Ardiente secreto de Stefan Zweig

Y voy de secreto en secreto. Que será que estoy yo muy cotilla últimamente. Pero es que si este secreto me lo cuenta Zweig, no me puedo resistir. Tengo que enterarme...

Realmente es un libro muy breve, así que voy a procurar no revelar mucho del mismo para que, el que se anime a leer este libro, pueda disfrutarlo plenamente.

Un niño, Edgar, es el principal protagonista de esta novela. Desde las primeras páginas lo conocemos y sabemos que es un niño de 12 años. Un niño que, como cualquier otro niño de su edad, está ansioso por ser respetado y tenido en cuenta por los adultos que le rodean.

La acción tiene lugar en un centro vacacional austríaco. Ahí está Edgar pasando las vacaciones junto a su madre, mientras que el padre sigue en la ciudad trabajando. Así que ambos están pasando solos esas vacaciones. Pero en su camino aparece un joven barón, frívolo y calculador, que ve en la madre de Edgar una posible conquista que le sirva para distraerse en esos aburridos días. Y no le importará servirse de Edgar para acercarse a ella. Y la madre verá en el barón quizás la última conquista, la última posibilidad de que alguien se sienta atraído por ella, la última posibilidad de sentirse joven...

Y en estos días Edgar pasará de ser el rey de la escena a ser rechazado, esquivado, alejado. Llegará a ser testigo de unos hechos que no termina de comprender. Pero que lo llevarán de sentir una venerable admiración por el barón al odio más profundo. Verá en él una amenaza para su madre, una amenaza al mundo que había conocido hasta ese momento. Y hasta aquí puedo contar. 

Zweig vuelve a hacerme disfrutar totalmente. Una novela corta pero con una historia profunda, exquisitamente narrada, como es  habitual en él. Y con unos personajes muy bien retratados. En todo momento sabemos qué piensan cada uno de ellos. En este analisis psicológico que Zweig realiza destaca el personaje de Edgar, al que vemos crecer a medida que la novela avanza. Empieza siendo un niño pero termina siendo un adolescente que ve cómo el mundo no es tan sencillo ni tan inocente como él pensaba. La madre también tiene un lugar especial en esta novela. Sus dudas, sus inquietudes, su incertidumbre, está muy bien plasmada. Se debate entre la fidelidad y ese último momento para brillar que le ofrece la vida. El barón es quizás el personaje más plano. Desde que empieza hasta que termina la novela sólo le mueve un objetivo: sumar una conquista más, sin importar el daño que pueda causar. 

Una intensidad abrumadora la que tiene esta novela a pesar de su brevedad. Con tan sólo tres personajes crea una historia magnífica y  magistralmente narrada, que puede ser leída en una sola tarde. Difícil resistirse.