Fantasmas de Kensington de J.D. Álvarez

Peter Llewelyn Davies, a una edad ya avanzada, finge su propia muerte en Sloane Square con el fin de deshacerse de la sombra de Peter Pan, lastre que lleva arrastrando desde que siendo niño, J. M. Barrie proclamó que había sido su referencia a la hora de crear el personaje de su exitosa obra teatral. Así, Peter se marcha a una pequeña aldea en Escocia, The Little White Bird, cerca de Kirriemuir, para concluir allí sus últimos días en el más absoluto anonimato. Sin embargo, según se van desarrollando las semanas, lo que parecía un lugar apacible, comienza a transformarse en todo un universo de pesadilla atacado por caimanes, cuervos y fantasmas del pasado.

Por fin saqué hueco para leer este libro que llegó a mi estantería gracias a Kayena, quien realizó una maravillosa reseña en su blog.  Y desde luego he disfrutado de esta original historia, sobre todo por el tono sombrío y lúgubre que el autor consigue plasmar en cada página, ayudado también por las ilustraciones que acompañan a cada capítulo. Es una edición muy cuidada.


Nos encontramos con un libro que creo que todo lector amante de la historia de Peter Pan va a disfrutar. J. D. Álvarez hace su particular homenaje a ese maravilloso mundo que Barrie creó ofreciéndonos una cara oscura de este autor y creando una historia donde el protagonista es un Peter muy distinto al del famoso cuento. Un protagonista que ha crecido, que ya es mayor, que está huyendo de la fama que ese personaje le dio, que busca tranquilidad, que busca sólo pasar los últimos años de su vida en paz. 

En ella, a medida que se desarrollaban los años, James Mathew Barrie, el novelista, el dramaturgo, el hombre del que se rumoreaba sobre su supuesta pedofilia, el perturbado, el abandonado, hilaba su rencor hacia sus cuatro ahijados con la paciencia de una vieja araña. Hubiera deseado mantenerlos suspendidos para siempre en sus redes, adormecidos por el veneno de su fino aguijón como niños ajenos al paso del tiempo…

Peter ha crecido y ha vivido mucho. Y la tragedia ha marcado toda su vida. Sus hermanos fallecieron jóvenes. Ha participado en una guerra donde tuvo que matar... Con su suicidio fingido, pretende huir de todo ese pasado. Pero descubrirá que es imposible. Que el pasado siempre le persigue. Que los remordimientos, que los fantasmas del pasado siempre estarán acompañándole. Y el mejor ejemplo de ello es el pueblo donde va a parar, The Little White Bird. Tiene el mismo nombre que la primera novela publicada por Barrie. Y todos los personajes tienen los mismos nombres que los personajes de sus novelas. Todo nos recuerda a Peter Pan. Vuelve a ese mundo del que lleva toda su vida intentando huir. Sólo que esta vez no va a encontrarse con un mundo idílico... Más bien, todo lo contrario.

La prosa fluida y ligera del autor ayuda a meternos en esta historia rápidamente. El ambiente oscuro y misterioso que se palpa desde la primera página nos atrapa. Y el modo en que el autor va poco a poco aumentando la tensión hace que este libro se lea casi en un suspiro. Si queréis conocer cómo sería una versión un poco más terrorífica de Peter Pan, ésta es la novela adecuada.