jueves, 30 de abril de 2015

El misterio del carruaje de Fergus Hume


El misterio del carruaje
Fergus Hume
Traducción: Rosa Sahuquillo y Eva María González

Introducción: Susanna González

Ilustraciones originales de C. Sedano
Editorial dÉpoca, 2015
Cuando un hombre es hallado muerto en el interior de un carruaje de alquiler, uno de los más distinguidos ciudadanos de Melbourne es acusado de asesinato. El ilustre joven proclama su inocencia, pero se niega a dar una coartada. Pronto se descubre la identidad de la víctima: un caballero recién llegado a la ciudad, muy bien relacionado con las altas esferas de la sociedad, y que pretendía en matrimonio a la hija de un rico hacendado, Madge Frettlby, que a su vez está enamorada de Brian Fitzgerald, un apuesto irlandés instalado en Melbourne para hacer fortuna.


Muy adictiva y entretenida me ha resultado esta lectura. Y es que el misterio hace su aparición desde las primeras páginas y hace que ya no podamos soltar el libro. La investigación se convierte en un gran acierto en esta novela. Bien llevada y bien hilada, poco a poco vamos descubriendo qué pasó realmente la noche del crimen. Y poco a poco nos va sorprendiendo el autor hasta llegar al final. Los continuos giros que se van produciendo a lo largo de la trama nos van llevando a sospechar de varios de los protagonistas. Y cuando creemos que ya tenemos al culpable, vuelve el autor a sorprendernos con una nueva vuelta de tuerca. 

Me ha gustado también que sean dos detectives rivales quienes se encarguen del caso. Aporta un poquito de frescura y de humor a la novela la lucha que mantienen ambos por llevarse el mérito de haber resuelto el caso. 

Otro aspecto destacable de la novela es su cuidada ambientación. El autor nos hace pasear por Melbourne y conocer no sólo la alta sociedad  sino tambien los suburbios de la ciudad. Y sabe adaptar el lenguaje, sabe cambiar de registro en cada situación de forma muy hábil. La prosa de Fergus Hume destaca por su naturalidad y sencillez. Y hace que las páginas de este libro no se lean... se devoren...

Magníficos son también los capítulos dedicados al juicio con los interrogatorios de los testigos. Aparte de que Fergus Hume era abogado y conocía bien cómo funciona todo, sabe plasmarlo a la perfección y sabe jugar muy bien con la tensión y el dramatismo de estos momentos.

En definitiva, otra joya de la editorial dÉpoca. Sólo puede tener muy buenas palabras para esta novela que me ha hecho disfrutar de principio a fin. Y de nuevo un diez para la cuidada edición de este libro, que es todo un placer de leer, de ver, de tocar y de oler.  

martes, 28 de abril de 2015

Leemos el Quijote (2º parte): Capítulo XXIX y capítulo XXX

http://bourbonstreet-porlomenix.blogspot.com.es/2015/01/reto-en-2015-leemos-el-quijote.html


Capítulo XXIX:

En este capítulo don Quijote y Sancho llegan al río Ebro. Y ahí encuentran un barco, que se convierte en motivo para una nueva aventura:
-Has de saber, Sancho, que este barco que aquí está, derechamente y sin poder ser otra cosa en contrario, me está llamando y convidando a que entre en él, y vaya en él a dar socorro a algún caballero, o a otra necesitada y principal persona, que debe de estar puesta en alguna grande cuita, porque éste es estilo de los libros de las historias caballerescas y de los encantadores que en ellas se entremeten y platican: cuando algún caballero está puesto en algún trabajo, que no puede ser librado dél sino por la mano de otro caballero, puesto que estén distantes el uno del otro dos o tres mil leguas, y aun más, o le arrebatan en una nube o le deparan un barco donde se entre, y en menos de un abrir y cerrar de ojos le llevan, o por los aires, o por la mar, donde quieren y adonde es menester su ayuda; así que, ¡oh Sancho!, este barco está puesto aquí para el mesmo efecto; y esto es tan verdad como es ahora de día; y antes que éste se pase, ata juntos al rucio y a Rocinante, y a la mano de Dios, que nos guíe, que no dejaré de embarcarme si me lo pidiesen frailes descalzos.
Lo más importante de este capítulo es el cambio en el comportamiento de don Quijote, si lo comparamos con el que tenía en la primera parte. Si en la aventura de los molinos, nuestro caballero, a pesar de salir derrotado, veía con optimismo el futuro y se veía victorioso ante tanto encantamiento; en esta ocasión, el pesimismo se adueña de él. Se rinde...

-¡Basta! -dijo entre sí don Quijote-. Aquí será predicar en desierto querer reducir a esta canalla a que por ruegos haga virtud alguna. Y en esta aventura se deben de haber encontrado dos valientes encantadores, y el uno estorba lo que el otro intenta: el uno me deparó el barco, y el otro dio conmigo al través. Dios lo remedie, que todo este mundo es máquinas y trazas, contrarias unas de otras. Yo no puedo más.
Capítulo XXX:

Este capítulo empieza con un don Quijote triste, por no haber logrado, una vez más, la victoria; Sancho también está triste, porque ve que las locuras de su amo no le están aportando nada y la bolsa está cada vez más vacía.

Y justo en ese momento ven en su camino a una bella señora a la que no duda don Quijote de ofrecer sus servicios. Servicios que la dama, que resulta ser duquesa, no duda en aceptar. Pero no son buenas sus intenciones. Ya ha leído el primer libro que tiene como protagonista a nuestro caballero y decide, junto a su marido, seguirle la corriente a don Quijote y acceder a todas sus peticiones, con el único propósito de burlarse de él.  Aunque no hará falta que esperen mucho para reírse de él, que no tiene un buen estreno don Quijote con los duques:

En esto, llegó don Quijote, alzada la visera; y, dando muestras de apearse, acudió Sancho a tenerle el estribo; pero fue tan desgraciado que, al apearse del rucio, se le asió un pie en una soga del albarda, de tal modo que no fue posible desenredarle, antes quedó colgado dél, con la boca y los pechos en el suelo. Don Quijote, que no tenía en costumbre apearse sin que le tuviesen el estribo, pensando que ya Sancho había llegado a tenérsele, descargó de golpe el cuerpo, y llevóse tras sí la silla de Rocinante, que debía de estar mal cinchado, y la silla y él vinieron al suelo, no sin vergüenza suya y de muchas maldiciones que entre dientes echó al desdichado de Sancho, que aún todavía tenía el pie en la corma.

El duque mandó a sus cazadores que acudiesen al caballero y al escudero, los cuales levantaron a don Quijote maltrecho de la caída, y, renqueando y como pudo, fue a hincar las rodillas ante los dos señores; pero el duque no lo consintió en ninguna manera, antes, apeándose de su caballo, fue a abrazar a don Quijote, diciéndole:

-A mí me pesa, señor Caballero de la Triste Figura, que la primera que vuesa merced ha hecho en mi tierra haya sido tan mala como se ha visto; pero descuidos de escuderos suelen ser causa de otros peores sucesos.

