lunes, 13 de abril de 2015

Leemos el Quijote (2º parte): Capítulo XXV y capítulo XXVI

http://bourbonstreet-porlomenix.blogspot.com.es/2015/01/reto-en-2015-leemos-el-quijote.html


Capítulo XXV:

La curiosidad le puede a don Quijote, que ayuda al arriero mientras éste echa de comer a su animal con tal de que termine pronto para contarle su historia. Que a nuestro héroe no le importa el trabajo. Demuestra así su humildad. 

Y tras esto, el arriero le cuenta la historia de los regidores que, buscando a un asno,  terminan demostrando su habilidad rebuznando. Una historia que nos va a arrancar más de una sonrisa.

Tras contar su historia, aparece en la posada maese Pedro, el titiritero, famoso por su mono adivino. El mono contestaba a las preguntas que se le hacían. Cuando don Quijote quiso conocer su futuro, maese Pedro contestó:
-Señor, este animal no responde ni da noticia de las cosas que están por venir; de las pasadas sabe algo, y de las presentes, algún tanto.
Sabido esto, Sancho quiso probar y tras su pregunta, el mono cuchicheó algo al oido de maese Pedro y éste, rápido, dio su respuesta:

-Estas piernas abrazo, bien así como si abrazara las dos colunas de Hércules, ¡oh resucitador insigne de la ya puesta en olvido andante caballería!; ¡oh no jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha, ánimo de los desmayados, arrimo de los que van a caer, brazo de los caídos, báculo y consuelo de todos los desdichados!

Quedó pasmado don Quijote, absorto Sancho, suspenso el primo, atónito el paje, abobado el del rebuzno, confuso el ventero, y, finalmente, espantados todos los que oyeron las razones del titerero, el cual prosiguió diciendo:

-Y tú, ¡oh buen Sancho Panza!, el mejor escudero y del mejor caballero del mundo, alégrate, que tu buena mujer Teresa está buena, y ésta es la hora en que ella está rastrillando una libra de lino, y, por más señas, tiene a su lado izquierdo un jarro desbocado que cabe un buen porqué de vino, con que se entretiene en su trabajo.
A pesar de esto, no está nuestro caballero convencido:
Don Quijote no estaba muy contento con las adivinanzas del mono, por parecerle no ser a propósito que un mono adivinase, ni las de por venir, ni las pasadas cosas; y así, en tanto que maese Pedro acomodaba el retablo, se retiró don Quijote con Sancho a un rincón de la caballeriza, donde, sin ser oídos de nadie, le dijo:

-Mira, Sancho, yo he considerado bien la estraña habilidad deste mono, y hallo por mi cuenta que sin duda este maese Pedro, su amo, debe de tener hecho pacto, tácito o espreso, con el demonio. 
 Pero por si acaso, Sancho le insiste a don Quijote en que le pregunte por lo sucedido en la cueva de Montesinos.
-El mono dice que parte de las cosas que vuesa merced vio, o pasó, en la dicha cueva son falsas, y parte verisímiles; y que esto es lo que sabe, y no otra cosa, en cuanto a esta pregunta; y que si vuesa merced quisiere saber más, que el viernes venidero responderá a todo lo que se le preguntare, que por ahora se le ha acabado la virtud, que no le vendrá hasta el viernes, como dicho tiene.

Capítulo XXVI:

Y empieza maese Pedro su representación. Cuenta la historia de la liberación de Melisandre, cautivada por los moros en Zaragoza, por su marido, don Gaiferos. Gracias me ha hecho que, cuando el trujamán, el encargado de contar la historia, se desvía un poco de la historia principal, don Quijote le diga:

-Niño, niño -dijo con voz alta a esta sazón don Quijote-, seguid vuestra historia línea recta, y no os metáis en las curvas o transversales; que, para sacar una verdad en limpio, menester son muchas pruebas y repruebas.

