y sus aventuras y desventuras con los dioses del Olimpo.