-El que yo he tenido en veros, valeroso príncipe -respondió don Quijote-, es imposible ser malo, aunque mi caída no parara hasta el profundo de los abismos, pues de allí me levantara y me sacara la gloria de haberos visto. Mi escudero, que Dios maldiga, mejor desata la lengua para decir malicias que ata y cincha una silla para que esté firme; pero, comoquiera que yo me halle, caído o levantado, a pie o a caballo, siempre estaré al servicio vuestro y al de mi señora la duquesa, digna consorte vuestra, y digna señora de la hermosura y universal princesa de la cortesía.
Con el objetivo de seguir riéndose de ellos, los duques invitan a nuestra pareja a su castillo.
Digo que venga el señor Caballero de los Leones a un castillo mío que está aquí cerca, donde se le hará el acogimiento que a tan alta persona se debe justamente, y el que yo y la duquesa solemos hacer a todos los caballeros andantes que a él llegan.

Ya en esto, Sancho había aderezado y cinchado bien la silla a Rocinante; y, subiendo en él don Quijote, y el duque en un hermoso caballo, pusieron a la duquesa en medio y encaminaron al castillo. Mandó la duquesa a Sancho que fuese junto a ella, porque gustaba infinito de oír sus discreciones. No se hizo de rogar Sancho, y entretejióse entre los tres, y hizo cuarto en la conversación, con gran gusto de la duquesa y del duque, que tuvieron a gran ventura acoger en su castillo tal caballero andante y tal escudero andado.

domingo, 26 de abril de 2015

El secreto de Lena de Michael Ende

 Ilustrador: Jindra Capek
Traductor: Marinella Terzi Huguet
Colección: El barco de vapor
Editorial: SM, 2002
A partir de 7 años
 
Lena es una niña pequeña que desea que sus padres hagan lo que ella quiere siempre. Pero como ve que esto pocas veces pasa, decide finalmente ir a un hada y pedir su deseo: ella quiere que sus padres siempre la obedezcan. El hada le concede su deseo, pero no de la forma tradicional. Le da dos terrones de azúcar, que tiene que echárselos en cualquier bebida que tomen. A partir de ese momento, sus padres tendrán que obedecerla o reducirán su tamaño a la mitad. Evidentemente, sus padres, al principio, no la creen y la desobedecen varias veces, con la consecuente reducción de tamaño. Al principio Lena ve sólo la parte positiva y divertida de la situación. Puede hacer lo que quiera y sabe que sus padres ya siempre le harán caso. Pero pronto empezará a ver también la parte negativa. Cuando llega la noche, no tiene a nadie quien la consuele cuando está asustada... Y cuando sufre una pequeña herida, que la curen sus padres se convierte en una gran proeza. Y sólo tenían que poner una simple tirita. Pronto, Lena se arrepiente de su acto egoísta. Pero ahora no puede encontrar al hada. Y cuando por fin lo hace, el hada le dice que sí, que puede arreglarlo todo, pero que, para hacerlo, ahora será ella quien tenga que tomar los terrones. ¿Lo hará? No lo voy a revelar, que ya sería decir mucho, ¿no? Para saber cómo termina esta breve historia, habrá que leer este delicioso libro.
 
El secreto de Lena es un libro cortito, muy sencillo, con un vocabulario simple lo que facilita mucho la comprensión del texto. Ideal para niños que ya saben leer pero los tochos le abruman. Y es que les da una alegría tremenda a estos renacuajos decir: "¡Ya me lo he terminadoooo!"
 
Y la moraleja que encierra esta historia nos viene muy bien a los papis no sólo para enseñarle a los niños a hacer caso. Encierra muchas otros valores este libro. Enseña a tomar decisiones, a aceptar que nos equivocamos y que podemos arreglarlo, aunque implique algún que otro sacrificio. Y también nos recuerda a los padres que debemos de hablar un poco más con nuestros hijos. 
 
Un libro totalmente recomendable, como todo lo de este gran autor.

" El que ha llegado demasiado lejos tiene que seguir adelante, eso es lo que a menudo ocurre en la vida. ¿Pero te gustaría seguir realmente adelante? Eso es lo que tienes que decidir únicamente tú, hija."

viernes, 24 de abril de 2015

Las sombras de África de Bianca Aparicio

Las sombras de África
Bianca Aparicio
Editorial Círculo Rojo, 2014

A finales del s. XVIII, en remotas tierras africanas, la aldea de Kofi fue salvajemente atacada y él capturado para ser convertido en esclavo. Gracias a un inesperado giro del destino, burló a la muerte librándose de ser embarcado rumbo a las plantaciones del nuevo mundo, a cambio de permanecer prisionero en el Castillo de Cape Coast. Desde allí, arriesgando su vida, consiguió mantener una correspondencia secreta con el amor de su vida. Doscientos años después, la antropóloga Claudia Carpio es enviada a la que un día fue conocida como la Costa de Oro. Está inmersa en la publicación más importante de su carrera, cuando las misteriosas cartas llegan a sus manos. Inquieta por su brusco y desconcertante final, se ve empujada a investigar el turbio pasado para descubrir qué es lo que le ocurrió a Kofi y por qué dejó de escribir, sin sospechar que ciertas páginas de la historia no se han cerrado y la envolverán en un peligroso juego.
Una novela que nos transportará a exóticos lugares en un intenso viaje a través del tiempo y de las emociones humanas más profundas.

Me ha sorprendido mucho Las sombras de África. La autora inicia su carrera con una novela sólida, con personajes bien caracterizados con los que es fácil empatizar, y con una historia muy bien contada. 

A través de dos hilos temporales, nos vamos sumergiendo en esta novela que tiene como tema fundamental la esclavitud. Por un lado, conocemos en la época actual a la joven antropóloga Claudia Carpio, enviada a África para realizar una investigación que le permita tener material para escribir un buen artículo  sobre las redes de esclavos africanos. Y por otro, conoceremos a Kofi, un personaje que me ha conquistado por completo. Convertido en esclavo tras el saqueo de su aldea, será llevado al  castillo de Cape Coast, lugar en el que muchos hombres y mujeres como él, esperan hasta que un barco los lleve rumbo a América, para ser vendidos. Pero no será éste el destino de Kofi. La "suerte" pondrá en su camino al capitán Hawkins, quien decidirá convertirlo en su esclavo personal. Y digo suerte, porque el trato que el capitán le dará será siempre bueno. No lo trata como a un esclavo. Lo trata como a un hombre, como a una persona. Y le enseñará a leer, a escribir...  Y la amistad surgirá entre los dos. Porque el capitán Hawkins no entiende de diferencias, no entiende que una persona tengo menos valor sólo por el color de su piel. Y luchará hasta el final por abolir la esclavitud.

Los dos personajes mejor perfilados son Claudia y Kofi, dos personajes totalmente opuestos. Ella es una joven que ha dedicado su vida a sus estudios y que no ha salido nunca de ese mundo. Su viaje a Ghana supondrá para ella todo un despertar. La veremos tranformarse, la veremos crecer. De ser una persona insegura, tímida, irá creciendo  y sacando una fortaleza que ella no sabía que tenía. Acierta la autora al plasmar las reacciones de Claudia ante ese mundo tan distinto al que ha conocido hasta ahora. Resulta muy natural y es fácil identificarnos con ella en estos momentos.

La vida de Kofi es totalmente distinta. Separado de su familia y convertido en esclavo, sufrirá mucho a lo largo de su vida. A pesar de contar con la ayuda del capitán Hawkins, será testigo y también víctima de crueles actos. Se agradece que la autora no se haya regodeado en estas escenas, pero no evita esto nuestro dolor, nuestra impotencia...

