La hija del dibujante
Katherine Govier
Traductor: Lorenzo Luengo
Algaida, 2014
Hay veces que son los propios libros los que escogen su momento, los que parecen sisearnos cuando pasamos a su lado para llamar nuestra atención. Ha sido el caso de La hija del dibujante, que parece que se cansó de esperar ya en la estantería y un buen día se colocó en mis manos, se abrió y ya no pude resistirme. Porque lo que encontré en las primeras páginas me conquistó totalmente. Una prosa exquisita, serena, hermosa, muy visual... De repente me encontré inmersa en el Japón feudal del siglo XIX, de una manera tan elegante y sutil, que ya no quise marcharme de ahí. Y en este sentido, además de alabar a su autora, también tengo que elogiar a su traductor, que ha realizado un trabajo impecable.
Katherine Govier
Traductor: Lorenzo Luengo
Algaida, 2014
Ei, la tercera hija del famoso pintor Hokusai, vive en el Japón del siglo XIX durante el último shogunato del clan Tokugawa: un país aislado de toda influencia extranjera y donde rige la moral tradicional y una férrea censura, que mantiene al pueblo ignorante y supersticioso. Ei acompañará a su padre desde pequeña y crecerá rodeada de artistas, prostitutas, mercaderes, adivinos, cuentacuentos y artesanos que pululan por Yoshiwara, el distrito del placer de Edo la actual Tokio, en una época difícil para quienes tratan de burlar una justicia que los castiga por inmoralidad de forma arbitraria. Con esta obra, Katherine Govier saca a la luz un personaje injustamente olvidado por la Historia: una novela exótica y emocionante, pero también un relato de amor, admiración y competitividad entre un padre y una hija.
Hay veces que son los propios libros los que escogen su momento, los que parecen sisearnos cuando pasamos a su lado para llamar nuestra atención. Ha sido el caso de La hija del dibujante, que parece que se cansó de esperar ya en la estantería y un buen día se colocó en mis manos, se abrió y ya no pude resistirme. Porque lo que encontré en las primeras páginas me conquistó totalmente. Una prosa exquisita, serena, hermosa, muy visual... De repente me encontré inmersa en el Japón feudal del siglo XIX, de una manera tan elegante y sutil, que ya no quise marcharme de ahí. Y en este sentido, además de alabar a su autora, también tengo que elogiar a su traductor, que ha realizado un trabajo impecable.
Y es que la ambientación es magnífica. Me ha sorprendido mucho en este caso, sobre todo al ser la autora canadiense. Y es que ha sabido plasmar de forma magistral toda la vida y cultura japonesa de hace dos siglos. Ha sido como estar ahí. Fueron tiempos difíciles para los artistas, con continuas prohibiciones, con continuas restricciones. Pero Ei y su padre, los dos grandes protagonistas de esta novela, siempre sabrán cómo saltarlas, como esquivar tantas normas.
Pero no voy a mentir. No es una novela adictiva, que empiezas y no puedes soltar. Aquí no encontramos un argumento de suspense, ni tensión en ningún momento. Aquí lo que nos seduce es el estilo de la autora. Su cadencia, su suavidad, su elegancia... Y una historia absolutamente desconocida para mí. La vida de Ei es la que discurre por sus páginas. Desde su infancia hasta su vejez, hasta los últimos días de su vida. Y más allá... Y seremos testigos de cada etapa de su vida. De como era la relación con su padre. Que no solo era su padre, también era su maestro. Su maestro en el arte de pintar. Un maestro al que llegó incluso a superar. Una relación de amor, respeto, subordinación... Una relación complicada. Sera Ei quien esté con su padre hasta el final de su vida, quien sacrifique su vida, hasta su nombre, siempre por su padre. Y es que, al ser mujer, no podrá firmar sus obras. Aunque sea ella quien siga dibujando cuando los achaques de la edad hagan mella en Hokusai. Y lo seguirá haciendo incluso tras la muerte de éste.
También mantuvo una relación difícil con su hermano. Una relación marcada por los celos, la envidia... Y a pesar de eso, sigue habiendo amor entre ellos. También la conoceremos a través de la relación con los hombres. Relaciones en las que nunca se portó de forma sumisa, a los que siempre trataba por igual. En los que demostraba su fuerte carácter. Y conoceremos de primera mano sus deseos, sus esperanzas, sus anhelos... Ei es un personaje absolutamente logrado, perfilado con mimo, con detalle, con mucho amor.
El ritmo que impone la autora a la novela es lento, sosegado, sereno... En ocasiones tanto que cuesta seguir la lectura. Pero merece la pena continuar. Porque es un auténtico placer para los sentidos la exquisita prosa de la autora.
En definitiva, una novela con la que aprendemos mucho de ese Japón del siglo XIX y de Hokusai, un pintor absolutamente desconocido para mí. Y una novela para degustar, para paladear lentamente, para saborearla poco a poco. Y que se queda en la memoria una vez acabada.
