Doctor Sueño
Stephen King
Trad. José Óscar Hernández
Plaza & Janes, 2013
Ahora Danny Torrance, aquel niño aterrorizado del Hotel Overlook, es un
adulto alcohólico atormentado por los fantasmas de su infancia. Un día
se siente atraído por una ciudad de New Hampshire, donde encontrará
trabajo en una residencia de ancianos y donde se apuntará a las
reuniones de Alcohólicos Anónimos. En ese lugar le llega la visión de
Abra Stone, una niña que necesita su ayuda. La persigue una tribu de
seres paranormales que vive del resplandor de los niños especiales.
Parecen personas mayores y totalmente normales que viajan por el país en
sus autocaravanas, pero su misión es capturar, torturar y consumir a
estos niños. Se alimentan de ellos para vivir y el resplandor de Abra
tiene tanta fuerza que les podría mantener vivos durante mucho tiempo.
Danny sabe que sin su ayuda Abra nunca conseguiría escaparse de ellos;
juntos emprenderán una lucha épica, una batalla sangrienta entre el Bien
y el Mal, para intentar salvarla a ella y a los demás niños que
sacrifican.
Si buscáis en esta segunda parte el miedo que nos produjo la pimera, no lo vais a encontrar, exceptuando al principio de la novela, que tiene alguna escena que otra que nos deja con la piel de gallina.
Pero si buscáis una buena novela, con una buena historia y con muy buenos personajes, esto sí que lo vais a hallar. Podrá no ser la mejor novela de King, pero es que este hombre se puso el listón tan alto que se lo ha puesto muy difícil a sí mismo para superarse.
Aquí nos reencontramos con Dan, un Dan con 30 años más. Un Dan que ha terminado recurriendo al alcohol para luchar contra ese don que tiene desde niño. Contra ese resplandor, contra los fantasmas del pasado. Pero Dan, afortunadamente, no es su padre y luchará contra su adicción. Para ello asistirá a las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Esta es una de las partes de la historia que más me ha gustado. Porque King transmite a la perfección la importancia de estas reuniones para Dan, para la gente que quiere salir de ese pozo en el que se han metido, por la ayuda que se prestan unos a otros para no volver a recaer. Hay mucho de agradecimiento por parte del escritor en esta parte, porque le tocó vivirla en primera persona.
Y quizás sea esto la diferencia más importante con respecto a la primera novela, el tono esperanzador. Si en la primera parte, la atmósfera agobiante, sofocante, oscura, atosigante, te perseguía página tras página, en esta ocasión, pese a los peligros a los que se enfrenta, pese a la superioridad de los enemigos contra los que va a luchar, esa atmósfera no existe. Hay tensión, hay inquietud, pero ahora, Dan no va a estar solo. No tendrá a su madre, pero sí va a tener amigos con los que va a poder contar hasta el final. Ahora son un equipo. Y está Abra, otra niña con el don. Pero su resplandor es mucho mayor que el de Dan. Y ella es uno de los grandes aciertos de esta novela, porque le da cierto toque juvenil, cierta frescura, una dosis de optimismo y de luz que en otras novelas de King no he visto.
En definitiva, una muy buena novela, muy distinta a El resplandor, aunque sea su continuación. Muy bien contada, muy bien hilada, lo que hace que leas página tras página sin apenas darte cuenta. Y con un final muy bueno.