Destacable es el estilo de Bianca Aparicio. Utiliza una prosa sencilla, clara, fluida, que se deja leer muy fácilmente. Además, sabe mantener el suspense al final de cada capítulo, con lo que siempre estás queriendo leer dos capítulos más, para conocer cómo continúa la historia. Así que te lees la novela en un santiamén. 

Solo un "pero" puede ponerle a esta novela. El final de la trama que se desarrolla en la época actual me ha parecido un tanto precipitado y poco creíble. No así el final de la trama protagonizada por Kofi, que te deja con un nudo en la garganta.

En definitiva, Las sombras de África es un libro que he disfrutado mucho. Que me ha enganchado desde sus primeras páginas y que me ha tenido en vilo hasta el final, queriendo conocer el desenlace de ambas historias.  Muy recomendable.

martes, 21 de abril de 2015

Leemos el Quijote (2º parte): Capítulo XXVII y capítulo XXVIII

http://bourbonstreet-porlomenix.blogspot.com.es/2015/01/reto-en-2015-leemos-el-quijote.html

Capítulo XXVII:

En la primera parte Cervantes, a través de Cide Hamete, nos revela la verdadera identidad de Maese Pedro, que no es otro que Ginés de Pasamonte, el galeote que don Quijote, en el anterior libro, puso en libertad junto a otros, y que luego se lo agradeció de mala manera. No se dieron cuenta ni don Quijote ni Sancho de esto, pero indudablemente, Ginés si que los reconoció y por eso "adivinó" tanto de ellos. 

Tras esta explicación, de nuevo volveremos a don Quijote, quien continua su camino con su fiel escudero. En su camino toparán con más de doscientos hombres armados de lanzas, ballestas y arcabuces. Don Quijote primero los confundirá con un ejército. Pero luego se dará cuenta de que se trataba de los del pueblo del rebuzno que salían a luchar contra algún pueblo vecino. Para evitarlo, don Quijote realizará un magnífico discurso sobre el uso de las armas y sobre la venganza:

Yo, señores míos, soy caballero andante, cuyo ejercicio es el de las armas, y cuya profesión la de favorecer a los necesitados de favor y acudir a los menesterosos. Días ha que he sabido vuestra desgracia y la causa que os mueve a tomar las armas a cada paso, para vengaros de vuestros enemigos; y, habiendo discurrido una y muchas veces en mi entendimiento sobre vuestro negocio, hallo, según las leyes del duelo, que estáis engañados en teneros por afrentados, porque ningún particular puede afrentar a un pueblo entero, si no es retándole de traidor por junto, porque no sabe en particular quién cometió la traición por que le reta. Ejemplo desto tenemos en don Diego Ordóñez de Lara, que retó a todo el pueblo zamorano, porque ignoraba que solo Vellido Dolfos había cometido la traición de matar a su rey; y así, retó a todos, y a todos tocaba la venganza y la respuesta; aunque bien es verdad que el señor don Diego anduvo algo demasiado, y aun pasó muy adelante de los límites del reto, porque no tenía para qué retar a los muertos, a las aguas, ni a los panes, ni a los que estaban por nacer, ni a las otras menudencias que allí se declaran; pero, ¡vaya!, pues cuando la cólera sale de madre, no tiene la lengua padre, ayo ni freno que la corrija. Siendo, pues, esto así, que uno solo no puede afrentar a reino, provincia, ciudad, república ni pueblo entero, queda en limpio que no hay para qué salir a la venganza del reto de la tal afrenta, pues no lo es; porque, ¡bueno sería que se matasen a cada paso los del pueblo de la Reloja con quien se lo llama, ni los cazoleros, berenjeneros, ballenatos, jaboneros, ni los de otros nombres y apellidos que andan por ahí en boca de los muchachos y de gente de poco más a menos! ¡Bueno sería, por cierto, que todos estos insignes pueblos se corriesen y vengasen, y anduviesen contino hechas las espadas sacabuches a cualquier pendencia, por pequeña que fuese! No, no, ni Dios lo permita o quiera. Los varones prudentes, las repúblicas bien concertadas, por cuatro cosas han de tomar las armas y desenvainar las espadas, y poner a riesgo sus personas, vidas y haciendas: la primera, por defender la fe católica; la segunda, por defender su vida, que es de ley natural y divina; la tercera, en defensa de su honra, de su familia y hacienda; la cuarta, en servicio de su rey, en la guerra justa; y si le quisiéremos añadir la quinta, que se puede contar por segunda, es en defensa de su patria. A estas cinco causas, como capitales, se pueden agregar algunas otras que sean justas y razonables, y que obliguen a tomar las armas; pero tomarlas por niñerías y por cosas que antes son de risa y pasatiempo que de afrenta, parece que quien las toma carece de todo razonable discurso; cuanto más, que el tomar venganza injusta, que justa no puede haber alguna que lo sea, va derechamente contra la santa ley que profesamos, en la cual se nos manda que hagamos bien a nuestros enemigos y que amemos a los que nos aborrecen; mandamiento que, aunque parece algo dificultoso de cumplir, no lo es sino para aquellos que tienen menos de Dios que del mundo, y más de carne que de espíritu; porque Jesucristo, Dios y hombre verdadero, que nunca mintió, ni pudo ni puede mentir, siendo legislador nuestro, dijo que su yugo era suave y su carga liviana; y así, no nos había de mandar cosa que fuese imposible el cumplirla. Así que, mis señores, vuesas mercedes están obligados por leyes divinas y humanas a sosegarse.
Y cuando parece que el capítulo va a terminar bien para nuestros protagonistas, no se le ocurre otra cosa a Sancho que ponerse a rebuznar. Y creyendo los vecinos que se burlaba de ellos, arremetieron contra él. Y don Quijote, viendo tan superado en número, optó por lo más lógico... huir...  Un hecho que quizás no es propio de un caballero, pero que demuestra que no está tan loco...

Capítulo XXVIII:

Sancho se muestra enfadado con don Quijote, ya que es la segunda vez que lo abandona.
-No estoy para responder -respondió Sancho-, porque me parece que hablo por las espaldas. Subamos y apartémonos de aquí, que yo pondré silencio en mis rebuznos, pero no en dejar de decir que los caballeros andantes huyen, y dejan a sus buenos escuderos molidos como alheña, o como cibera, en poder de sus enemigos. 
Y don Quijote le contesta:
-No huye el que se retira -respondió don Quijote-, porque has de saber, Sancho, que la valentía que no se funda sobre la basa de la prudencia se llama temeridad, y las hazañas del temerario más se atribuyen a la buena fortuna que a su ánimo. Y así, yo confieso que me he retirado, pero no huido; y en esto he imitado a muchos valientes, que se han guardado para tiempos mejores, y desto están las historias llenas, las cuales, por no serte a ti de provecho ni a mí de gusto, no te las refiero ahora. 
Sancho, escarmentado porque aún no ha sacado ningún provecho de sus aventuras y encima es abandonado cada vez que está en peligro, decide marchar a su casa y le exige a don Quijote el salario que él cree le corresponde. Y la conversación irá más o menos bien hasta que llegan al momento en que discuten sobre el momento en que el caballero le prometió la insula:
-¡Oh, cuerpo de mí! -dijo Sancho-, que va vuestra merced muy errado en esta cuenta, porque en lo de la promesa de la ínsula se ha de contar desde el día que vuestra merced me la prometió hasta la presente hora en que estamos.