También dijo maese Pedro desde dentro:

-Muchacho, no te metas en dibujos, sino haz lo que ese señor te manda, que será lo más acertado; sigue tu canto llano, y no te metas en contrapuntos, que se suelen quebrar de sotiles.  
Y me ha hecho gracia porque parece que Cervantes hace las mismas críticas que le hicieron a su primera parte. Que no gustaron mucho todas las historias que continuamente interrumpían las andanzas de su caballero.

Tampoco puede evitar nuestro caballero rectificar al muchacho cuando éste comenta que los moros tocaban las campanas.  Y es que los moros, en todo caso, tocaban dulzainas o  atambales. A lo que maese Pedro contestó:
-No mire vuesa merced en niñerías, señor don Quijote, ni quiera llevar las cosas tan por el cabo que no se le halle. ¿No se representan por ahí, casi de ordinario, mil comedias llenas de mil impropiedades y disparates, y, con todo eso, corren felicísimamente su carrera, y se escuchan no sólo con aplauso, sino con admiración y todo? Prosigue, muchacho, y deja decir; que, como yo llene mi talego, si quiere represente más impropiedades que tiene átomos el sol.
 Ahí va una pequeña crítica al tipo de teatro que en aquellos tiempos se estaba haciendo...

Pero no podía terminar este capítulo de forma tranquila. Cuando el muchacho anuncia que Melisandre y Gaiferos son perseguidos por los moros, don Quijote saca su espada y arremete contra los moros/muñecos destrozándolos todos. Vuelve a confundir nuestro caballero la realidad y la ficción. Y parece tomar en esta obra un doble papel. Empieza siendo solo un espectador para terminar convirtiéndose en un actor más.


12 comentarios:

  1. Críticas y sátiras bellamente narradas y escondidas entre sus páginas... el Quijote es mucho más de lo que todos creen.
    Qué maravillosa obra¡¡¡ Ya falta poco¡¡ un besazo¡¡¡

    ResponderEliminar
  2. Sencillamente maravilloso recordar estos inolvidables relatos, repasando esta lectura que nos ha marcado y sigue marcando.
    Abrazos y Besines.

    ResponderEliminar
  3. Jaja ¡Qué grandes son los desvaríos de don Quijote! Un besote :)

    ResponderEliminar
  4. Hace poco estuve leyendo el primer tomo de Don Quijote y pues mi perspectiva cambio muchísimo de la última vez que lo había leído, en el colegio.

    Pronto retomaré el segundo tomo pero me cuesta trabajo, es un poco pesado.

    Saludos :D

    ResponderEliminar
  5. Hola Margari a pesar de que en momentos sea algo denso, de vez en cuando las risas están aseguradas en "El Quijote" sigue disfrutando de la lectura.

    ResponderEliminar
  6. Cómo me habría gustado ver un espectáculo de la época. Yo hice El retablo de las maravillas hace muchos años, pero claro, ni punto de comparación con lo que se hacía en aquel tiempo.
    Besos :*

    ResponderEliminar
  7. Ánimo que vas muy bien^^
    Un beso<3

    ResponderEliminar
  8. La verdad es que me sorprende que lo recuerdo todo mejor de lo que pensaba, es cierto que lo leí con muchísima atención. Ha habido un par de capítulos que no recordaba pero en general me alegro de revisitarlo así. bESOS :)

    ResponderEliminar
  9. La verdad es que me sorprende que lo recuerdo todo mejor de lo que pensaba, es cierto que lo leí con muchísima atención. Ha habido un par de capítulos que no recordaba pero en general me alegro de revisitarlo así. bESOS :)

    ResponderEliminar
  10. Qué mal voy... pero qué mal voy !! El próximo finde le tengo que volver a dar un empujón.
    Besos.

    ResponderEliminar
  11. Me encantan estas entradas! No te lo había dicho? jajajajaja es que me las papo todas de principio a fin. Muchas gracias! Un beso!

    ResponderEliminar

¡Muchísimas gracias por vuestros comentarios!