Esta semana toca desconectar un poco, descansar, leer y disfrutar de estos días, si el clima nos deja. Volveré con las pilas cargadas después de Semana Santa. No seáis malos en mi ausencia...
¡¡¡ Disfrutad de estos días!!!
«La Pascua triste» cierra la gran trilogía de Los gozos y las sombras que abre «El señor llega» y prosigue «Donde da la vuelta el aire». En sus páginas alcanzan su suerte final sus inolvidables personajes Carlos Deza, Cayetano Salgado, Clara y Juan Aldán resolviéndose de forma definitiva los conflictos entrecruzados a que da lugar, en los años de la República, el enfrentamiento de dos sociedades contradictorias enfrentadas en la encrucijada de destinos que propicia el vendaval de la Historia.
Octubre de 1914. Una guerra estancada. Un mundo que ha perdido la razón. España es el mayor país europeo que todavía se mantiene neutral. Alain Santini, diplomático francés, y Fritz Springer, oficial de la inteligencia alemana, viajarán a Madrid con el mismo fin: conseguir que España rompa una neutralidad que a sus países les está costando miles de vidas diarias.
En la trasnochadora ciudad ambos súbditos tendrán que poner a prueba su capacidad para manejar situaciones novedosas que se escaparán continuamente de su control, y tendrán que aprender a negociar, a engañar, a intrigar y a amar con un único objetivo: conseguir que Alfonso XIII abandone su indolente imparcialidad.
Entreacto en el Apolo nos llevará por los intrincados vericuetos de la alta política, de los bajos manejos palaciegos, de los intereses cruzados, de las engañosas pasiones, de los amores hipócritas y también de la lealtad y del patriotismo, donde no sabremos ni cuál será el siguiente acto de una función que está a punto de levantar el telón ni cuál será el papel que, como lectores, tendremos que interpretar.
El amplio mar, la constante contemplación del horizonte en busca de la presa, la abigarrada tripulación del "Pequod", ballenero comandado por un capitán tullido y obsesionado por su venganza... Surgiendo de la profundidad de las aguas, como un espectro, la encarnación del Mal: Moby Dick, la ballena blanca...
Es un lunes cualquiera de enero de 2013 y Felix pasa el control de seguridad para acceder al centro correccional de Fletcher. Los guardias lo miran con simpatía y benevolencia; para ellos este hombre solo es el señor Duke, un cincuentón que en sus ratos libres se dedica a organizar funciones de teatro con los reclusos. El autor elegido siempre es Shakespeare, y este año el profesor les propone La tempestad.
Felix accede sin problemas al recinto de la cárcel, llevando consigo algo muy peligroso pero imposible de detectar a través de un escáner: son las palabras, aún vivas, robustas, sonoras, de una obra donde la venganza viaja a través del tiempo y se instala en el presente. De a poco, ensayo tras ensayo, los chicos de Fletcher, que quizá nunca antes habían oído hablar de Shakespeare, convierten la obra en algo muy personal. Ahí se encuentran con sus fantasmas y con algo de sí mismos que no sabían, pero hay más: Felix, ese profesor terco y a veces aburrido, el día del estreno de la obra también podrá vengarse de quien le arruinó en el pasado.
«Cuando eres joven, crees que todo es posible. Te mueves en el presente, jugando con el tiempo como si fuera un juguete a tu disposición. Piensas que puedes deshacerte de cosas y personas, y aun no sabes bien que tienen la mala costumbre de volver.»
El jueves 11 de marzo del año 2004 la historia de un país llamado España cambió sin remedio. Esta novela narra cómo vivió aquella terrible jornada y cómo la reconstruyó más tarde sobre el papel un corrector, alguien que, obligado a enmendar los errores ajenos, se tropezó aquel día con una errata imborrable escrita sobre el libro de la realidad.
Concebido como el testimonio de un ciudadano corriente, pero sobre todo como una confesión a los seres que amamos, El corrector es un homenaje a quienes nos permiten mantener la cordura en tiempos oscuros y una emocionante novela acerca del poder de las distintas formas del amor —la amistad, la paternidad, la sexualidad— como recinto contra las inclemencias de la vida y contra las mentiras del poder.
De este modo, si La ofensa indagaba en la Segunda Guerra Mundial como escenario de la historia leída e interpretada y Derrumbe se interrogaba a propósito de nuestros miedos a través de la historia presentida o imaginada, El corrector se acerca sin rodeos, desde el implacable yo del narrador, a la historia vivida y protagonizada en primera persona, culminando una serie del mal en nuestro tiempo que ha convertido a su autor, Ricardo Menéndez Salmón, en un nombre indiscutible dentro de la mejor narrativa contemporánea española.
Nada tiene desperdicio en la escritura de Maria Antonieta Preto en este libro, La resurrección del agua, en el que la esencia del relato radica en la perfecta relación entre los elementos literarios: los personajes de la historia, los códigos de la memoria y del mensaje constituyen el significado de las palabras a través de cada rasgo humano. Ya sea el relato mágico o cruento, contando la muerte o la vida de nuestros afectos, el lenguaje y el buen gusto estilístico ganan singularidad en el desarrollo de la narración.Maria Antonieta Preto, periodista y ya considerada una de las mejores voces de la literatura portuguesa contemporánea, nos sorprendió con la publicación de Llueven cabellos en la fotografía (2004), cuentos sobre su raíz alentejana, que transfigura y nos transporta a todos aquellos lugares y en todos nos ofrece la posibilidad de observar y de sentir. Ahora confirma el ritmo poético de un sólido oficio literario y redobla una escritura poderosa tanto desde el punto de vista formal como desde el imaginativo (fascinantes nombres de personajes como el abuelo Antonásio y la abuela Bordália). Trabajando universos ancestrales, los signos son, sin embargo, de todos los tiempos y geografías, permaneciendo plenamente actuales.
Y vosotros, ¿qué leéis?En plena cruzada contra los cátaros, un caballero debe elegir entre Dios, el amor o el honor. Año 1205. El caballero Philip de Vercy, tras luchar contra los infieles en Tierra Santa, regresa al hogar con su familia. Pero Francia atraviesa una época tumultuosa, su esposa ha muerto durante el parto y su hijo padece de una grave enfermedad. La única esperanza para el pequeño parece ser una sanadora del Languedoc, Fabricia Bérenger, una joven y marcada con los estigmas de Cristo, de la que se dice que incluso resucita a los muertos. En su búsqueda de aquella mujer tocada por la gracia de Dios, Philip de Vercy se tropezará con el infierno de la cruzada albigense. Entre batallas sangrientas y matanzas de los herejes cátaros, el caballero deberá elegir entre Dios, el amor o el honor.