-Pues, ¿qué tanto ha, Sancho, que os la prometí? -dijo don Quijote.

-Si yo mal no me acuerdo -respondió Sancho-, debe de haber más de veinte años, tres días más a menos.

Diose don Quijote una gran palmada en la frente, y comenzó a reír muy de gana, y dijo:

-Pues no anduve yo en Sierra Morena, ni en todo el discurso de nuestras salidas, sino dos meses apenas, y ¿dices, Sancho, que ha veinte años que te prometí la ínsula? Ahora digo que quieres que se consuman en tus salarios el dinero que tienes mío; y si esto es así, y tú gustas dello, desde aquí te lo doy, y buen provecho te haga; que, a trueco de verme sin tan mal escudero, holgaréme de quedarme pobre y sin blanca. Pero dime, prevaricador de las ordenanzas escuderiles de la andante caballería, ¿dónde has visto tú, o leído, que ningún escudero de caballero andante se haya puesto con su señor en tanto más cuánto me habéis de dar cada mes porque os sirva? Éntrate, éntrate, malandrín, follón y vestiglo, que todo lo pareces; éntrate, digo, por el mare magnum de sus historias, y si hallares que algún escudero haya dicho, ni pensado, lo que aquí has dicho, quiero que me le claves en la frente, y, por añadidura, me hagas cuatro mamonas selladas en mi rostro. Vuelve las riendas, o el cabestro, al rucio, y vuélvete a tu casa, porque un solo paso desde aquí no has de pasar más adelante conmigo. ¡Oh pan mal conocido! ¡Oh promesas mal colocadas! ¡Oh hombre que tiene más de bestia que de persona! ¿Ahora, cuando yo pensaba ponerte en estado, y tal, que a pesar de tu mujer te llamaran señoría, te despides? ¿Ahora te vas, cuando yo venía con intención firme y valedera de hacerte señor de la mejor ínsula del mundo? En fin, como tú has dicho otras veces, no es la miel... etc. Asno eres, y asno has de ser, y en asno has de parar cuando se te acabe el curso de la vida; que para mí tengo que antes llegará ella a su último término que tú caigas y des en la cuenta de que eres bestia. 


Ante la reacción de don Quijote, Sancho se arrepentirá de todo lo dicho. Y decidirá seguir con él, siempre fiel. 
Miraba Sancho a don Quijote de en hito en hito, en tanto que los tales vituperios le decía, y compungióse de manera que le vinieron las lágrimas a los ojos, y con voz dolorida y enferma le dijo:

-Señor mío, yo confieso que para ser del todo asno no me falta más de la cola; si vuestra merced quiere ponérmela, yo la daré por bien puesta, y le serviré como jumento todos los días que me quedan de mi vida. Vuestra merced me perdone y se duela de mi mocedad, y advierta que sé poco, y que si hablo mucho, más procede de enfermedad que de malicia; mas, quien yerra y se enmienda, a Dios se encomienda.

-Maravillárame yo, Sancho, si no mezclaras algún refrancico en tu coloquio. Ahora bien, yo te perdono, con que te emiendes, y con que no te muestres de aquí adelante tan amigo de tu interés, sino que procures ensanchar el corazón, y te alientes y animes a esperar el cumplimiento de mis promesas, que, aunque se tarda, no se imposibilita. 

domingo, 19 de abril de 2015

Witch: El corazón de Kandrakar



Ni sé cuántas veces ha sacado mi hija estos cómics de la biblioteca. Se los ha leído, releído y releído... Y después de disfrutar con ella de más de uno de estos libros, puedo asegurar que esta colección lo tiene todo para enganchar, sobre todo, a las peques. Con unos dibujos llamativos, muy bonitos, llenos de color, disfrutar de sus viñetas es un auténtico placer para la vista. Y si esto va acompañado de las aventuras de estas cinco chicas que descubren que tienen poderes mágicos, lo más difícil ya es que no te enganches.

En este primer cómic se plasma el origen de las WITCH. Conocemos a Will, quien se traslada con su madre a Heatherfield ignorando completamente cómo va a cambiar su vida . En esta nueva ciudad, Will conocerá a cuatro chicas y juntas descubrirán que tienen poderes sobrenaturales. Poderes que les son dados para que se conviertan en las nuevas guardianas de la muralla que separa su mundo del Metamundo. Will será la depositaria del Corazón de Kandrakar y todas juntas  deberán luchar contra las oscuras criaturas que quieren hacerse con este Corazón y derribar la muralla.
 
Y como todo buen cómic, su final es completamente abierto, para que estés deseando leerte el siguiente. Para mi hija, desde luego, estas lecturas han sido siempre tremendamente adictivas. 
 

sábado, 18 de abril de 2015

Ronda de sorteos!!!

Un Lector Indiscreto sortea un ejemplar de La Pintora de Estrellas
Plazo: Hasta el 20 de abril
Bases: aquí.









Gatos lectores sortea un ejemplar de Bioko de Marc Pastor
Plazo: Hasta el 24 de abril
Bases: aquí.









De lector a lector y Entre mis libros y yo sortean dos ejemplares de Khimera de César Pérez Gellida.
Plazo: Hasta el 21 de abril
Bases: aquí.









Libros, exposiciones, excursiones... sortea dos ejemplares. Uno es Tierra de Marta Samarrián y el otro, El bosque y yo.
Plazo: Hasta el 3 de mayo
Bases: aquí.






Una mamá entre libros celebra su primer aniversario con un fantástico sorteo, en el que habrá 20 ganadores. Para conocer los libros, pinchad en el enlace de abajo, que son muchos y tentadores.
Plazo: Hasta el 31 de mayo.
Bases: aquí.








Chronicle & Cover celebra haber superado los 400 seguidores sorteando la trilogía de Ken Follet, The Century.
Plazo: Hasta el 10 de mayo.
Bases: aquí.









Atrapada en unas hojas de papel celebra su tercer aniversario con un buen montón de sorteos. Pinchad en cada imagen para conocer las bases.


jueves, 16 de abril de 2015

La ventana alta de Raymond Chandler

La ventana alta
Raymond Chandler
Alianza Editorial, 2002

Tenía ganas de volver a pasar un rato con Marlowe, así que busqué el siguiente libro que me tocaba de esta serie, La ventana alta. Realmente son libros que pueden leerse de forma independiente, pero reconozco ser maniática para estas cosas y me gusta seguir el orden.

En esta ocasión, Marlowe es contratado por la señora Murdock para encontrar una valiosa moneda que le ha sido robada. Ya en su primera conversación con ella, Marlowe sabe que hay algo más que la moneda. Y está dispuesto a averiguarlo, aunque no haya sido contratado para ello. Él es así. Y de nuevo nos muestra un mundo lleno de violencia, de crímenes, de sobornos, de engaños... Un mundo en el que nadie es lo que aparenta, en el que no puedes fiarte de nadie...