La ambientación no me llama demasiado y con tanto pendiente mejor la dejo pasar.
ResponderEliminarBesos.
La ambientación me encanta. ¿Has leído "Mil otoños" de David Mitchell? También trata del Japón del siglo XIX y ES adictiva.
ResponderEliminarbesos
Por ahí andaba perdido por la lista también desde hace tiempo. No me importa que sea una lectura con sosiego, es más, prefiero estas a las que dejan sin respiración aunque también las leo de vez en cuando.
ResponderEliminarBesos
Me gusta lo que cuentas, así que me lo apunto.
ResponderEliminarBesos
No lo conocía pero con lo bien que lo has vendido a ver quién se resiste.
ResponderEliminarBesos
Creo que me pasa lo mismo que a ti, Margari: los libros me avisan cuándo tengo que leerlos. Bien se nota por tu reseña que has disfrutado de esta novela. Y es, precisamente, de esas que todavía tengo pendiente de lectura. Besos.
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarla verdad es que el que el argumento no tenga un gancho hacia el lector, no es lo que más me apetece en este momento
hay veces que es de agradecer únicamente la prosa
pero ahora no estoy así
un saludo :D
yeswecanreadtogether.blogspot.com
No es de mi estilo así que este no me lo llevo anotado. Un besote :)
ResponderEliminarMe la apunto, que a veces las novelas sosegadas y pausadas también me apetecen. Besinos.
ResponderEliminarLo de la ambientación me llama muchísimo; ya lo tenía en la lista, pero lo subiré unos puestos ;) ¡Gracias por la reseña!
ResponderEliminarBesos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPrecisamente he terminado hace poco una novela ambientada en ese mismo lugar y período, por lo que recojo la recomendación pero para más adelante, cuando mi recuerdo de los shogun sea un pelín más vago.
ResponderEliminarUn besito.
La tengo pendiente en la estantería desde hace tiempo, a ver si encuentro el momento adecuado para ella
ResponderEliminarBesos
Esta la dejo pasar. Gracias por la reseña. Un beso ;)
ResponderEliminarTiene buena pinta... y todo lo relacionado con el dibujo y la pintura me atrae... Del Japón medieval... exquisito...
ResponderEliminarSaluditos ;)
Después de leer tu reseña, creo que la voy a apuntar para una futura lectura.
ResponderEliminarUn beso!
La ambientación me resulta curiosa e interesante pero el ritmo lento me echa para atrás la verdad.
ResponderEliminarBesos =)
Esta si que me atrae y mucho, tiene muy buena pinta y parece la mar de interesante
ResponderEliminarUn beso!
Yo no lo conocía pero me gusta muchisimo el tiempo en que transcurre,y después de la reseña le tendre muy en cuenta, eso si le buscare su momento.
ResponderEliminarGracias por el descubirmiento.
Con esta no termino de estar segura. Creo que esta vez la dejo pasar.
ResponderEliminarBs
La verdad es que me llama mucho la atención. LO tengo en la lista. Un beso.
ResponderEliminarno me llama mucho la verdad, se ve interesante pero no lo que busco en este momento!
ResponderEliminargracias por la reseña! besitos
DE momento lo dejo pasar, tengo muchos en espera, besos.
ResponderEliminarPues no me importaría leerlo no pinta mal esta historia, un beso
ResponderEliminarMe estaba gustando hasta que el ritmo monótono me hizo dejarla hasta una próxima vez. Una lastima porque como dices la recreación es muy buena.
ResponderEliminarMe estaba gustando hasta que el ritmo monótono me hizo dejarla hasta una próxima vez. Una lastima porque como dices la recreación es muy buena.
ResponderEliminarHola Margari! Me fascina la cultura japonesa y será una novela a tener muy en cuenta, aunque lo del ritmo muy lento me echa un poquito para atrás pero si dices que merece la pena, la tendré en cuenta ;)
ResponderEliminarBesos de colores!
Apuntado. Me encantan las historias de ese Japón del medievo. Este libro puede que incluso le guste más a Moniki.
ResponderEliminarUn beso ;)
Tampoco conocía a este pintor. Lo he buscado en internet y me han salido pinturas un poco subiditas de tono... ¿Son suyas o estamos hablando de otro Hokusai?
ResponderEliminarEl libro parece bonito pero el ritmo lento no me seduce demasiado en este caso...
Besos!
Si, es el mismo Hokusai. Hizo sus pinturitas subiditas de tono, sí...
EliminarBesotes!!!
Pues creo que lo leería, no lo conocía =)
ResponderEliminarBesotes
Ay, este libro es también de los que tengo anotados desde hace muchiiiiisimo tiempo. Tal vez porque esté destinado a que me pase como a ti, que de repente me susurre y lo rescate del fondo de la lista y me deje asombrada pensando en cómo no lo he leído antes. Yo prefiero este tipo de novelas "adictivas", las que te enganchan por la propia historia y la forma de contarla, más que por la acción o la intriga.
ResponderEliminarUn abrazo