Capítulo XXIX:
En este capítulo don Quijote y Sancho llegan al río Ebro. Y ahí encuentran un barco, que se convierte en motivo para una nueva aventura:
-Has de saber, Sancho, que este barco que aquí está, derechamente y sin poder ser otra cosa en contrario, me está llamando y convidando a que entre en él, y vaya en él a dar socorro a algún caballero, o a otra necesitada y principal persona, que debe de estar puesta en alguna grande cuita, porque éste es estilo de los libros de las historias caballerescas y de los encantadores que en ellas se entremeten y platican: cuando algún caballero está puesto en algún trabajo, que no puede ser librado dél sino por la mano de otro caballero, puesto que estén distantes el uno del otro dos o tres mil leguas, y aun más, o le arrebatan en una nube o le deparan un barco donde se entre, y en menos de un abrir y cerrar de ojos le llevan, o por los aires, o por la mar, donde quieren y adonde es menester su ayuda; así que, ¡oh Sancho!, este barco está puesto aquí para el mesmo efecto; y esto es tan verdad como es ahora de día; y antes que éste se pase, ata juntos al rucio y a Rocinante, y a la mano de Dios, que nos guíe, que no dejaré de embarcarme si me lo pidiesen frailes descalzos.
Lo más importante de este capítulo es el cambio en el comportamiento de don Quijote, si lo comparamos con el que tenía en la primera parte. Si en la aventura de los molinos, nuestro caballero, a pesar de salir derrotado, veía con optimismo el futuro y se veía victorioso ante tanto encantamiento; en esta ocasión, el pesimismo se adueña de él. Se rinde...
Capítulo XXX:-¡Basta! -dijo entre sí don Quijote-. Aquí será predicar en desierto querer reducir a esta canalla a que por ruegos haga virtud alguna. Y en esta aventura se deben de haber encontrado dos valientes encantadores, y el uno estorba lo que el otro intenta: el uno me deparó el barco, y el otro dio conmigo al través. Dios lo remedie, que todo este mundo es máquinas y trazas, contrarias unas de otras. Yo no puedo más.
Este capítulo empieza con un don Quijote triste, por no haber logrado, una vez más, la victoria; Sancho también está triste, porque ve que las locuras de su amo no le están aportando nada y la bolsa está cada vez más vacía.
Y justo en ese momento ven en su camino a una bella señora a la que no duda don Quijote de ofrecer sus servicios. Servicios que la dama, que resulta ser duquesa, no duda en aceptar. Pero no son buenas sus intenciones. Ya ha leído el primer libro que tiene como protagonista a nuestro caballero y decide, junto a su marido, seguirle la corriente a don Quijote y acceder a todas sus peticiones, con el único propósito de burlarse de él. Aunque no hará falta que esperen mucho para reírse de él, que no tiene un buen estreno don Quijote con los duques:
Con el objetivo de seguir riéndose de ellos, los duques invitan a nuestra pareja a su castillo.En esto, llegó don Quijote, alzada la visera; y, dando muestras de apearse, acudió Sancho a tenerle el estribo; pero fue tan desgraciado que, al apearse del rucio, se le asió un pie en una soga del albarda, de tal modo que no fue posible desenredarle, antes quedó colgado dél, con la boca y los pechos en el suelo. Don Quijote, que no tenía en costumbre apearse sin que le tuviesen el estribo, pensando que ya Sancho había llegado a tenérsele, descargó de golpe el cuerpo, y llevóse tras sí la silla de Rocinante, que debía de estar mal cinchado, y la silla y él vinieron al suelo, no sin vergüenza suya y de muchas maldiciones que entre dientes echó al desdichado de Sancho, que aún todavía tenía el pie en la corma.
El duque mandó a sus cazadores que acudiesen al caballero y al escudero, los cuales levantaron a don Quijote maltrecho de la caída, y, renqueando y como pudo, fue a hincar las rodillas ante los dos señores; pero el duque no lo consintió en ninguna manera, antes, apeándose de su caballo, fue a abrazar a don Quijote, diciéndole:
-A mí me pesa, señor Caballero de la Triste Figura, que la primera que vuesa merced ha hecho en mi tierra haya sido tan mala como se ha visto; pero descuidos de escuderos suelen ser causa de otros peores sucesos.
-El que yo he tenido en veros, valeroso príncipe -respondió don Quijote-, es imposible ser malo, aunque mi caída no parara hasta el profundo de los abismos, pues de allí me levantara y me sacara la gloria de haberos visto. Mi escudero, que Dios maldiga, mejor desata la lengua para decir malicias que ata y cincha una silla para que esté firme; pero, comoquiera que yo me halle, caído o levantado, a pie o a caballo, siempre estaré al servicio vuestro y al de mi señora la duquesa, digna consorte vuestra, y digna señora de la hermosura y universal princesa de la cortesía.
Digo que venga el señor Caballero de los Leones a un castillo mío que está aquí cerca, donde se le hará el acogimiento que a tan alta persona se debe justamente, y el que yo y la duquesa solemos hacer a todos los caballeros andantes que a él llegan.
Ya en esto, Sancho había aderezado y cinchado bien la silla a Rocinante; y, subiendo en él don Quijote, y el duque en un hermoso caballo, pusieron a la duquesa en medio y encaminaron al castillo. Mandó la duquesa a Sancho que fuese junto a ella, porque gustaba infinito de oír sus discreciones. No se hizo de rogar Sancho, y entretejióse entre los tres, y hizo cuarto en la conversación, con gran gusto de la duquesa y del duque, que tuvieron a gran ventura acoger en su castillo tal caballero andante y tal escudero andado.
¡Espero que sigas disfrutando mucho de la lectura! Un besote :)
ResponderEliminarMe alegro de que avances tanto :D
ResponderEliminarQue guay que vayas avanzando tanto, ¡disfruta!
ResponderEliminarUn beso<3
Vaya! Parece que están de mala racha nuestros amigos :-(
ResponderEliminarLo estás llevando genial. Yo no podría llevar este ritmo. Un beso.
ResponderEliminarVaya duques más crueles xD
ResponderEliminarEsta segunda parte la estoy disfrutando más que la primera, aunque aún me queda mucho para llegar a estos capítulos.
ResponderEliminarBesos.
Me están entrando unas ganas de releerlo que ni te imaginas.... ya te conté, lo leí por que lo tenía mi abuelo, de pequeño y me fascinaba, me producía ternura, apreciaba el idealismo... Hace poco oí a alguien comentar en la radio que la esencia del Quijote es auqella de los españoles y que había que volver a ella, me pareció una reflexión importante. Besos :)
ResponderEliminarHola Margari tal vez el Quijote esté viendo el final del camino, tanta aventura me imagino que estén cansados, :-)
ResponderEliminarViento en popa! Así va Quijote
ResponderEliminarBesos
Que el ritmo no pare! 1beso!
ResponderEliminarMe alegro que estés dosfrutando de este clásico! A mi también me gustaria releerlo :) un besito.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarYa sabes, este librito me gusto más después de leerlo fuera del colegio... simplemente la profesora lo hacia MUY aburrido jaja
Saludos
Menuda constancia!!
ResponderEliminarUn beso!
Mucho ánimo!!!! espero que te siga gustando <3
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