Mi reencuentro con Marlowe ha vuelto a ser muy bueno. Quizás no es la mejor novela que he leído hasta ahora, pero este personaje es por sí solo razón suficiente para leer esta novela. Su cinismo, su ironía, su desencanto ante esa sociedad en la que le ha tocado vivir... Una sociedad que se rige única y exclusivamente por el dinero, por el que son capaces de hacer de todo: robar, chantajear, asesinar...  Una sociedad que, de nuevo, logra Chandler plasmar fielmente, no sólo con las precisas descripciones que realiza, sino también con las rotundas frases que pone en boca de su detective. De nuevo nos encontramos con brillantes diálogos, en los que Marlowe desprende su particular "encanto".  Novela negra al cien por cien, absolutamente recomendable si os gusta el género.

martes, 14 de abril de 2015

La Hermandad de Marcos Chicot

La Hermandad
Marcos Chicot
Editorial Duomo, 2014
España, Actualidad: Elena, Daniel e Irina desarrollan proyectos que exploran los límites del cerebro y la posibilidad de incrementar su capacidad. Cuando se conocen a través de Mensa -la mayor organización de superdotados del mundo- descubrirán que nada es lo que parece y que ellos son las piezas decisivas de una guerra que comenzó en Cartago hace 2.500 años.
Cartago, siglo VI a. C.: Ariadna recibe un pergamino con una noticia que encarna la peor de sus pesadillas. El mensaje incluye un pentáculo invertido, el símbolo que encierra la esencia del mal. De inmediato se desata una vertiginosa espiral asesina tras la que se adivina una mente poderosa y despiadada.

Los protagonistas de ambas épocas intentarán descubrir la identidad de su enemigo antes de que acabe con todos ellos… pero se encontrarán con respuestas para las que no están preparados.
Me sorprendió Marcos Chicot con El asesinato de Pitágoras y ha vuelto a sorprenderme con este libro, La Hermandad. Dos novelas que comparten protagonistas  pero que se pueden leer de forma totalmente independiente. El autor sabe darnos los datos justos y necesarios para comprender y disfrutar  de esta historia.

La principal diferencia con respecto al primer libro reside en que, en esta ocasión, hay dos tramas que se desarrollan en tiempos distintos. Si en una de ellas volvemos a la Grecia Antigua y volvemos a reencontrarnos con personajes ya conocidos, en la otra trama Chicot cambia de espacio y de tiempo, trasladándonos a nuestro país y a nuestra época. Nos presenta a dos jóvenes superdotados, que son reclutados para formar parte de Mensa, una organización que se encarga de reunir a gente como ellos, y que trabaja para desarrollar aún más su inteligencia. Si he disfrutado volviendo a saber de Akenón, Ariadna y Pitágoras, también he disfrutado de la otra trama, en la que el autor, de forma muy amena, expone las teorías que hay sobre las posibilidades de aumentar la capacidad de nuestro cerebro y aprovecharlo al máximo. Además, poco a poco descubriremos que Mensa es mucho más. Que los orígenes de esta organización parecen tener relación con algo que sucedió hace muchos años... Con Akenón, con Ariadna...

Ambas tramas se van desarrollando a lo largo de la novela, no siempre de forma alterna,  pero sí de forma equilibrada. Y sabe siempre el autor dejar cada historia en el momento de mayor tensión, dejándonos con el suspense sobre el qué va a pasar... Porque advierto. Vamos a sufrir y mucho con los protagonistas de esta novela, en especial con Akenón y Ariadna. No van a tener respiro nuestros protagonistas. La acción comienza ya en las primeras páginas y no va a parar ya hasta que lleguemos al punto y final. Las descripciones son las justas y necesarias para no interrumpir el ritmo frenético que el autor ha impuesto a su novela. 

Sólo un pero puedo ponerle a este libro y está en el final de la trama actual. Demasiado rápido y quizás,  demasiado fantástico... Si hasta ese momento todo era muy creíble, muy real, el desenlace final no me lo ha parecido.

Por lo demás, he disfrutado muchísimo con esta novela. Chicot ha sabido crear un thriller tremendamente adictivo desde las primeras páginas, con personajes que están perfectamente dibujados y con una historia cargada de tensión, que va aumentando a medida que vamos avanzando en su lectura. Totalmente recomendable.

lunes, 13 de abril de 2015

Leemos el Quijote (2º parte): Capítulo XXV y capítulo XXVI

http://bourbonstreet-porlomenix.blogspot.com.es/2015/01/reto-en-2015-leemos-el-quijote.html


Capítulo XXV:

La curiosidad le puede a don Quijote, que ayuda al arriero mientras éste echa de comer a su animal con tal de que termine pronto para contarle su historia. Que a nuestro héroe no le importa el trabajo. Demuestra así su humildad. 

Y tras esto, el arriero le cuenta la historia de los regidores que, buscando a un asno,  terminan demostrando su habilidad rebuznando. Una historia que nos va a arrancar más de una sonrisa.

Tras contar su historia, aparece en la posada maese Pedro, el titiritero, famoso por su mono adivino. El mono contestaba a las preguntas que se le hacían. Cuando don Quijote quiso conocer su futuro, maese Pedro contestó:
-Señor, este animal no responde ni da noticia de las cosas que están por venir; de las pasadas sabe algo, y de las presentes, algún tanto.
Sabido esto, Sancho quiso probar y tras su pregunta, el mono cuchicheó algo al oido de maese Pedro y éste, rápido, dio su respuesta:

-Estas piernas abrazo, bien así como si abrazara las dos colunas de Hércules, ¡oh resucitador insigne de la ya puesta en olvido andante caballería!; ¡oh no jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha, ánimo de los desmayados, arrimo de los que van a caer, brazo de los caídos, báculo y consuelo de todos los desdichados!

Quedó pasmado don Quijote, absorto Sancho, suspenso el primo, atónito el paje, abobado el del rebuzno, confuso el ventero, y, finalmente, espantados todos los que oyeron las razones del titerero, el cual prosiguió diciendo:

-Y tú, ¡oh buen Sancho Panza!, el mejor escudero y del mejor caballero del mundo, alégrate, que tu buena mujer Teresa está buena, y ésta es la hora en que ella está rastrillando una libra de lino, y, por más señas, tiene a su lado izquierdo un jarro desbocado que cabe un buen porqué de vino, con que se entretiene en su trabajo.
A pesar de esto, no está nuestro caballero convencido:
Don Quijote no estaba muy contento con las adivinanzas del mono, por parecerle no ser a propósito que un mono adivinase, ni las de por venir, ni las pasadas cosas; y así, en tanto que maese Pedro acomodaba el retablo, se retiró don Quijote con Sancho a un rincón de la caballeriza, donde, sin ser oídos de nadie, le dijo:

-Mira, Sancho, yo he considerado bien la estraña habilidad deste mono, y hallo por mi cuenta que sin duda este maese Pedro, su amo, debe de tener hecho pacto, tácito o espreso, con el demonio. 
 Pero por si acaso, Sancho le insiste a don Quijote en que le pregunte por lo sucedido en la cueva de Montesinos.
-El mono dice que parte de las cosas que vuesa merced vio, o pasó, en la dicha cueva son falsas, y parte verisímiles; y que esto es lo que sabe, y no otra cosa, en cuanto a esta pregunta; y que si vuesa merced quisiere saber más, que el viernes venidero responderá a todo lo que se le preguntare, que por ahora se le ha acabado la virtud, que no le vendrá hasta el viernes, como dicho tiene.

Capítulo XXVI:

Y empieza maese Pedro su representación. Cuenta la historia de la liberación de Melisandre, cautivada por los moros en Zaragoza, por su marido, don Gaiferos. Gracias me ha hecho que, cuando el trujamán, el encargado de contar la historia, se desvía un poco de la historia principal, don Quijote le diga:

-Niño, niño -dijo con voz alta a esta sazón don Quijote-, seguid vuestra historia línea recta, y no os metáis en las curvas o transversales; que, para sacar una verdad en limpio, menester son muchas pruebas y repruebas.

