Guía de pasos perdidosJavier Vela,
Páginas de Espuma, 2022
Las once historias que integran Guía de pasos perdidos indagan sin
complacencia en las múltiples formas de aislamiento que determinan
nuestros encuentros sociales. Ya sea de forma impuesta o voluntaria, en
acontecimientos cotidianos o hechos en apariencia minúsculos, la soledad
encarna sin remedio en el ánimo de sus protagonistas, seres extraviados
que, «entre la orgía y la ascesis», han aprendido a sobrevivir al
naufragio de sus querencias y anhelos. En su primera colección de
cuentos, con genuino lirismo y un singular estilo emancipado del canon
imperante, Vela reclama el vértigo de la literatura para tomar el pulso
de la emoción humana y situarnos ante el espejo de nuestras vidas sin
que podamos apartar la mirada.
Once relatos conforman este libro y el tema común a la mayoría de ellos es la soledad. La soledad de ese niño que ve su infancia terminar, la soledad de quien ve su vida acabar, la soledad para huir de una realidad que no le gusta... Y todo contado con un lenguaje muy cuidado, casi lírico, con un vocabulario muy rico, en algunos momentos, demasiado, al menos para mi gusto. Prefiero las cosas más sencillas y no tan rebuscadas. No ha sido una mala lectura, pero tampoco es de las que se van a quedar en mi recuerdo.
Las guerras de ElenaMarta Querol
Ediciones B, 2015
Valencia, 1968. Elena Lamarc planta cara a la vida con una fuerza arrolladora.
Tras
sorprender a su marido en la cama con otra mujer, ha decidido tragarse
las lágrimas y ser fuerte. Derrumbarse no entra en sus planes: su
empresa de moda infantil y su hija Lucía la necesitan más que nunca. De ella, y solo de ella, depende el futuro de la niña.
Por
muy difíciles que sean las cosas, Elena lucha contra una sociedad
embalsamada, desafía los valores tradicionales y se opone a un destino
que parece inevitable.
En su vida hay muchas guerras y debe ganarlas todas.Esta novela es la continuación de El Final del Ave Fénix, lectura que disfruté mucho el año pasado. Y aunque sea una segunda parte, creo se puede leer de forma independiente y disfrutarla igual. Aunque recomendaría leer los dos libros, que ambos están muy bien y son de los que enganchan desde la primera página y cuesta soltar.
Destaca esta novela por lo bien que plasma los años en los que se desarrolla la novela. Años en los que el divorcio no está bien visto, años en lo que no se acepta aún que la mujer trabaje y menos que mande, años en los que la conciliación laboral era algo imposible... Y destaca también por sus personajes, perfectamente retratados, muy humanos, reales, cada uno con sus virtudes y con sus defectos. Algunos con más defectos que virtudes, todo hay que decirlo, pero como en la vida misma.
En definitiva, una novela muy entretenida, muy bien contada, con un ritmo que no decae en ningún momento, con giros que, aunque te ves venir, te terminan manteniendo en tensión mientras están ocurriendo. Un libro que se devora sin apenas darte cuenta.
El gato que amaba los libros
Sosuke Natsukawa
Traducción por Marta Morros
Grijalbo, 2022
La epopeya de Rintaro, el joven heredero de una entrañable librería
de viejo, y de Tora, un sabio e ingenioso gato atigrado, se ha
convertido en un fulgurante éxito internacional. Su emocionante misión
consiste nada más y nada menos que en salvar los libros que están en
peligro y extender así el amor por estos objetos, bellos e
inigualables, que son parte imprescindible de nuestra vida.
Del
siempre fascinante Japón nos llega esta hermosa historia, cargada de
sabiduría, magia y pasión por la lectura, que ya ha conquistado a
lectores de todo el mundo.
No me terminó de conquistar esta lectura. Se lee muy ligero, eso sí. Es un bonito homenaje a las librerías, a los libros, a los lectores...Pero no terminé de entrar en la historia. Sus personajes me parecieron un poco planos y sabes desde el principio cómo va a acabar la historia. Y sigo buscándole la "emoción" a esas diferentes misiones por las que sus protagonistas tienen que pasar. Porque sabes en todo momento que la derrota en este tipo de historias no se contempla. Todo me ha resultado demasiado forzado para querer dar ese mensaje de amor hacia los libros. E incluso, algunas veces, con esos mensajes no estaba de acuerdo. ¿Sólo es un buen lector el que lee clásicos?