También dijo maese Pedro desde dentro:

-Muchacho, no te metas en dibujos, sino haz lo que ese señor te manda, que será lo más acertado; sigue tu canto llano, y no te metas en contrapuntos, que se suelen quebrar de sotiles.  
Y me ha hecho gracia porque parece que Cervantes hace las mismas críticas que le hicieron a su primera parte. Que no gustaron mucho todas las historias que continuamente interrumpían las andanzas de su caballero.

Tampoco puede evitar nuestro caballero rectificar al muchacho cuando éste comenta que los moros tocaban las campanas.  Y es que los moros, en todo caso, tocaban dulzainas o  atambales. A lo que maese Pedro contestó:
-No mire vuesa merced en niñerías, señor don Quijote, ni quiera llevar las cosas tan por el cabo que no se le halle. ¿No se representan por ahí, casi de ordinario, mil comedias llenas de mil impropiedades y disparates, y, con todo eso, corren felicísimamente su carrera, y se escuchan no sólo con aplauso, sino con admiración y todo? Prosigue, muchacho, y deja decir; que, como yo llene mi talego, si quiere represente más impropiedades que tiene átomos el sol.
 Ahí va una pequeña crítica al tipo de teatro que en aquellos tiempos se estaba haciendo...

Pero no podía terminar este capítulo de forma tranquila. Cuando el muchacho anuncia que Melisandre y Gaiferos son perseguidos por los moros, don Quijote saca su espada y arremete contra los moros/muñecos destrozándolos todos. Vuelve a confundir nuestro caballero la realidad y la ficción. Y parece tomar en esta obra un doble papel. Empieza siendo solo un espectador para terminar convirtiéndose en un actor más.


Y La pintora de estrellas va para...

Redoble de tambores!!!



Muchísimas felicidades!!! Y muchísimas gracias a tod@s por participar!!!

domingo, 12 de abril de 2015

Scooby Doo y El misterio de la momia de James Gelsey

Nº páginas: 96 pags
Lengua: CASTELLANO

Encuadernación
: Tapa blanda
ISBN: 9788484835035

Nº Edición:1ª

Año de edición
:2011
Plaza edición: MADRID
A partir de 7 años
Un famoso director de cine está rodando una película sobre el antiguo Egipto en la que aparece un medallón sobre el que pesa una antigua maldición. En el plató suceden cosas y extrañas y una espeluznante momia aterroriza a los actores. ¡A Scooby y a sus amigos no les quedará más remedio que entrar en escena para descubrir el misterio de la momia! 
Poco puedo decir en esta reseña. Si tenéis niños cerquita y les gusta Scooby Doo, éste es su libro. Es ágil, divertido, como todas las aventuras de Scooby. Y con el aliciente de que el lector puede convertirse en un investigador más y ayudar a esta pandilla de amigos a resolver los misterios en los que siempre se ven envueltos. Con símbolos para saber cuando hay un posible sospechoso o una pista importante, hace las delicias de los pequeños lectores de nuestra casa.

Nota: Por favor, pinchad en el banner de arriba para mirar la lista de participantes en el sorteo de La pintora de estrellas. Si nada lo impide, el lunes pondré el resultado.

sábado, 11 de abril de 2015

Novedades Abril Anaya Infantil y Juvenil










GANADOR  DEL XXXIII CONCURSO DE NARRATIVA
VILA D'IBI





EL ASOMBROSO VIAJE DE LA VOZ DEL SEÑOR BIANCHI
Pepe Serrano
 
El señor Bianchi tenía una voz maravillosa que cuidaba con esmero todos los días. Un domingo, mientras se daba el paseo de todos los fines de semana, se tumbó bajo un magnolio, bostezó y la voz se le escapó. Comenzó así su viaje, primero en la boca de un perro que acabó actuando en el circo, luego en la de un ganso con el que viajó hasta países lejanos, luego en la enorme boca de una ballena que surcaba los mares... Mientras tanto, el señor Bianchi, mudo y preocupado, contrató a un detective para que encontrase su voz, pero tuvo que despedirle porque no la encontraba.

A partir de 7 años

 

A partir de 10 años



CUENTOS MÍNIMOS
Pep Bruno

Cuentos que primero fueron tuits, ¿o son tuits que quisieron convertirse en cuentos? En cualquier caso, una recopilación de historias condensadas en unas pocas líneas que harán volar la imaginación del lector mucho más allá de sus páginas y de la red social en la que nacieron. "El abuelo pidió que sus cenizas fueran esparcidas por la casa. Desde entonces nos da no-sé-qué barrer o limpiar. Fue su mejor regalo"


LOS LOROS NO SABEN NADAR
Daniel Nesquens


David comienza a escribir su biografía y cuenta cosas sobre su familia, sus amigos, su colegio. Habla de Roberto, su mejor amigo, bastante callado, pero que conoce datos curiosísimos y que tiene un loro burlón como mascota llamado Plinio el Viejo; de Fernando Sanmartín, que pretendía regalar a un compañero de clase un dragón de komodo como mascota; de Chandani, la niña de origen pakistaní y campeona de esgrima; de Guillermoprieto, que vio al fantasma de su abuelo... Un montón de historias divertidas, y alguna un poco triste.



EL HIJO DEL PINTOR
Mrinella Terzi

El hijo del pintor es una biografía novelada de parte de la infancia de Michael Ende. La autora comienza recreando el momento en que los padres del autor se conocieron, destacando la figura de su padre, pintor surrealista de gran prestigio en su momento. Pero con la llegada de los nazis al poder, se le prohíbe pintar, pues se consideró su estilo como arte degenerado; además, fue obligado a ir al frente a luchar en la Segunda Guerra Mundial. Todo esto influyó en la personalidad del futuro escritor, que ya de niño tenía una gran imaginación con la que creaba historias que embelesaban a sus compañeros en el recreo.




A partir de 12 años
 


QUERIDA BLANCA
Carles Cano

No sabemos qué pasa tras el punto final de los cuentos de hadas. ¿Qué hay más allá del «fueron felices y comieron perdices»? Pues en el caso de Blancanieves hay un matrimonio con altibajos que conoceremos a través de su correspondencia con el enanito sabio. Sabremos que pensó que se precipitó al aceptar la petición de matrimonio del príncipe, que en el palacio la obligaban a estudiar y a comportarse según el protocolo, que siente celos de una sirvienta, que se queda embarazada… Pero también que los enanitos se sienten muy solos sin ella y que conocerán a unas enanitas que vivieron algo parecido a ellos, pero con un príncipe. Todo con mucho humor e ironía.

A partir de 8 años

TINTA
Paula Fdez. de Bobadilla
Tinta es una perrita revoltosa que pone la casa del revés. Lo mismo roba un pollo en la cocina que se pone a jugar con una camiseta recién planchada. A veces la castigan, pero a ella le da igual y no dudará en escapar al parque para retozar entre las hojas caídas.

A partir de 6 años




POLLO Y ERIZO
Pablo Albo
Pollo y Erizo están buscando comida en el huerto, y algo llama su atención en el cielo. Ven pasar un ratón, un gato, un lobo, un león y una ballena. ¿Qué harán esos animales ahí arriba?


A partir de 4 años

  EL CAPITÁN MIGUEL 
y el misterio de la daga milanesa
Martín Casariego


En una recóndita región de interior, un lobo asesina a los jóvenes que cumplen catorce años sin que nadie pueda detenerlo. Hasta ahora sólo había atacado a campesinos, pero cuando termina con la vida del hijo de un poderoso conde, todos los soldados se lanzan a la búsqueda de un culpable. El capitán Miguel, que sobrevivió al lobo años atrás, es el único capaz de detenerlo, pero el monstruo podría estar mucho más cerca de lo que cree… y la única pista con la que cuenta es una extraña daga milanesa, que lo llevará en una investigación por las casas más poderosas de la comarca.

A partir de 12 años





viernes, 10 de abril de 2015

The happy prince and other tales de Oscar Wilde

Oscar Wilde
Proyecto Gutenberg 

Vuelvo a insistir con este autor en mis lecturas inglesas. Y es que este autor me gustaba desde pequeña, desde que descubrí en los libros de lectura del cole (los libros de Senda) un pequeño cuento que me hizo llorar. Un cuento que siempre que lo leía y releía me dejaba un nudo en la garganta: El príncipe feliz.

Y lo he vuelto a leer ahora, junto a otros cuatro cuentos más: El ruiseñor y la rosa, El gigante egoísta, El amigo abnegado y El insigne cohete. E incluso lo he disfrutado más. Porque ahora aprecio cosas que cuando era una niña, no veía. Y es que en sus cuentos, como en sus obras de teatro, Wilde sigue criticando esa sociedad en la que le ha tocado vivir. Una sociedad en la que las diferencias entre las clases sociales es muy acentuada. Una sociedad en la que los pobres apenas tenían derechos, pasaban frío, pasaban hambre... (El príncipe feliz). Una sociedad en la que las apariencias importaban más que cualquier otra cosa (El ruiseñor y la rosa). Una sociedad en la que el egoísmo dominaba (El gigante egoísta, El amigo abnegado).

Para luchar contra esta sociedad, Wilde habla de entrega a los demás, de generosidad, de solidaridad, de justicia, de valorar a las personas sin importar las apariencias... Y lo hace con historias que nunca te dejan indiferentes, que casi siempre terminan de forma triste, despertándote muchas emociones.

Y no resulta nada difícil leer a Wilde en inglés. El único cuento que me ha costado un poquito es El insigne cohete, sobre todo porque no esperaba, a pesar de su título, que el protagonista de esta historia fuera un cohete la mar de egoísta. Y tuve que volver un par de veces para atrás y acudir al diccionario más de una vez para ver si estaba confundida en algo. Pero una vez tuve claro este punto, me fue ya fácil su lectura. 


miércoles, 8 de abril de 2015

El almirante Mediohombre de Fernando de Artacho

El almirante Mediohombre
Fernando de Artacho
Editorial Algaida, 2015
Don Blas de Lezo y Olavarrieta, también llamado Patapalo o Mediohombre por las mutilaciones sufridas en combate, y marqués de Ovieco a título póstumo, no sólo fue uno de los estrategas más prestigiosos de la historia militar, sino el salvador del imperio español en el siglo XVI y el artífice del mayor desastre naval de la historia de Inglaterra, hasta el punto de que el gobierno británico de Jorge II prohibió bajo pena de prisión que se divulgara la batalla de Cartagena de Indias. Fernando de Artacho ha querido conjurar esa maldición de Jorge II que, más de dos siglos y medio después, parece perseguir en su propio país a Blas de Lezo, cuya figura resulta casi desconocida para la mayor parte de los españoles. El almirante Mediohombre es un fragmento de la Historia que se disfruta como un relato de aventuras, y también una apasionante aventura que forma parte imprescindible de nuestra propia Historia.
Que los ingleses hayan hecho que el nombre de don Blas de Lezo haya caído en el olvido, se entiende más o menos, que no en vano por culpa de este gran militar, sufrieron la más vergonzosa derrota de su historia. Pero que no sea recordado ni por los propios españoles... 

Y de este olvido pretende Fernando de Artacho rescatarlo. Un olvido que, como bien él  mismo indica, "condena a nuestros grandes hombres, bien por desidia, bien por ignorancia, o lo que es peor, por envidia". 

De forma amena consigue el autor que conozcamos la vida de este hombre. Una vida entregada a su país. Una vida llena de batallas y de sacrificios. Y sabremos las razones que han llevado a apodarle el "almirante Mediohombre". Siendo aún joven, perderá una pierna en una de las muchas batallas en las que participará; pero esto no será obstáculo para su ascenso y para que siga luchando por su país, con el mismo arrojo y decisión. Participará también en la toma de Tolón, donde también caerá herido, perdiendo un ojo. Y seguirá luchando con valor. Varias serán las batallas que este militar llevará a cabo en el Mediterráneo, con la mala fortuna que una bala le dará en el brazo y se lo dejará inmovilizado. Y a pesar de estar tuerto, cojo y manco, seguirá entregando su vida por su país. Su gran victoria vendrá cuando sea destinado a Cartagena de Indias y tenga que defenderla de la flota naval inglesa. La superioridad de los ingleses será total. Tan confiados estaban en su victoria que incluso la anunciaron antes de tiempo. Pero la gran labor de Blas de Lezo hizo que acabaran perdiendo y humillados. 

Pero no es solo Lezo el protagonista de esta novela. Junto a él, aparecen dos personajes de ficción que tendrán mucha importancia en la trama: Martín de Sepúlveda y Diego de Zuñiga. Dos jóvenes que no empezarán con buen pie su relación, pero que tendrán que soportarse. Ellos serán los que aligeren la carga histórica de la novela. El autor ha sabido dosificar bien la dosis de ficción y realidad para no convertir su novela en algo aburrido de leer. 

El único pero que puedo ponerle a esta novela es que me ha parecido que sus personajes son un poco planos y en ocasiones, pecan de demasiado buenos. Y que la trama de Martín y de Diego resulta un poco previsible. 

Pero esto no me ha impedido disfrutar con esta novela y aprender mucho de este gran episodio de nuestra historia. Y no he podido evitar preguntarme al final de la novela... Si el resultado de la batalla hubiera sido otro, ¿los ingleses hubieran tratado a sus militares del mismo modo que nosotros? ¿También los hubieran dejado caer en el olvido?

lunes, 6 de abril de 2015

Leemos el Quijote (2º parte): Capítulo XXIII y capítulo XXIV


http://bourbonstreet-porlomenix.blogspot.com.es/2015/01/reto-en-2015-leemos-el-quijote.html

 Capítulo XXIII:

Inicia su relato don Quijote sobre su descenso a la cueva de Montesinos. Una historia poco creíble, como el mismo título de este capítulo nos indica: "De las admirables cosas que el estremado don Quijote contó que había visto en la profunda cueva de Montesinos, cuya imposibilidad y grandeza hace que se tenga esta aventura por apócrifa". Una historia que bien pudo ser solo un sueño de don Quijote...

Di voces, pidiéndoos que no descolgásedes más soga hasta que yo os lo dijese, pero no debistes de oírme. Fui recogiendo la soga que enviábades, y, haciendo della una rosca o rimero, me senté sobre él, pensativo además, considerando lo que hacer debía para calar al fondo, no teniendo quién me sustentase; y, estando en este pensamiento y confusión, de repente y sin procurarlo, me salteó un sueño profundísimo; y, cuando menos lo pensaba, sin saber cómo ni cómo no, desperté dél y me hallé en la mitad del más bello, ameno y deleitoso prado que puede criar la naturaleza ni imaginar la más discreta imaginación humana.
Y ahí, en ese idílico paisaje, le esperaba el propio Montesino.Y no duda don Quijote en preguntarle  "si fue verdad lo que en el mundo de acá arriba se contaba: que él había sacado de la mitad del pecho, con una pequeña daga, el corazón de su grande amigo Durandarte y llevádole a la Señora Belerma, como él se lo mandó al punto de su muerte. Respondióme que en todo decían verdad, sino en la daga, porque no fue daga, ni pequeña, sino un puñal buido, más agudo que una lezna". Simbólico es que don Quijote le pregunte esto. Porque en la primera parte nuestro caballero nunca dudaba de la veracidad de estas historias. Pero ahora sí empieza a dudar...

Curioso el momento en que don Quijote cuenta que también vio a Dulcinea, pero bajo la misma apariencia de aldeana que la última vez. El propio Montesinos le dice que debe de ser alguna princesa encantada... Y Sancho, cuando escucha esto, no sabe qué hacer...

Cuando Sancho Panza oyó decir esto a su amo, pensó perder el juicio, o morirse de risa; que, como él sabía la verdad del fingido encanto de Dulcinea, de quien él había sido el encantador y el levantador de tal testimonio, acabó de conocer indubitablemente que su señor estaba fuera de juicio y loco de todo punto; y así, le dijo:

-En mala coyuntura y en peor sazón y en aciago día bajó vuestra merced, caro patrón mío, al otro mundo, y en mal punto se encontró con el señor Montesinos, que tal nos le ha vuelto. Bien se estaba vuestra merced acá arriba con su entero juicio, tal cual Dios se le había dado, hablando sentencias y dando consejos a cada paso, y no agora, contando los mayores disparates que pueden imaginarse. 

Capítulo XXIV:

Este capítulo se inicia con una aclaración por parte del traductor de la obra de Cide Hamete. Y es que éste no cree mucho en la veracidad de lo que don Quijote cuenta en el anterior capítulo:
''No me puedo dar a entender, ni me puedo persuadir, que al valeroso don Quijote le pasase puntualmente todo lo que en el antecedente capítulo queda escrito: la razón es que todas las aventuras hasta aquí sucedidas han sido contingibles y verisímiles, pero ésta desta cueva no le hallo entrada alguna para tenerla por verdadera, por ir tan fuera de los términos razonables. Pues pensar yo que don Quijote mintiese, siendo el más verdadero hidalgo y el más noble caballero de sus tiempos, no es posible; que no dijera él una mentira si le asaetearan. Por otra parte, considero que él la contó y la dijo con todas las circunstancias dichas, y que no pudo fabricar en tan breve espacio tan gran máquina de disparates; y si esta aventura parece apócrifa, yo no tengo la culpa; y así, sin afirmarla por falsa o verdadera, la escribo. Tú, letor, pues eres prudente, juzga lo que te pareciere, que yo no debo ni puedo más; puesto que se tiene por cierto que al tiempo de su fin y muerte dicen que se retrató della, y dijo que él la había inventado, por parecerle que convenía y cuadraba bien con las aventuras que había leído en sus historias''.
 En su camino don Quijote tropieza con un joven mozo al que pregunta por su destino, al ir con tanta prisa.
-El caminar tan a la ligera lo causa el calor y la pobreza, y el adónde voy es a la guerra.
Y ante las preguntas de nuestro caballero, el joven le hablará de su pobreza y de los malos trabajos que ha tenido que aceptar hasta ese momento:

-Si yo hubiera servido a algún grande de España, o algún principal personaje -respondió el mozo-, a buen seguro que yo la llevara, que eso tiene el servir a los buenos: que del tinelo suelen salir a ser alférez o capitanes, o con algún buen entretenimiento; pero yo, desventurado, serví siempre a catarriberas y a gente advenediza, de ración y quitación tan mísera y atenuada, que en pagar el almidonar un cuello se consumía la mitad della; y sería tenido a milagro que un paje aventurero alcanzase alguna siquiera razonable ventura.

-Y dígame, por su vida, amigo -preguntó don Quijote-: ¿es posible que en los años que sirvió no ha podido alcanzar alguna librea?

-Dos me han dado -respondió el paje-; pero, así como el que se sale de alguna religión antes de profesar le quitan el hábito y le vuelven sus vestidos, así me volvían a mí los míos mis amos, que, acabados los negocios a que venían a la corte, se volvían a sus casas y recogían las libreas que por sola ostentación habían dado. 

Aprovecha don Quijote para darle unos buenos consejos. Consejos que se resumen básicamente en obrar y vivir siempre con dignidad.
-Notable espilorchería, como dice el italiano -dijo don Quijote-; pero, con todo eso, tenga a felice ventura el haber salido de la corte con tan buena intención como lleva; porque no hay otra cosa en la tierra más honrada ni de más provecho que servir a Dios, primeramente, y luego, a su rey y señor natural, especialmente en el ejercicio de las armas, por las cuales se alcanzan, si no más riquezas, a lo menos, más honra que por las letras, como yo tengo dicho muchas veces; que, puesto que han fundado más mayorazgos las letras que las armas, todavía llevan un no sé qué los de las armas a los de las letras, con un sí sé qué de esplendor que se halla en ellos, que los aventaja a todos. Y esto que ahora le quiero decir llévelo en la memoria, que le será de mucho provecho y alivio en sus trabajos; y es que, aparte la imaginación de los sucesos adversos que le podrán venir, que el peor de todos es la muerte, y como ésta sea buena, el mejor de todos es el morir. Preguntáronle a Julio César, aquel valeroso emperador romano, cuál era la mejor muerte; respondió que la impensada, la de repente y no prevista; y, aunque respondió como gentil y ajeno del conocimiento del verdadero Dios, con todo eso, dijo bien, para ahorrarse del sentimiento humano; que, puesto caso que os maten en la primera facción y refriega, o ya de un tiro de artillería, o volado de una mina, ¿qué importa? Todo es morir, y acabóse la obra; y, según Terencio, más bien parece el soldado muerto en la batalla que vivo y salvo en la huida; y tanto alcanza de fama el buen soldado cuanto tiene de obediencia a sus capitanes y a los que mandarle pueden. Y advertid, hijo, que al soldado mejor le está el oler a pólvora que algalia, y que si la vejez os coge en este honroso ejercicio, aunque sea lleno de heridas y estropeado o cojo, a lo menos no os podrá coger sin honra, y tal, que no os la podrá menoscabar la pobreza; cuanto más, que ya se va dando orden cómo se entretengan y remedien los soldados viejos y estropeados, porque no es bien que se haga con ellos lo que suelen hacer los que ahorran y dan libertad a sus negros cuando ya son viejos y no pueden servir, y, echándolos de casa con título de libres, los hacen esclavos de la hambre, de quien no piensan ahorrarse sino con la muerte. Y por ahora no os quiero decir más, sino que subáis a las ancas deste mi caballo hasta la venta, y allí cenaréis conmigo, y por la mañana seguiréis el camino, que os le dé Dios tan bueno como vuestros deseos merecen.